—¿Cómo has estado, Tessa?—expreso el hombre frente a ella, con una media sonrisa, y cuando ambos se estrecharon la mano, Tessa levanto la mirada hacia el hombre que la saludaba, era un hombre pulcro y por lo que se veía también muy culto— hace tiempo que no te veo. —He estado muy bien, de hecho, mucho mejor que mi papá— expreso Tessa tragando saliva y por supuesto desviando la mirada, no le avergonzaba decir que su padre estaba encarcelado por un crimen que no había cometido, pero le afligía pensar en lo mal que debia estar pasándola, quería ir a verlo y deseando que estuviera bien era su único consuelo, saber que finalmente habría regresado de sus regresiones o eso era lo que esperaba. —¿Qué te han dicho de la salud de tu papá, Tessa?—expreso el hombre encaminándose hacia la mesa de la cocina y, ya que Tessa la había dejado limpia y reluciente, el amigo de su padre se aproximó para sacar un par de documentos en la mesa para mostrárselos. —¿Por qué? ¿Paso algo malo con mi papá?—
—Resuelto este asunto, creo que volveré al pueblo para recabar información sobre como va la investigación—dijo mirando el lugar y lo pequeña y desordenada que estaba la cabaña. Tessa enseguida intuyo que no estaba en sus planes quedarse ahí, así que ni siquiera se lo ofreció y después de todo, tenerlo ahí vigilándola no sería complicado para ella cuando pretendía investigar sobre los lobos y también cazarlos. Ahora sabia que había dos de ellos sueltos por ahí y que otra persona había salido herida, solo que por alguna razón había huido ¿Sería por lo irreal que sonaría que un lobo gigante lo había atacado? Tessa se lamentó el no poder hablar con ese hombre antes de que huyera, porque de lo contrario tendría la declaración de otro testigo, pero sin él, seguía igual que antes, sin nada. —Dime. ¿Tienes dinero para sobrevivir tu sola un par de días?—cuestiono Stan al recordar que la chica frente a él seguía siendo una adolescente y, por lo tanto, debia tener nulos ingresos en ese momento
Tessa camino con cuidado, el piso estaba algo resbaloso, así que mantuvo la mirada sobre el suelo para no caerse hasta que recordó en donde había visto al chico, aún había sangre y también había pelo de un animal.Tessa se acercó a una de las más del árbol en donde había quedado incrustado un mechón grande, casi como si fuera una bola de pelos de un gato, solo que este pelo no parecía exactamente el de un gato ni mucho menos el de un perro, sino que cada pelo tenia un grosor ancho, casi parecía ser como el de las cerdas de una escoba, muy grueso y duro para ser el de un animal común, quizás de no intuir de que se trataba, ella habría jurado qué eran las espinas de un puercoespín, pero ella sabía que era el de un lobo gigante.Tomo el mechón de pelo y lo guardo en uno de los bolsillo de la mochila, no sabia si aquello serviría de prueba, pero quería llevarla consigo para tener algo que comprobará qué no estaba siguiendo la huellas de un fantasma, sino un animal, quizás alguna especie a
Un zumbido sordo la hizo despertar, pero su vista, su jodida vista no estaba del todo clara. Todo a su alrededor estaba borroso y además de eso estaba oscuro. Solo la tenue luz de la luna iluminaba el lugar donde se encontraba recostada.Parpadeo varias veces, tratando de mirar en donde se encontraba. Pasaron varios segundos antes de que sus ojos le brindaran una mejor visión y solo en ese momento descubrió que no sabía en donde estaba. Intento levantarse, pero su cabeza le imploro piedad, el dolor fue punzante, tanto como para devolverla a la suave tela que tenía debajo de la cabeza.Eso la desconcertó, darse cuenta de que había algo, una tela cómoda y caliente en donde descansaba su cabeza y tenía un aroma peculiar. Tessa se dio la vuelta o al menos lo intento, no solo para intentar ver la tela, sino para tener mayor acceso al olor que emanaba. Olía extraño, no era exactamente el aroma de un perfume masculino, pero era claro que era de hombre, olía a madera de pino y también a algo
