El cariño que sentía por él no parecía irreal, tampoco un placebo, a diferencia de las veces que busqué solo sentirme cómoda. No sabía cómo sentirme con respecto a él, siendo que nuestra historia era por completo complicada.Conducía y al mismo tiempo tenía su mano sobre mi rodilla, yo apoyé la mía también para sentir su calor.—Gracias por este momento, son cómo vacaciones de este infierno. —sonreí, estaba realmente agradecida por su forma de divertirse a mi lado.Me había secuestrado, robado víveres y hasta un auto, era un completo desastre y un tipo problemático. No podía no quererlo, aunque las cosas que hiciera no fueran del todo correctas.No ansiaba regresar con los otros lobos. La incomodidad era grande. Lo vio en mis ojos mientras trataba de distraerme con el monótono paisaje de la ventanilla.—¿Estás nerviosa? Es como si te estuviera llevando a conocer a mis padres. —Iker sonrió, haciendo una mueca.—Es que después de estar tan relajada… Digo, bueno, no es fácil volver a est
(Narra Kat)La muerte de esos sujetos que se habían burlado de mí en secreto me hizo sentir mucho mejor. Incluso en el espejo vi una imagen más amable de mí misma. Los rasgos se habían afinado, mis cejas estaban más espesas y mis labios más carnosos. La delicadeza estaba regresando a mi cuerpo.—Estoy harto de estar aquí encerrado. —dijo Jayden, mientras cubría su cabeza con las mantas de la cama.—Bah, ya cállate, estás siendo alimentado y con todas las necesidades básicas cubiertas. ¿Te parece poco? —pregunté en un tono irónico.—Preferiría estar muerto. —contestó a secas, mirándome con odio.—Vine a buscar mi chaqueta, tenemos trabajo que hacer. Sabes pronto todos recuperaremos la energía y podré cazar a esas manadas traidoras. —sonreí, el gozo que me provocaba el tener un buen plan entre manos era rotundo.Busque mi campera negra con brillantes, era larga hasta casi las rodillas. Retoqué nuevamente mi maquillaje para verme esplendida y usé unos zapatos cómodos pero elegantes. Me g
Me hallé en el suelo del sanitario para estar a solas. No podía mostrarme ante nadie en ese momento.Ella se había marchado, las cosas habían sucedido tan rápido. No era justo, allí no había cordura a la cual aferrarme si no era lo suficientemente fuerte. Mi corazón no lo sería nunca, no como debería. Ese amargo sabor navegaba en mi boca, queriendo escaparse para volverse autocompasión.No dejé que nadie entrara, el corazón me latía muy rápido a medida que pensaba en las consecuencias que podía traer esa separación. Abigail estaba en el bando opuesto ahora y las cosas iban a comenzar a cambiar.Las alas de mi espalda amenazaban con quebrarse, caerse a pedazos sin más. Mis ojos parecían estar ciegos al transportarme en la pena. Mi estado de debilidad era deplorable. Si alguien hubiera querido matarme, este hubiera sido el momento perfecto para hacerlo.La puerta sonó varias veces. Primero, parecía ser Iker, luego Ema, después incluso Charlie. A todos les dije que se largaran y me dejar
(Narra Abigail)Mi cuarto en aquella casona era más grande de lo que pensé. Me dieron uno que contaba con propia suit de baño, con lo cual pude tomar un largo baño relajante después de todo lo que ocurrió.Él entró sin tocar la puerta. Yo me hallaba cubierta con las burbujas y la espuma dentro de la bañera. Casi suelto un grito al verlo allí.—Necesito que tengas esto. —dijo Nat, llevaba puesta su ropa sencilla pero sofisticada que lo caracterizaba. Empezó a leer una lista. —Estos son los lobos con los que deberás tener más cuidado…Comenzó a relatar una lista de aproximadamente cincuenta lobos que sería imposible de recordar solo con la memoria. No parecía importarle que era mi momento privado en el baño, lo cual me hizo enfadar.—Ahora no quiero escuchar eso. —dije, fastidiada y con el ceño fruncido.—Es que no podía esperar, verás, estoy muy entusiasmado por esto que ocurre. El que estés aquí, ayudándonos, parece un sueño… —me miró fijamente a los ojos. Si bien no estaba leyendo mi
