Para cuando los cuerpos de emergencia llegaron a su casa, Tessa había tratado de calmar a su padre, quien aún estaba en estado de shock por lo que había pasado, ella estaba segura de que tal vez su padre había presenciado todo y a pesar de su condición había intentado ayudar, pero estando como estaba, no podía dar una declaración.
Tessa nunca antes había visto a todos los policías del pueblo reunidos ahí, de hecho, no sabía que había tantos de ellos resguardando ese lugar, en el que prácticamente casi no sucedía nada, a excepción de que alguno que otro turista llegara a perderse en el bosque.
Hablo con muchos de ellos, repitiendo lo que había pasado una y otra vez según lo que había sucedido desde que estaba hablando con Magie en su habitación, pero para ellos su relato sonaba un tanto fantasioso cuando mencionaba el rugido o las marcas de huellas que había visto en el sendero.
Su casa estuvo rodeada por varias horas mientras acordonaban la zona, tomaban fotografías, recorrían la zona en busca de más pistas y esperaban la ambulancia del médico forense para que retiraran el cuerpo de Avery de la mesa de su casa.
Durante todo ese tiempo, ella y su padre aguardaron en una ambulancia mientras la policía hacía su trabajo, pero algo no cuadraba para Tessa, ya que nadie parecía estar completamente interesado en el animal que ella había mencionado, sino que todo el mundo miraba a su padre con cierta duda.
—Señorita Hale—expreso el sheriff del pueblo para llamar la atención de Tessa. Ella lo miró con cierto recelo, debido a su actitud severa, pero bajo de la ambulancia, y se acercó al hombre, quien era muchísimo más alto que ella y, por lo tanto, algo imponente, ya que debia elevar la vista para poder cruzar mirada con él— necesitamos que usted y su padre nos acompañen a la comisaria para que podamos tomar su declaración de lo sucedido.
—Pero ya se las repetí mil veces a sus compañeros—protesto Tessa algo incómoda y preocupada, todo parecía indicar que tal vez pasarían la noche en ese sitio, ya que su casa se había convertido en una escena del crimen, pero eso no era tan relevante como el hecho de que su padre aún estaba encerrado en sí mismo y en su mente, no había logrado reaccionar con nada de lo que Tessa le dijera y eso era algo que nunca antes había ocurrido, sus regresiones duraban minutos, pero ya había transcurrido mucho tiempo como para decir que su padre se encontraba bien, quizás necesitaba ir al hospital en vez de ir a la comisaria.
—Y tendrá que repetirla mil veces más si es necesario para resolver este asunto—le exige el sheriff, mostrándose impaciente por irse de ese sitio, que más bien era como un cuchitril para él, puesto que aquella cabaña era vieja y por supuesto, el padre de Tessa no se había dignado a separar su propiedad del bosque por lo que no había diferencia de donde comenzaba la casa y en donde terminaba el bosque.
—¿Y que pasara con mi padre?—quiso indagar, ya que él no parecía estar dispuesto a pronunciar una sola palabra, no porque esa fuese su voluntad, sino porque simplemente estaba desconectado del mundo real.
—Le daremos un calmante y después hablaremos con él—menciono el Sheriff mirándolo de reojo. Aquel era el caso más extraño y por supuesto más perturbador de su carrera, así que no pensaba dejar ir ningún testigo que pudiera aclarar el caso, sin importar que estuviera o no loco.— suban a la patrulla, yo mismo los llevaré.
Tessa asintió, aunque no muy convencida por la actitud del Sheriff y los demás policías, ya que en vez de sentirse tranquila, se sentía incómoda como si sus miradas le advirtieran de que en realidad no confiaban mucho en su declaración. Posteriormente, ayudo a su padre a subir a la patrulla y él no opuso resistencia con ella, podía ser que hubiese cerrado su consciencia para protegerse, pero Tessa era como esa luz que siempre le ayudaba a volver, solo que esta vez solo no quería regresar.
Una vez en la patrulla, el Sheriff comenzó a conducir en medio de la lluvia, la cual ya había bajado su intensidad, pero tal y como lo había deducido antes Tessa, esa noche no dejaría de llover. Al mirar atrás, Tessa observo con cierta tristeza su hogar, el cual estaba rodeado por una cinta amarilla, era como ver una escena de película de terror y con lo que había visto en su cocina, las heridas de Avery, había sido como estar en una.
