Mi cuerpo ardía en deseos de descargar todo este veneno en forma de placer. Quería distraerme y había visto como Tim se quedaba mirándome. Lo invité a mi cuarto para que nos divirtiéramos. Me dije a mi misma que me lo merecía, había logrado tantas cosas que era una chica digna de admirar. Logré convencer a todas las manadas del peligro que Keira representaba y no solo eso, sino que me escogieron como su nueva líder. El trabajo más difícil había sido el convencer al lobo de cobre de unirse a mis filas, pero cuando lo tuve de mi lado supe que ganaría, el tenía un poder impresionante que a veces temía usar bajo las órdenes de Jayden.Me quité los pantalones y las bragas mientras me recostaba, esperando que Tim tuviera practica en esto. El tenía veintiocho, era un lobo no tan experimentado y al parecer, yo le gustaba.—Estás hambrienta, por lo que veo… —empezó a decir, probando el tacto entre mis piernas.Decidí dejarme la camiseta, de igual modo me hallaba excitada y quería divertirme, p
Decidí seguir leyendo sola para que se me pasara ese efecto de celos repentinos que tuve. No era lógico. ¿Cómo era posible que me pusiera celosa de Charlie cuando apenas si lo había conocido? En el libro detallaba la parte de los impulsos y como la naturaleza decía que no se podían controlar hasta que se encontrara un compañero definitivo, pero que antes se recorría un camino de pruebas y más deseo.Al parecer era normal, pero no quería dejarme llevar por esa clase de sentimientos. Después de unas horas Charlie regresó a mí lado, con su sonrisa despreocupada, estaba bebiendo soda como si nada hubiera sucedido. Mi calma también se incrementó al saber que Gala se hallaba en la casa de seguridad de Iker, Abigail tenía buenos informantes y eso me hizo tranquilizar muchísimo. Debía volver a su lado, cuando mi presencia no resultara una amenaza para todos.—¿Encontraste algo más? —preguntó, volviendo a sentarse junto a mí.Como el sillón era algo estrecho sentí su piel rozando la mía y eso
(Narra Iker)Una regla absurda por parte de Jayden no iba a hacer que me detuviera, el no tenía ningún derecho para darme órdenes. Empezando por el punto de que por su culpa estábamos en esa situación, por intentar derrocar mi reinado con esa ambición absurda. Zhang me acompañaba y comencé a sospechar, que odiaba a Jayden tanto como yo.—Es por aquí. —dijo él, con desconfianza, olfateado el lugar para localizar si había alguien merodeando.La puerta de servicio no tenía custodio y al parecer, los empleados ya no asistían al trabajo.—Kat debe de haberlos echado, nunca le simpatizaron. —explicó Zhang, cuando el vacío de ese sitio me dio una mala espina. —Ella no toleraba que le sirvieran a nuestro alfa y le pasaran la información. A veces se sentía enjaulada, como si no pudiera tomar decisiones propias porque el siempre se enteraba y quería protegerla.—Espero que la esté distrayendo bien. —contesté, no me importaban los problemas de Kat en lo más mínimo.Tenía que rescatar a mi manada
(Narra Iker)—¿Ema? —pregunté, agradeciendo que todavía viviera. Había creído que ella no sobreviviría y no le permitirían estar allí porque no era una loba.Ella solo me observaba, sin poder decir ni una sola palabra. Llevaba una máscara protectora también, por lo que el efecto de mi arma no la había alcanzado, o de lo contrario estaría muerta. Zhang gritó antes de que pudiera volver a decir algo.—¡Abajo! —fue el gritó que expulsó, obligándome a agacharme.Cuando la vi, no pude creerlo. Accionó el aparato que debía ser una especie de bomba de estruendo de una tecnología que no conocía. Había sido diseñada por ella, la conocía bien y tenía la capacidad de armar ese tipo de cosas, su talento era notable cuando construía armas.El gas que salió de allí no nos afectó en un primer momento por tener las mascaras puestas. El escozor comenzó desde mi cabeza hasta la punta de mis patas. Era una sensación agobiante, a pesar de que no me hallaba respirando la sustancia igualmente algo me estab
