(Narra Keira)—Si te soy sincera sigo creyendo que este es un pésimo plan. —dije, poniendo los ojos en blanco.Si me hubiera dicho desde un principio que tendríamos que ir a convencer a las personas, pero que solo yo podría hablar, definitivamente no habría asistido. Tania me había prácticamente engañado para estar allí y eso no era correcto. Eran tan extraños, esa familia me ponía ciertamente muy nerviosa y no quería aceptar sus reglas. Ya Abigail me había decepcionado mucho al enseñar su verdadera cara al huir y vender mis secretos, como un golpe demasiado bajo.—Ese derrotismo no te llevará a ningún lado, Keira. —Tania arrugó la frente. Podía ver en su expresión que no toleraba mucho mi manera de ser.Pero yo no podía cambiar quien yo era y ahora, me sentía acorralada. Estábamos entrando a la ciudad en este mismo momento.—Háblame del sitio a donde iremos y también del sujeto, al menos. —dije, mirando por la ventanilla. El paisaje de la ciudad siempre me ponía de mejor humor. El ai
(Keira)—Sigo sin entender como puedes pensar, Tania, que yo abandonaría la comodidad de mi vida para ir a pelear. Sabes que no me gusta pelear ni luchar en enfrentamientos de lobos. No me he transformado en años. —dijo Tyler, con los ojos fijos en ella, desafiante. Parecía un humano normal, con adicciones y problemas de inestabilidad. No había rastros de ferocidad en su mirada en lo absoluto.—Creí que tu etapa de renegar de tu naturaleza había llegado a su fin cuando casi mueres. —dijo ella, buscando que recordara esa parte de su vida. —Ser un lobo te salvó la vida.—Bueno, ahora ya no lo necesito más. Tengo trabajos de vez en cuando para pagar mis cosas, viajo, me muevo a pie o en autos alquilados. Me gusta mi vida, pago rentas pequeñas en sitios estrechos. No puedo pedir más. —Tyler señaló la computadora que le habían dejado para reparar. —Quizá a ti te parezca aburrido, pero soy bueno en mi trabajo, reparo cosas, no las romperé más.—Pero sabes que esta no es una vida para un lob
(Iker)—Tenemos que hablar ahora, hermano. —dijo Kal, al tiempo en que se esforzaba por fastidiarme.Lo seguí por el pasillo hasta el jardín, parecía ser el único lugar que no estaba plagado de gente. Esto no tendría que seguir ocurriendo si pudiéramos ir a alguna de mis mansiones, donde el espacio sobraba. Pero este anonimato que había que seguir me impacientaba, tener que estar todos amontonados era insoportable.—Dime. —dije, enfocándolo. —¿Qué es lo que quieres? —pregunté. Quería que fuera directo al grano.—No creo que estés actuando bien, he visto lo que le hiciste a Charlie, casi lo has matado. —empezó a decir Kal, con su prudencia característica.Otra vez esa necesidad de cuestionar mis órdenes y mi forma de proceder.—¿Quieres desafiarme? —pregunté. —Podrías ocupar su lugar y estar recuperándote.—No, sabes que no. Somos hermanos, joder, es que no puedes solo escucharme y ya. Busca tu prudencia, hoy más que nunca necesitamos aliados para pelear en esta guerra.—Bueno, estoy v
(Keira)No podía creer ni entender lo que estaba diciendo ese lobo. Tyler había declarado que solo se uniría a nuestras filas si yo peleaba contra él y no solo eso, tenía que ganarle. Yo no era una guerrera hábil en combate, no contaba con experiencia peleando y eso se notaría. El parecía entrenado por años y sus movimientos habían sido casi imposibles de ver para mí. No sabía que haría, pero Tania me apretó el brazo, haciéndome entender que no tenía otra opción.—No tengo todo el tiempo del mundo. —dijo Tyler, molesto por tener que esperar.—Necesito un minuto. —dije, yéndome hacia un costado con Tania, para poder hablarle a solas. —No podré hacerlo. —le dejé en claro, esto era una autentica locura y no había manera de que saliera bien. —Ganar será imposible.—Eres un demonio Keira, puedes tener muchas posibilidades de ganar. Si no buscas la manera, perderás la posibilidad de que se una a nuestras filas. Piensa, no es tan difícil que al menos lo intentes. Recuerda que el derrotismo n