En auto, fue cuestión de cuarenta minutos para llegar al pueblo y otros quince para atravesarlo todo hasta la comisaria, en la cual ya había personas esperando y es que en un pueblo tan pequeño como lo era Grave Hills nada podía permanecer como un secreto durante mucho tiempo.
Entre las personas que esperaban estaba el alcalde, el último descendiente de la familia Hearts, la única familia que había gobernado ese sitio durante los últimos cincuenta años gracias a su astucia. También se encontraba el comité de representantes del pueblo integrado por las cinco familias más ricas del sitio, entre ellos los padres de Avery, quienes tenían el conocimiento de que una chica de la preparatoria había sido atacada, más no que se trataba de su hija.
Además, también se encontraba la prensa. Un joven quien era el encargado de publicar el periódico de la ciudad, el cual era el único medio de comunicación del pueblo.
Cuando el Sheriff bajo del auto mientras su séquito de policías ayudaban a Tessa y a su padre a bajar de la parte trasera de la patrulla. Todo el mundo los miro con cierto desdén y es que desde aquel incidente con la madre de Tessa, todo el mundo consideraba a Michael Hale como un loco desquiciado, debido a su trastorno de estrés postraumático.
Ese pueblo que tenía ciertas actitudes y costumbres, simplemente no aceptaba los problemas mentales de Michael y muchos menos los de su hija, a quien consideraban como una chica problemática, aunque en realidad no lo fuera, pero todo aquel que llegaba a entrar en el club de la media noche y llegaba hacerle algo a su imagen, como Tessa le había hecho a su cabello, era considerado de esa forma.
Cuando entraron a la comisaria, los policías tomaron a Michael para llevarlo a otra habitación, otra sala de interrogatorio donde podrían conseguir una declaración de su parte, sin que su hija interfiriera, pero Tessa se angustió mucho por ello.
—¿Adónde lo llevan?—cuestiono deteniendo su andar para observar hacia donde lo llevaban.
—Con la doctora de la comisaria, van a darle un calmante antes de interrogarlo—le indico el policía siguiendo la ordenes que ya había dado el Sheriff y aunque no le agradaba la idea, tuvo que seguir al policía que la estaba acompañando hacia otra habitación, una sala de interrogatorio bastante pequeña, donde apenas una mesa y dos sillas.
Tessa despertó con un horrible dolor de espalda después de dormir inclinada sobre la silla para apoyarse sobre la mesa de interrogatorio. Había sido una noche bastante difícil y es que había repetido una y otra vez aquella misma declaración qué le había dado a los policías, qué habían ido a revisar el bosque y para variar su casa.La habían interrogado como si ella fuese cómplice de ese horrible crimen, o al menos así la habían hecho sentir después de preguntarle una y otra vez porque había esperado tanto tiempo antes de ir a buscar a su padre al bosque.A Pesar de lo mal que se sentía de estar ahí, Tessa respondió cada una de sus preguntas sin vacilar, por lo que los policías no tuvieron otra opción qué soltarla.—Puede irse, señorita Hale—le indico uno de los policías qué había permanecido con ella casi toda la noche. El hombre llevaba un vaso de café en las manos, más no para Tessa, sino para él.—¿Y mi papá? —cuestionó enseguida. Había preguntado varias veces por él durante el int
Tessa no se dio cuenta de que al salir por la puerta de la comisaria ya aguardaba la prensa, más no solo el corresponsal del periódico del pueblo, sino otros más que llevaban cámaras y micrófonos para dar información sobre lo ocurrido.Solo aquel tipo la reconoció y enseguida fue hacerle preguntas sobre lo que sabía respecto a la muerte de la chica que habían encontrado en el bosque, puesto que nada se sabía de ella, ni siquiera su nombre, pero Tessa no quiso decir una palabra, así qué continuo caminando hasta bajar por la acera, hecho que otros periodistas no pudieron pasar por alto, así que enseguida la sofocaron rodeándola para hacerle un millón de preguntas sobre el caso, pero después de lo que le había dicho la oficial Kennedy, sobre que su padre necesitaría un abogado, pensó que lo mejor que podía hacer era mantenerse callada hasta que pudiera hablar con Stan Miller, un viejo amigo de su padre.Stan Miller no vivía en ese jodido pueblo entre las montañas olvidado por Dios, sino