Charlie me miraba como si estuviera observando una maravilla. Tenía los ojos brillantes y contemplaba mi transformación. Intenté agitar mis alas y estas se movieron, yo tampoco podía creerlo. Los ejercicios habían dado sus resultados, mi desnudez complementaba a la perfección con mis alas, los colores y las formas, me veía tan imponente que incluso a mí misma me di miedo.—Gracias… —empecé a decir, con esa fuerza brotando de mi interior. El negó con la cabeza.—Ha sido un placer para mí. —respondió, con una sonrisa, mientras pasaba su mano por una de mis alas. —Es increíble… Jamás había visto algo así…Su tacto inspeccionó cada parte de mi cuerpo, sintiendo el poder que había en mi interior y que crecía. Sentir el roce de sus manos me estremecía, la imagen en el espejo demostraba a una mujer bellísima, como si no pudiera reconocerme a mi misma en esa forma. Era yo, tenía que aceptarlo. Al fin podía ser yo misma.No quería volver a mi forma humana, esta sensación me hacía sentir verda
(Narra el lobo de cobre)El olor de esa sustancia que se hallaba todavía flotando en el aire del pasillo inundaba incluso mi cuarto, que pensé, estaba cerrado de manera hermética. Ese desgraciado de Iker tenía un as bajo la manga que no alcancé a prever y por eso, más de una docena de mis lobos ahora estaban muertos. No tenía importancia en lo que mi estadística mostraba, todavía contábamos con centenares y más centenares de otros en nuestras filas. Ese pequeño ataque no fue ni siquiera un rasguño.Ahora, mi situación era cada vez más favorable y estaba orgullo de eso. El hecho de haber manipulado a Ema me dio esa ventaja estratégica insuperable y sus conocimientos sobre la fabricación de armas hizo que la guerra estuviera prácticamente ganada.Lo único que jamás esperé ver con mis ojos y me estaba decepcionando, era el haber visto a Zhang peleando al lado de Iker, nuestro principal enemigo. Me decepcionó cuando se marchó al bando de Jayden y ahora, había vuelto a cambiar. Su lealtad
(Narra Jayden)—Me gustaría hacerlo otra vez. —dijo Kat, mirándome y jugando con su cabello. —Ahora que estás aquí, ¿No pensarás irte tan pronto?Negué con la cabeza y miré hacia el reloj de su pared. Iker y Zhang debían de haber liberado a la manada, el tiempo que les di era más que suficiente. Distraerla no era fácil y pronto comenzaría a sospechar, a pesar de que se estaba divirtiendo mucho. Cuando salieran de mi casona, debían dirigirse a nuestro nuevo cuartel para volver a planear una estrategia, proteger a Keira sería lo primordial.Ella no lo sospechaba, podía verlo en sus ojos cuando me miraba, con ese enamoramiento que tenía hacia mi desde hace años, nunca disminuyó. Quería estar conmigo desde que tengo memoria, cuando éramos adolescentes también. Nunca me había gustado y no podía corresponderle, lamentaba que fuera así pero no podía cambiarlo. Ella se obsesionaba conmigo, cada año que pasaba era peor.Cuando tocaron la puerta, mi instinto de lobo actuó y me hizo querer huir
(Narra Iker)El despertar que sufrí fue abrupto, puesto que me encontraba en una jaula colgante, que se movía de un lado para otro provocándome nauseas. Seguía en mi forma de lobo, porque no quería ser visto como humano, eso sería demostrar la debilidad que deseaban tanto.—Hermano. —dijo una voz, que venía desde abajo. Reconocí que se trataba de la voz de Greg. —¿Ya te despertaste? —preguntó, insistiendo.—Sí. —respondí, con la voz ronca y los ojos cansados, el efecto del somnífero seguía haciendo que mi cuerpo estuviera muy débil. Gruñí al darme cuenta que mis garras habían sido limadas, pagarían por eso, lo juraba en voz baja al contemplarlo, esas garras eran una de las armas más letales del mundo, era un don que me fue entregado y ahora, arrebatado.Bajé la mirada y divisé las jaulas donde mantenían a mis hermanos encerrados. Eran individuales, pero estaban en el suelo a diferencia de la mía. Supuse que era para más seguridad. También Zhang estaba allí.—Ahora estás muy arriba. —d