(Keira)Tyler iba junto a mí en los asientos de atrás del automóvil. Tania conducía con su prudencia habitual. El no parecía estar del todo feliz de tener que acompañarnos y era normal, le había ganado prácticamente haciendo trampa, pero fue fiel a su palabra y subió al auto rumbo hacia nuestro refugio.—Lo siento. —dije, encogiéndome de hombros. —Necesitaba ganar esa pelea.El me miró desconcertado.—¿Por qué te disculpas? —preguntó.—Hice trampa, usé una táctica engañosa para no tener que pelear. —respondí, apenada, claro que me hubiera gustado ganar de una manera limpia. —De no ser por eso, tu hubieras ganado.—No era un combate con reglas. No tienes porqué disculparte. Lo importante era ganar, después de todo y tu has cumplido con tu objetivo. —empezó a decir, con un tono irónico que no me permitía saber si era sincero o no.No contesté nada por unos segundos. El tenía una personalidad extraña, tenía tics nerviosos propios de un adicto. Me pregunté si en realidad sería una buena i
(Keira)No podría haberme imaginado que el hacinamiento en ese refugio llegaría a su límite tan rápidamente. Éramos demasiados conviviendo en un lugar tan estrecho. Sobre todo, los más afectados eran los miembros de la manada de Robert. Ellos tenían unas rutinas tan estrictas que no podían llevar a cabo al tener que compartir cada uno de los ambientes de la casa. Solo podían tener libertad y soledad afuera, en el jardín del campo.Se establecieron nuevas normas de convivencia. Como un día para cocinar para cada uno, otro día del lavado de los platos, la limpieza del baño y muchas otras cosas esenciales más.El que más problemas daba era Tyler, que era tan volátil que podía pasarse horas enteras ebrio sin rendir sus cuentas ni cumplir con sus tareas. Era el caso más difícil para Tania, porque ella se hizo cargo de él y tenía que hacer que se integrara.Zhang y Kal se peleaban todo el tiempo, en especial en la cena y el almuerzo, donde todos debíamos compartir el mismo espacio. Luego, C
(Abigail)El despertar de aquella mañana me pareció increíble. Había una bandeja de desayuno junto a mí, que dejó Nat muy temprano. Eso me sorprendió, nadie solía levantarse incluso más temprano que yo. Me pareció un detalle muy hermoso de su parte el traerme el desayuno a la cama. Entró a la habitación con una chaqueta de jean holgada y gastada, con una camiseta negra debajo y unos jeans muy oscuros. Me agradaba su forma de vestirse informal, lo hacía ver despreocupado y suelto.—Buenos días. —saludó, al tiempo en que se servía un vaso de zumo de naranja para beber a mi lado.Los wafles eran de vainilla y había toda clase de salsas.—Muchas gracias por todo esto. —dije, sonriendo.—No me agradezcas, has hecho mucho por nosotros y necesitas energía para todo lo que haces en el día. Mira, si no fuera por ti todos esos lobos seguirían sin un rumbo fijo.Era cierto, en los últimos días había entrenado a los lobos con rigurosidad y había rendido frutos. La disciplina los hacía mucho más f
(Nat)Esto parecía una auténtica locura, Kat estaba sobre Abigail y parecía que se estaban golpeando.—¿Qué hacen? Contéstenme ahora. —ordené, con muy poca paciencia, no había tiempo como para hacer esa clase de tonterías.Pero fue Kat la que respondió y por el contrario a lo que yo había creído, se quitó la blusa dejando sus senos al aire.—Estábamos jugando, querido. ¿Por qué nos interrumpes así? —preguntó ella, con una sonrisa seductora en el rostro.Abigail asintió con la cabeza.—Eso hacíamos. —dijo, al tiempo en que se quitó también la blusa.Ambas estaban semidesnudas en la cama, juntas, como si hubieran estado peleando. No me explicaba porque estaban haciendo esto.—¿Quieres jugar con nosotras? —preguntó Kat, al tiempo en que me observaba fijamente.No pude evitar sentirme atraído por esa escena, las dos eran increíblemente irresistibles y seductoras. Estaban juntas y sus intenciones eran confusas. Salí de allí cerrando la puerta a mi paso, buscando aclarar mi mente sin haber