Un zumbido sordo la hizo despertar, pero su vista, su jodida vista no estaba del todo clara. Todo a su alrededor estaba borroso y además de eso estaba oscuro. Solo la tenue luz de la luna iluminaba el lugar donde se encontraba recostada.Parpadeo varias veces, tratando de mirar en donde se encontraba. Pasaron varios segundos antes de que sus ojos le brindaran una mejor visión y solo en ese momento descubrió que no sabía en donde estaba. Intento levantarse, pero su cabeza le imploro piedad, el dolor fue punzante, tanto como para devolverla a la suave tela que tenía debajo de la cabeza.Eso la desconcertó, darse cuenta de que había algo, una tela cómoda y caliente en donde descansaba su cabeza y tenía un aroma peculiar. Tessa se dio la vuelta o al menos lo intento, no solo para intentar ver la tela, sino para tener mayor acceso al olor que emanaba. Olía extraño, no era exactamente el aroma de un perfume masculino, pero era claro que era de hombre, olía a madera de pino y también a algo
—¡Tessy!—entro Magie a la habitación que el personal de salud le había asignado luego de hacerle algunas pruebas solo para descartar una hemorragia interna, luego de que Tessa describiera que un oso la había golpeado al pasar corriendo al lado de ella. Había sido la explicación más extraña que había dado en toda su vida, pero por como estaba la situación en la zona, los doctores no dudaron de su versión, ya que no era la primera persona que había llegado esos últimos días por un avistamiento de oso.—¿Cómo que un maldito, oso? ¿Qué rayos estabas haciendo en el bosque? ¿Qué no sabes que hay toque de queda?—Lo sé, solo no quiero quedarme quieta mientras acusan a mi papá de algo que no cometió—se cruzó de brazos mientras soltaba un suspiro— dime ¿Es cierto lo que escuche? ¿Encontraron a otra víctima?Hasta ese momento, Tessa no había podido averiguar absolutamente nada porque no había podido levantarse de su cama y el poco personal que llegaba a presentarse a su habitación, solo lo hacía
Luego de que Magie y su madre se marcharan luego de un par de horas acompañándola. Tessa se sintió más sola que nunca en su vida, no exactamente porque estuviera en un hospital, sino porque nadie la comprendía. Guardaba cosas que no podía contarle a nadie más porque creerían que tal vez ese golpe en la cabeza le habría afectado más de lo esperado. Creerían que estaba loca o quizás demasiado sola para imaginar lobos gigantes habitando el bosque, pero no lo estaba y la prueba era ese hombre.Eran las siete y cuarenta y cinco cuando Tessa decidió levantarse de su cama, podía caminar, el mareo había cesado gracias al medicamento que los doctores le habrían proporcionado, pero su ánimo estaba un poco descompuesto o tal vez roto, porque tenía muchas dudas y quizás no habría nadie quien pudiera responder todas sus preguntas.Miro por la ventana, pero no para mirar afuera, sino para ver su propio reflejo, sintió que hacía mucho que no lo hacía, su cara lucia un tanto demacrada y cansada. Nece
—¿Acaso no hay nada mejor que ese club en todo el pueblo?—se quejó Tessa de que su amiga le repitiera el mismo plan para cada fin de semana. Se trataba del club de la media noche, el único bar en kilómetros a la redonda donde los jóvenes podían tomar todo tipo de cervezas artesanales sin tener que sufrir los estragos del alcohol, pero que de igual forma te hacía sentir animado y un poco alocado. Era la única forma en que chicos entre quince y diecisiete años pudieran beber y divertirse sin qué la policía los molestara, pero Tessa estaba aburrida de ir siempre a ese lugar. Al principio había sido divertido, sobre todo por la adrenalina, se sentía de estar rodeado por los chicos más lindos de la escuela y que ellos por primera vez te prestarán atención, porque no estaban del todo en sus cinco sentidos, pero después de dos años, esa sensación había caído en la monotonía y para ella ya no tenía chiste alguno ir si todos los chicos eran los de su propia clase o incluso más jóvenes qué el