Esa visión debía significar algo real y al inspeccionar en la biblioteca, me di con que el libro ya no estaba. En el había muchas claves para derrotarme. Salí corriendo hacia donde estaba Tania y Robert, para ir a anunciarles lo terrible que había ocurrido.—Tranquilízate, querida, habla más pausado o no podremos entenderte. —dijo Tania, apretando los labios.Eso me puso de un peor humor, yo era puro fuego y deseo de venganza en este momento.—Estoy diciéndolo. ¡Ella ha robado ese condenado libro! Allí había mucha información sobre mí…—Es solo uno de los libros, no ha tomado el resto. —intentó calmarme Tania, con una voz maternal paciente.No iba a funcionar. Mis colmillos se asomaban.—¡Esto es un desastre! —grité, con la garganta ardiente por las palabras que debían salir de allí.—Esto le dará la razón a Kat. Si cundes en pánico, estarás mostrando debilidad. —dijo Robert, esta vez habló el, con una severidad rotunda.—¿Entonces no hay que hacer nada? Comienzo a impacientarme, en e
(Jayden)El encierro tornaba mi mente un cubo de hielo helado. Ciertamente sentía que mi cerebro no era el mismo de siempre. Porque no me ejercitaba como antes, no podía leer los libros que me interesaban. Ni siquiera lograba conversar con alguien lo suficientemente listo. Solo recibía los insultos de Kat una y otra vez, así como las sucesivas burlas.—Buen día, Jayden. —dijo ella, riendo con sarcasmo. Empezó a dar vueltas en círculos por el cuarto, debía encontrarse aburrida.Reconocía cuando lo estaba, desde que era una niña si no encontraba algo que hacer daba vueltas en círculos hasta que lograba encontrar algo con lo cual divertirse. La vi horas con el ordenador, mirando vaya a saber qué.—¿No necesitan tu ayuda hoy? —pregunté, desde mi lugar en el suelo.Tenía el cabello largo y la barba crecida, necesitaba con urgencia afeitarme un poco e higienizarme. La muy cruel no me dejaba bañarme por miedo a que me escapara o intentara algo. Por lo cual solo me dejaban cambiarme de ropa y
(Narra Keira)—Si te soy sincera sigo creyendo que este es un pésimo plan. —dije, poniendo los ojos en blanco.Si me hubiera dicho desde un principio que tendríamos que ir a convencer a las personas, pero que solo yo podría hablar, definitivamente no habría asistido. Tania me había prácticamente engañado para estar allí y eso no era correcto. Eran tan extraños, esa familia me ponía ciertamente muy nerviosa y no quería aceptar sus reglas. Ya Abigail me había decepcionado mucho al enseñar su verdadera cara al huir y vender mis secretos, como un golpe demasiado bajo.—Ese derrotismo no te llevará a ningún lado, Keira. —Tania arrugó la frente. Podía ver en su expresión que no toleraba mucho mi manera de ser.Pero yo no podía cambiar quien yo era y ahora, me sentía acorralada. Estábamos entrando a la ciudad en este mismo momento.—Háblame del sitio a donde iremos y también del sujeto, al menos. —dije, mirando por la ventanilla. El paisaje de la ciudad siempre me ponía de mejor humor. El ai
(Keira)—Sigo sin entender como puedes pensar, Tania, que yo abandonaría la comodidad de mi vida para ir a pelear. Sabes que no me gusta pelear ni luchar en enfrentamientos de lobos. No me he transformado en años. —dijo Tyler, con los ojos fijos en ella, desafiante. Parecía un humano normal, con adicciones y problemas de inestabilidad. No había rastros de ferocidad en su mirada en lo absoluto.—Creí que tu etapa de renegar de tu naturaleza había llegado a su fin cuando casi mueres. —dijo ella, buscando que recordara esa parte de su vida. —Ser un lobo te salvó la vida.—Bueno, ahora ya no lo necesito más. Tengo trabajos de vez en cuando para pagar mis cosas, viajo, me muevo a pie o en autos alquilados. Me gusta mi vida, pago rentas pequeñas en sitios estrechos. No puedo pedir más. —Tyler señaló la computadora que le habían dejado para reparar. —Quizá a ti te parezca aburrido, pero soy bueno en mi trabajo, reparo cosas, no las romperé más.—Pero sabes que esta no es una vida para un lob