Me remuevo en la cama sintiendo mis manos entumecidas y adoloridas, este hombre es un maldito animal, no sé cómo fue capaz de dejarme amarrada a la cama, no pude dormir muy bien porque esta posición o es nada cómoda y cada segundo me despertaba pensando que el maldito estaría encima de mí haciéndome algo, no me fiaba de él y estaba segura de que podía esperar cualquier cosa si se trataba de ese hombre. Intento acomodarme en la cama y en ese momento escucho el sonido de la puerta del baño y el condenado saliendo como si nada de ella con la toalla en su cintura. Sus ojos se encuentran con los míos y gruño con fuerza.—Necesito que me sueltes ahora mismo, me duelen las manos, eres un maldito animal.Sus ojos me observan con mucha intensidad.—Si sigues tratándome de esa manera, no voy a soltarte, me debes respeto, deja de ser tan igualada —Apriet los dientes con fuerza.«Maldita la hora en que este hombre me ayudo».—Solo quiero que me sueltes, Reece me duelen los brazos.Rueda los ojos
Intento demorarme lo más que puedo en el baño para no tener que verle la cara a Reece, pero siempre las cosas no salen como yo las espero, cuando salgo él sigue en el mismo lugar en el que estaba cuando entre. Suspiro caminando hasta el closet, pero su voz me detiene—Ven aquí, necesito que mires una cosa —Asiento.Me acerco a él apretando bien la toalla a mi cuerpo para que no se caiga y muestre de más, lo veo rodar los con fastidio. —Deja de ser tan infantil, he visto todo tipo de mujer desnudas, tú no serias la primera.«¿Será que si lo mato pasa algo?, porque es gusto lo que ahora quiero hacer».—Dime que quieres, necesito cambiarme.—Necesito que mires unas cuentas, algo no me cuadra —Asiento tomando el computador.Observo una cantidad considerable de dinero que me hace tragar grueso porque jamás imagine ver algo como eso, este hombre no solo gana demasiado dinero con la mafia, también lo hace con su empresa, podría vivir de ella sin necesidad de la mafia. Suspiro observando los
—Ahora entiendo por qué tanto revuelo por tu llegada, pero la belleza no es la única arma que puedes usar a tu favor, si no eres una mujer completa no vas a sobrevivir en este mundo.Levanto una de mis cejas por sus palabras, ¿Una mujer completa?, ¿Acaso soy un monstruo o qué mierdas?.—¿Qué rayos significa eso? —Sonríe caminado a la puerta para abrirla.—Saber defenderse, ser una asesina —Jadeo negando.—No pienso matar a nadie.—Si, eso mismo decía yo, pero después de cinco intentos de violación y un maldito pedófilo que quiso secuestrar a mi hija, uno no piensa igual, este es el mundo real niña, aquí sobrevive el más fuerte y créeme que te casaste con el hermano equivocado, Recce solo cuida su culo, los demás somos mierda para él.¡Carajo!, si su hermana habla de esa manera de él, no quiero imaginar porque es. No decimos nada y salimos de la habitación bajando las escaleras para encontrarnos con Azul, el hombre que sería mi mano derecha.—Buenos días Regazzas.—Veo que estás mejor
Habían pasado dos meses desde que era la esposa de Reece, las cosas no habían cambiado mucho, seguía siendo un maldito conmigo, después de nuestro encuentro sexual el condenado se había convertido en una puta droga para mí y él se aprovechaba de eso cogiéndome donde se le daba la gana. Mi entrenamiento cada día estaba mejorando, era una maldita experta en los cuchillos, las cuentas de la organización marchaban bien desde que era la contadora y mi relación con Aurora la hermana de Reece cada día era más cercana, era como una amiga para mí, suspiro mirándome por última vez en el espejo, hoy saldríamos a una discoteca con Aurora y unos amigos de ella, no estaba muy de acuerdo con eso, pero prefería eso a pasar un fin de semana más entre estas cuatro paredes.—Deja de mirarte tanto en ese maldito espero y larguémonos ya —Asiento tomando mi bolso.—Esto no es una buena idea, tu hermano se va a enojar mucho —Ella rueda los ojos caminando hasta la puerta.—Deja de pensar tanto en él, desde