Tessa camino esquivando las ramas de los árboles, cosa que en realidad habría sido relativamente fácil de no ser por la lluvia y el suelo húmedo lleno de hojas secas. Sus botas se resbalaban por el camino mientras intentaba apresurar el paso y es que conforme caminaba, la lluvia se intensificaba, era como si la misma naturaleza le impidiera el paso para buscar a su padre, pero entonces luego de varios minutos de camino, finalmente llego, pero lo que encontró no fue bonito ni mucho menos agradable, sino que parecía una escena de película de terror.El poste en el que se suponía estaba la conexión telefónica, estaba partido a la mitad, por lo que había algunos cables rotos regados por el suelo, la caja de la conexión estaba rota, más no como si ahí hubiese caído el relámpago que había causado que su llamada terminara. Era más bien como si aquel lugar hubiera sido atacada por un animal salvaje, uno bastante grande como para que rompiera el poste de madera, uno bastante grueso, quizás un
Para cuando los cuerpos de emergencia llegaron a su casa, Tessa había tratado de calmar a su padre, quien aún estaba en estado de shock por lo que había pasado, ella estaba segura de que tal vez su padre había presenciado todo y a pesar de su condición había intentado ayudar, pero estando como estaba, no podía dar una declaración.Tessa nunca antes había visto a todos los policías del pueblo reunidos ahí, de hecho, no sabía que había tantos de ellos resguardando ese lugar, en el que prácticamente casi no sucedía nada, a excepción de que alguno que otro turista llegara a perderse en el bosque.Hablo con muchos de ellos, repitiendo lo que había pasado una y otra vez según lo que había sucedido desde que estaba hablando con Magie en su habitación, pero para ellos su relato sonaba un tanto fantasioso cuando mencionaba el rugido o las marcas de huellas que había visto en el sendero.Su casa estuvo rodeada por varias horas mientras acordonaban la zona, tomaban fotografías, recorrían la zona
Tessa despertó con un horrible dolor de espalda después de dormir inclinada sobre la silla para apoyarse sobre la mesa de interrogatorio. Había sido una noche bastante difícil y es que había repetido una y otra vez aquella misma declaración qué le había dado a los policías, qué habían ido a revisar el bosque y para variar su casa.La habían interrogado como si ella fuese cómplice de ese horrible crimen, o al menos así la habían hecho sentir después de preguntarle una y otra vez porque había esperado tanto tiempo antes de ir a buscar a su padre al bosque.A Pesar de lo mal que se sentía de estar ahí, Tessa respondió cada una de sus preguntas sin vacilar, por lo que los policías no tuvieron otra opción qué soltarla.—Puede irse, señorita Hale—le indico uno de los policías qué había permanecido con ella casi toda la noche. El hombre llevaba un vaso de café en las manos, más no para Tessa, sino para él.—¿Y mi papá? —cuestionó enseguida. Había preguntado varias veces por él durante el int
Tessa no se dio cuenta de que al salir por la puerta de la comisaria ya aguardaba la prensa, más no solo el corresponsal del periódico del pueblo, sino otros más que llevaban cámaras y micrófonos para dar información sobre lo ocurrido.Solo aquel tipo la reconoció y enseguida fue hacerle preguntas sobre lo que sabía respecto a la muerte de la chica que habían encontrado en el bosque, puesto que nada se sabía de ella, ni siquiera su nombre, pero Tessa no quiso decir una palabra, así qué continuo caminando hasta bajar por la acera, hecho que otros periodistas no pudieron pasar por alto, así que enseguida la sofocaron rodeándola para hacerle un millón de preguntas sobre el caso, pero después de lo que le había dicho la oficial Kennedy, sobre que su padre necesitaría un abogado, pensó que lo mejor que podía hacer era mantenerse callada hasta que pudiera hablar con Stan Miller, un viejo amigo de su padre.Stan Miller no vivía en ese jodido pueblo entre las montañas olvidado por Dios, sino