Abrió la puerta poco a poco y mientras lo hacía el calor de la tina del baño golpeo su rostro como si estuviera en pleno desierto. Había tanto vapor que tuvo que esperar a que se dispersara para observar que diablos estaba pasando en el interior. Volvió a escuchar el gruñir solo que, en esta ocasión, contemplo con sorpresa que aquel quejido propio de un animal lo había hecho, aquel tipo que ella había curado. El hombre estaba metido en el agua caliente que no dejaba de emitir vapor, de hecho, a Tessa le parecio que probablemente el agua estaba hirviendo porque nunca antes había visto el interior del baño de esa forma. Él estaba encogido en el interior de la tina, como si no bastara todo ese calor para encontrar alivio al frío, Tessa intuyo que debia estar enfermo, quizás con fiebre y aunque pensó en la posibilidad de averiguar si sus sospechas eran ciertas, no se acercó a él. No después de aquel gruñir qué le recordaba mucho al que esos gigantes lobos habían emitido, así que salió
—¿Cómo has estado, Tessa?—expreso el hombre frente a ella, con una media sonrisa, y cuando ambos se estrecharon la mano, Tessa levanto la mirada hacia el hombre que la saludaba, era un hombre pulcro y por lo que se veía también muy culto— hace tiempo que no te veo. —He estado muy bien, de hecho, mucho mejor que mi papá— expreso Tessa tragando saliva y por supuesto desviando la mirada, no le avergonzaba decir que su padre estaba encarcelado por un crimen que no había cometido, pero le afligía pensar en lo mal que debia estar pasándola, quería ir a verlo y deseando que estuviera bien era su único consuelo, saber que finalmente habría regresado de sus regresiones o eso era lo que esperaba. —¿Qué te han dicho de la salud de tu papá, Tessa?—expreso el hombre encaminándose hacia la mesa de la cocina y, ya que Tessa la había dejado limpia y reluciente, el amigo de su padre se aproximó para sacar un par de documentos en la mesa para mostrárselos. —¿Por qué? ¿Paso algo malo con mi papá?—
—Resuelto este asunto, creo que volveré al pueblo para recabar información sobre como va la investigación—dijo mirando el lugar y lo pequeña y desordenada que estaba la cabaña. Tessa enseguida intuyo que no estaba en sus planes quedarse ahí, así que ni siquiera se lo ofreció y después de todo, tenerlo ahí vigilándola no sería complicado para ella cuando pretendía investigar sobre los lobos y también cazarlos. Ahora sabia que había dos de ellos sueltos por ahí y que otra persona había salido herida, solo que por alguna razón había huido ¿Sería por lo irreal que sonaría que un lobo gigante lo había atacado? Tessa se lamentó el no poder hablar con ese hombre antes de que huyera, porque de lo contrario tendría la declaración de otro testigo, pero sin él, seguía igual que antes, sin nada. —Dime. ¿Tienes dinero para sobrevivir tu sola un par de días?—cuestiono Stan al recordar que la chica frente a él seguía siendo una adolescente y, por lo tanto, debia tener nulos ingresos en ese momento
Tessa camino con cuidado, el piso estaba algo resbaloso, así que mantuvo la mirada sobre el suelo para no caerse hasta que recordó en donde había visto al chico, aún había sangre y también había pelo de un animal.Tessa se acercó a una de las más del árbol en donde había quedado incrustado un mechón grande, casi como si fuera una bola de pelos de un gato, solo que este pelo no parecía exactamente el de un gato ni mucho menos el de un perro, sino que cada pelo tenia un grosor ancho, casi parecía ser como el de las cerdas de una escoba, muy grueso y duro para ser el de un animal común, quizás de no intuir de que se trataba, ella habría jurado qué eran las espinas de un puercoespín, pero ella sabía que era el de un lobo gigante.Tomo el mechón de pelo y lo guardo en uno de los bolsillo de la mochila, no sabia si aquello serviría de prueba, pero quería llevarla consigo para tener algo que comprobará qué no estaba siguiendo la huellas de un fantasma, sino un animal, quizás alguna especie a