—¡Tessy!—entro Magie a la habitación que el personal de salud le había asignado luego de hacerle algunas pruebas solo para descartar una hemorragia interna, luego de que Tessa describiera que un oso la había golpeado al pasar corriendo al lado de ella. Había sido la explicación más extraña que había dado en toda su vida, pero por como estaba la situación en la zona, los doctores no dudaron de su versión, ya que no era la primera persona que había llegado esos últimos días por un avistamiento de oso.—¿Cómo que un maldito, oso? ¿Qué rayos estabas haciendo en el bosque? ¿Qué no sabes que hay toque de queda?—Lo sé, solo no quiero quedarme quieta mientras acusan a mi papá de algo que no cometió—se cruzó de brazos mientras soltaba un suspiro— dime ¿Es cierto lo que escuche? ¿Encontraron a otra víctima?Hasta ese momento, Tessa no había podido averiguar absolutamente nada porque no había podido levantarse de su cama y el poco personal que llegaba a presentarse a su habitación, solo lo hacía
Luego de que Magie y su madre se marcharan luego de un par de horas acompañándola. Tessa se sintió más sola que nunca en su vida, no exactamente porque estuviera en un hospital, sino porque nadie la comprendía. Guardaba cosas que no podía contarle a nadie más porque creerían que tal vez ese golpe en la cabeza le habría afectado más de lo esperado. Creerían que estaba loca o quizás demasiado sola para imaginar lobos gigantes habitando el bosque, pero no lo estaba y la prueba era ese hombre.Eran las siete y cuarenta y cinco cuando Tessa decidió levantarse de su cama, podía caminar, el mareo había cesado gracias al medicamento que los doctores le habrían proporcionado, pero su ánimo estaba un poco descompuesto o tal vez roto, porque tenía muchas dudas y quizás no habría nadie quien pudiera responder todas sus preguntas.Miro por la ventana, pero no para mirar afuera, sino para ver su propio reflejo, sintió que hacía mucho que no lo hacía, su cara lucia un tanto demacrada y cansada. Nece
—¿Acaso no hay nada mejor que ese club en todo el pueblo?—se quejó Tessa de que su amiga le repitiera el mismo plan para cada fin de semana. Se trataba del club de la media noche, el único bar en kilómetros a la redonda donde los jóvenes podían tomar todo tipo de cervezas artesanales sin tener que sufrir los estragos del alcohol, pero que de igual forma te hacía sentir animado y un poco alocado. Era la única forma en que chicos entre quince y diecisiete años pudieran beber y divertirse sin qué la policía los molestara, pero Tessa estaba aburrida de ir siempre a ese lugar. Al principio había sido divertido, sobre todo por la adrenalina, se sentía de estar rodeado por los chicos más lindos de la escuela y que ellos por primera vez te prestarán atención, porque no estaban del todo en sus cinco sentidos, pero después de dos años, esa sensación había caído en la monotonía y para ella ya no tenía chiste alguno ir si todos los chicos eran los de su propia clase o incluso más jóvenes qué el
Tessa camino esquivando las ramas de los árboles, cosa que en realidad habría sido relativamente fácil de no ser por la lluvia y el suelo húmedo lleno de hojas secas. Sus botas se resbalaban por el camino mientras intentaba apresurar el paso y es que conforme caminaba, la lluvia se intensificaba, era como si la misma naturaleza le impidiera el paso para buscar a su padre, pero entonces luego de varios minutos de camino, finalmente llego, pero lo que encontró no fue bonito ni mucho menos agradable, sino que parecía una escena de película de terror.El poste en el que se suponía estaba la conexión telefónica, estaba partido a la mitad, por lo que había algunos cables rotos regados por el suelo, la caja de la conexión estaba rota, más no como si ahí hubiese caído el relámpago que había causado que su llamada terminara. Era más bien como si aquel lugar hubiera sido atacada por un animal salvaje, uno bastante grande como para que rompiera el poste de madera, uno bastante grueso, quizás un