Quince minutos después desciendo por las escaleras encontrándolo en una discusión un poco acalorada con Roce, cuando los dos se percatan de mi llegada se quedan en silencio y Reece pone su mirada en mí.—Parece que si puede seguir una orden —Ruedo los ojos y no le presto atención a sus palabras.—¿Podemos irnos?, quiero regresar lo más rápido posible a ese circo al que me llevas.Rápidamente, se acerca a mí tomando mi cuello con su fuerte mano para acercar su rostro al suyo.—Si vuelves a faltarme al respeto Picola Reggaza, voy a dejar ese culo tan rojo y adolorido, que no podrás utilizar ningún maldito trapo en una puta semana, ¿Estamos claros? —gruñó sosteniéndole la mirada.—Vas a arrepentirte de haberme convertido en esto —Él solo sonríe.—Eso jamás pasará, ahora Respóndeme si entendiste.—Sí, entendí.—Bien, larguémoslos porque la noche es muy larga. En el camino en la camioneta, intenté no mirarlo ni dirigirle una palabra, lo detestaba y lo que menos quería ahora mismo era t
Llegamos a la casa y en todo el transcurso hasta ella no podía dejar de temblar, Reece parecía un loco, no dejaba de pasarse las manos por su pelo y mirarme con una ira que parecía de otro mundo. El auto se detiene en frente a la mansión y él me toma del brazo con fuerza y abriendo la puerta del carro me baja de él.—Suéltame, me estás lastimando — Él solo sonríe abriendo la puerta de la mansión.—Ahora vas a ver realmente cómo puedo lastimarte.De la cocina aparece aurora junto con su hermano que miran alrededor de una manera que no puedo descifrar, mis ojos están llenos de lágrimas, mi cuerpo tiembla y la mano que sostiene mi brazo quema, él en realidad me está lastimando y no le importa nada.—¿Qué sucede, hermano? —Reece observa a Roce que lo mira confundido.—La regazza cometió un error que no pienso tolerar, así que va a recibir su merecido castigo.—¿Qué hiciste nena? —gruño observando a Aurora que me mira como una madre a su hija a punto de regañar.—No hice una mierda, y
Nos sienta en la silla vacía y abre una laptop para que todos la vean, en ella hay rutas y demás cosas que no entiendo, así que acerco mi boca a su odio para que solo él me pueda escuchar. —¿Por qué estoy aquí?, sé que las mujeres no están en las reuniones de los hombres —Me alejo observándolo. —Eres mi Casseto, necesito que estés presente para que hagas unos costos sobre un nuevo negocio —Asiento suspirando. —¿Crees que sea buena idea?, sabes que la Bratva jamás ha estado de acuerdo en que la cosa nostra sea el líder de la pirámide, se creen mejores por ser de la realeza —Observo al hombre con atención. —Son los mejores en cuanto a armas se tratan, ellos también nos necesitan, es mejor estar aliados, una guerra ahora mismo no nos conviene —El hombre solo asiente a las palabras de Reece. —Debes andarte con cuidado, Reece, tienes algo que a ellos les pertenece y puede que tomen eso como una guerra —Lo observo confundido, ¿Qué puede tener? —Ahora somos más que socios, y sabes que e
Me toma del trasero para que enrolle las piernas en su cintura, con fuerza lo hago, camina conmigo acostándome en la cama, sin ningún cuidado arranca las tangas de mi cuerpo ocasionándome un ardo.—¡¿Qué te pasa?!, ¡eso me dolió! –Rueda los ojos con aburrimiento.—Deja de quejarte tanto y abre las piernas —gruñendo hago lo que me dice.—Podrías ser más delicado —ríe acariciando mi vagina.—No soy un puto peluche para serlo, soy un asesino.Jadeo, cuando siento sus dedos en mí, esa vez no es uno, son dos y empieza a moverlos de arriba abajo, luego lo hace en círculos, mientras que con la mano acaricia mi clítoris, me retuerzo sobre la cama por sus caricias y dejo salir sonidos fuertes de mi boca. Un segundo después el condenado se detiene haciéndome protestar.—¡¿Por qué te detuviste?! —Sonríe.—Me mojaste todo, no pensaste que te dejaría venir con mis dedos dentro, si lo harás será con mi polla en ti —bufo rodando los ojos.—solo hablas y hablas y no has hecho nada —Golpea mi clítoris