—¿Acaso no hay nada mejor que ese club en todo el pueblo?—se quejó Tessa de que su amiga le repitiera el mismo plan para cada fin de semana. Se trataba del club de la media noche, el único bar en kilómetros a la redonda donde los jóvenes podían tomar todo tipo de cervezas artesanales sin tener que sufrir los estragos del alcohol, pero que de igual forma te hacía sentir animado y un poco alocado. Era la única forma en que chicos entre quince y diecisiete años pudieran beber y divertirse sin qué la policía los molestara, pero Tessa estaba aburrida de ir siempre a ese lugar. Al principio había sido divertido, sobre todo por la adrenalina, se sentía de estar rodeado por los chicos más lindos de la escuela y que ellos por primera vez te prestarán atención, porque no estaban del todo en sus cinco sentidos, pero después de dos años, esa sensación había caído en la monotonía y para ella ya no tenía chiste alguno ir si todos los chicos eran los de su propia clase o incluso más jóvenes qué el
Tessa camino esquivando las ramas de los árboles, cosa que en realidad habría sido relativamente fácil de no ser por la lluvia y el suelo húmedo lleno de hojas secas. Sus botas se resbalaban por el camino mientras intentaba apresurar el paso y es que conforme caminaba, la lluvia se intensificaba, era como si la misma naturaleza le impidiera el paso para buscar a su padre, pero entonces luego de varios minutos de camino, finalmente llego, pero lo que encontró no fue bonito ni mucho menos agradable, sino que parecía una escena de película de terror.El poste en el que se suponía estaba la conexión telefónica, estaba partido a la mitad, por lo que había algunos cables rotos regados por el suelo, la caja de la conexión estaba rota, más no como si ahí hubiese caído el relámpago que había causado que su llamada terminara. Era más bien como si aquel lugar hubiera sido atacada por un animal salvaje, uno bastante grande como para que rompiera el poste de madera, uno bastante grueso, quizás un
Para cuando los cuerpos de emergencia llegaron a su casa, Tessa había tratado de calmar a su padre, quien aún estaba en estado de shock por lo que había pasado, ella estaba segura de que tal vez su padre había presenciado todo y a pesar de su condición había intentado ayudar, pero estando como estaba, no podía dar una declaración.Tessa nunca antes había visto a todos los policías del pueblo reunidos ahí, de hecho, no sabía que había tantos de ellos resguardando ese lugar, en el que prácticamente casi no sucedía nada, a excepción de que alguno que otro turista llegara a perderse en el bosque.Hablo con muchos de ellos, repitiendo lo que había pasado una y otra vez según lo que había sucedido desde que estaba hablando con Magie en su habitación, pero para ellos su relato sonaba un tanto fantasioso cuando mencionaba el rugido o las marcas de huellas que había visto en el sendero.Su casa estuvo rodeada por varias horas mientras acordonaban la zona, tomaban fotografías, recorrían la zona
Tessa despertó con un horrible dolor de espalda después de dormir inclinada sobre la silla para apoyarse sobre la mesa de interrogatorio. Había sido una noche bastante difícil y es que había repetido una y otra vez aquella misma declaración qué le había dado a los policías, qué habían ido a revisar el bosque y para variar su casa.La habían interrogado como si ella fuese cómplice de ese horrible crimen, o al menos así la habían hecho sentir después de preguntarle una y otra vez porque había esperado tanto tiempo antes de ir a buscar a su padre al bosque.A Pesar de lo mal que se sentía de estar ahí, Tessa respondió cada una de sus preguntas sin vacilar, por lo que los policías no tuvieron otra opción qué soltarla.—Puede irse, señorita Hale—le indico uno de los policías qué había permanecido con ella casi toda la noche. El hombre llevaba un vaso de café en las manos, más no para Tessa, sino para él.—¿Y mi papá? —cuestionó enseguida. Había preguntado varias veces por él durante el int