Mi estómago está revuelto, quiero devolver todo ahora mismo, jamás imaginé que vería a Reece de esa manera y la verdad me sorprendió más de lo que pensaba, sabía que era un maldito demente, pero jamás imagine que tanto, esto es demasiado para mí.—Es hora de irnos Isla, mi hermano no puede saber que estuvimos aquí.—Demasiado tarde Mocosa —Suspiro colocando la mirada en Reece que aparece de entre las sombras lleno de sangre.—Era necesario que ella conociera con quién está.Él no aleja la mirada de mí y todo mi cuerpo se llena de miedo porque está enojado, lo puedo ver.—Esa decisión la tomó yo, no tú, así que espero estés preparada para las consecuencias que tendrás por esto —Aurora asiente levantándose de su lugar.—Estoy preparada señor.—Bien, ahora largo, mi esposa y yo tenemos que hablar.Aurora se aleja sin mirarme y el hombre a mi lado hace lo mismo, pero no puede dar un paso porque Reece lo detiene colocando una mano en su pecho.—Espero por tu bien que no hayas puesto los oj
—Te estoy dando una orden, soy la esposa del Don, el padrino, así que haz lo que te ordeno —Asiente sin decir una palabra. Me acerco a Aurora y acaricio su mejilla —. Estarás bien nena, te veo después.No dejo que diga nada más y solo me alejo de allí entrando en la casa, sé que lo que me espera no será nada agradable, pero después de lo que Reece me obligo hacer, no pienso seguir haciendo lo que él quiere, si voy a hacer parte de esto, lo seré de verdad como lo que soy, su esposa. Llego a la habitación y con un último suspiro entro en ella encontrándome con Reece en la cama solo con una toalla en su cintura.—Quítate la ropa y ven aquí —Arrugo mi entrecejo confundida por sus palabras.—¿Qué?, no quiero tener sexo contigo, ¿Qué mierdas pasa por tu cabeza?Su mirada se oscurece y en un rápido movimiento se acerca a mí, colocando su gran mano en mi cuello y tirándome a la cama con él sobre mí.—Eres mi esposa y frente a los demás siempre voy a respetarte, pero no tientes mi paciencia
—Cometiste un error, Reece es un maldito cuando no coge, ahora debes aguantar al monstruo — Gruño intentando terminar mi desayuno tranquila, pero eso será imposible con todo lo que está pasando, es un maldito y yo no sé por qué, pero esta faceta mía me está empezando a gustar mucho. Termine mi desayuno y me monte en el auto para ir hasta la empresa de Reece, cuando llegue las miradas no se hicieron esperar y me enfermaba que me miraran así. Entre en la oficina de Azul y recibe una sonrisa burlona de él.—Parece que alguien amaneció de malas.—Todo el mundo me mira como si tuviera mierda en la cara, me enferma —Sonríe negando.—Bueno, mujer, es normal, estás casada con el hombre más deseado y mujeriego de Inglaterra, eres como su diosa o algo así —río negando.—Para mí es una maldita ruina, aún no entiendo por qué siendo el jodido capo di tuti capi de la cosa nostra está viviendo en territorio inglés y no en Italia, además, ¿como rayos tan joven es el jefe de todo¿—Suspira.—Es bueno
Me observo en el espejo sin poder creer que me haya animado a utilizar este tipo de ropa, Me cuesta mucho usar ropa sexy, pero hoy quería arriesgarme, estaba de aniversario con mi esposo, así que era la ocasión perfecta para hacerlo. Decidida subo a la habitación para poder esconderme mientras él llega, como una chica pequeña me escondo detrás de las cortinas de la habitación y en ese preciso momento siento el sonido de la puerta.Observo con mis ojos llorosos como mi esposo y mi mejor amiga entran casi desnudos besándose apasionadamente. Mis manos me tiemblan y todo mi cuerpo igual, rápido salgo de mi escondite para poder enfrentarlos—Saúl, ¿Cómo pudiste hacerme esto?— Él se aleja de la que era mi mejor amiga, y me observa de arriba abajo como si fuera un bicho raro.—¿Qué rayos haces vestida así?. Sonrío negando porque no puedo creer que él me diga algo como eso cuando acabé de encontrarlo siéndome infiel con la que era mi mejor amiga.—Te ves ridícula en esa ropa, ¿no te das cue