La veo caminar dentro del lugar y hago lo mismo, jadeo cuando veo a una pantera como la que asesine caminar por una jaula que parece más la selva que algo diferente, la mujer se acerca a ella y con un silbido el animal se acerca a ella recibiendo la caricia que le da, no puedo creer que un animal como ese esté tan dócil, recordar que uno de esos casi me mata no me dejan verlos como algo más que asesinos.—Ven aquí niña, necesitas conocer a mi bebé —Vacilo, pero al final lo hago.—¿Es suya? —Asiente.—Se llama Monstruo, está conmigo desde bebé, por eso es así de dócil, pero solo conmigo, si entras hay podría quitarte la cabeza.—Sí, eso me queda muy claro, pero quiero saber qué hago aquí —ríe fuertemente.—Eres mi vivo reflejo, inocente, hermosa, inteligente y tan ingenua que enferma —gruño por sus palabras.—Parece que eso es más un defecto, me han visto la cara varias veces por eso.—Lo imagino, pero tranquila, eso va a cambiar —La miro confundida.—¿Qué quiere decir con eso?—Voy a
Él solo asiente pasando por mi lado, golpeando mi hombro con fuerza, ¿Qué mierdas le pasa a este loco?—Ser la protegida de mi madre no te va a salvar Picola Regazza, me debes muchas aún.—No te tengo miedo, puedo partirte la cara sin ayuda —Ríe besando mis labios con fuerza.—Veremos cuanto te dura esa valentía de mierda que tienes.Sale de la habitación dejándome con un mal sabor de boca.—Tendré más trabajo del que creía contigo, niña —Bufo, esto será una mierda.Cuando esa mujer dijo quesería su aprendiz jamás imagine que lo tomaría tan en serio, no solo me ha metido en jaulas con leones, panteras y tigres, también ha hecho que me apuñalen más de dos veces, me corto el cabello, me tatuó una parte de mi cuerpo y me enseño a ser la mejor manejando los cuchillos, esta loca.en realidad es una maldita mercenaria, no puedo creer que esa mujer llego hacer como yo, llevo entrenado junto a ella tres meses y he aprendido más que en todo el tiempo que lo hice con sus hijos, es una sanguinar
Las palabras de Reece hicieron que algo dentro de mí se activara de una manera sorprendente, estaba eufórica y una gran sonrisa se apoderó de mi rostro, sabía que si ganaba esto, tendría más ganado de lo que pensaba, no solo le cerraría la boca a más de uno, sino que jodería a Reece como quería.El bastardo me gustaba no iba a negarlo, no estaba enamorada de él, pero si me atraía de una manera poco inusual, me fascinaba sacarlo de quicio y una parte de mí le fascinaba su agresividad en el sexo, así que joder sus polvos me encantaba más de lo que creía.—Quita esa cara de estúpida y concéntrate, vamos a entrar —Asiento preparando mis cuchillos —.¿En serio?, ellos tienen ametralladoras y tú escoges tus estúpidos cuchillos.—Puedo matarlos más rápido que ellos con un arma, creo que te lo demostré hoy en la mañana —gruñe con fuerza.—Sí, recuérdame que debo poner ese culo rojo.—Antes de que hagas eso te corto las bolas —Ríe preparando su arma dorada.—Pues te jodes, si ganas esto tendrá
Bueno, él tiene razón, puede que el maldito sabía que igual iba a ganar, es un sádico mercenario de mierda, y aun así fingió que estaba herido para hacer que me esforzara más para ganar, mi parte competitiva salió a flote e hizo que ganara.—Bien, entonces vámonos a casa —Ríe negando.—¿Tan desesperada estás?—No, necesito un baño urgente, no tener tu polla dentro de mí.—Que lastima, porque es lo que tendrás por el resto de la noche.¡Mierda, no sé cómo podré caminar mañana, me arderá hasta el culo!Después de recibir las felicitaciones de toda esa parranda de hipócritas por fin nos pudimos ir a casa, no sabía que la voz se correría tan rápido, pero parecería que todos en la casa ya lo sabían porque cuando pase no dejaban de mirarme con respeto y decirme Padrina, me sentía rara, pero a la vez también satisfecha porque al final me gane el respeto de toda esa gente. Suspiro entrando al baño mientas me quito la ropa, entro a la ducha y la abro, cuando quedo bajo el agua siento como una