Magie llevo a su amiga a un lugar donde sabía que podían hablar a solas, sin que nadie en el pueblo la incomodara con esas miradas indecentes con las que solían juzgar a casi todo el mundo. Había un lugar llamado “El mirador” cerca de la casa de Tessa, era un sitio únicamente para adolescentes, en donde solían aparcar sus autos para tener citas a la luz de las estrellas y de fondo las luces del pueblo enterrado entre las montañas. El lugar era precioso, pero de día, con la lluvia, la niebla y la luz tenue del sol intentando iluminar aquel sitio, parecía ser más bien un lugar sacado de una película de terror. —Cuéntamelo todo—exigió Magie tratando de guardar la calma, sabiendo que su amiga necesitaba un hombro en el cual apoyarse. —Pensé que a estas alturas ya todo el mundo sabe lo que ocurrió—expreso Tessa mostrándose algo renuente a hablar, porque significaba tener que revivir cada momento en su cabeza y no estaba segura si quería volver a repetir lo mismo que le había dicho a la
Magie comenzó a conducir en dirección a la casa de Tessa, mientras ella finalmente le contaba cada detalle de lo que había visto y escuchado la noche anterior para que ella también tuviera cierta noción de lo que había ocurrido y de esa forma pudiera ayudarla a buscar entre las hojas y el fango que la lluvia, una pista que pudiera confirmar sus sospechas; sin embargo, al llegar se encontraron con una patrulla que custodiaba la casa y una cinta amarilla rodeando la propiedad como si en ese lugar se hubiese llevado a cabo el crimen. Magie miro con cierta desconfianza a su amiga cuando ambas bajaron de la camioneta, ninguna de ellas esperaba que aún hubiese policías rondando por ahí, pero después del brutal ataque que Avery había muerto, era de suponerse que muchas personas, tal vez, irían ahí buscando ver algo. Tessa miro la patrulla de la policía con desconfianza y resentimiento, después de todo habían arrestado a su padre y lo culpaban de la muerte de Avery sin ninguna prueba contun
—Vamos—expreso Tessa sintiéndose incómoda por aquella situación con el policía, era obvio que tendría que estar vigilando la zona, después de todo aún no encontraban al verdadero culpable, además cabía la posibilidad de que algún fisgón anduviera por ahí y Tessa odiaba las miradas imprudentes de completos desconocidos, más si la conectaban con un asesinato, pero en el razonamiento de Tessa, su padre era completamente inocente, solo debia encontrar pruebas que lo demostraran. Magie asintió con una extraña sensación en la garganta al ver que la cinta amarilla también había sido colocada sobre la puerta de la casa de Tessa. Se suponía que el crimen no había ocurrido ahí, pero en cuanto al cómo había encontrado el cuerpo, esa era otra historia. —¿De verdad podemos pasar?—insistió Magie un poco nerviosa, era la primera vez que veía algo semejante, aunque no exactamente la cinta amarilla, ya que su tía era policía, sino el sitio donde había sido encontrado un cuerpo. —Por favor— se detuv
Tessa camino mirando en todo momento al suelo lleno de fango en donde se podían distinguir pisadas de diferentes tipos de zapatos, lo cual le exaspero mucho, ya que entre todas esas pisadas era imposible tratar de averiguar si había alguna sospechosa, es decir, reconocía como era la suela de sus zapatos y también las de los zapatos de su padre.Ambos tenían prácticamente el mismo modelo de botas, ya que su padre había aprovechado una ganga de dos pares a precio de uno, así que se había visto obligada a usar ese mismo par de botas que su padre. Habría sido sencillo averiguar si había algún sospechoso rondando la zona de no ser por la policía que había echado a perder una posible pista del asesino de Avery.Mientras tanto, Magie observaba con evidente impacto el lugar donde había estado alguna vez la conexión telefónica de la casa de Tessa, parecía como si algo la hubiese golpeado con un par de garras, algo así como un gato, aunque uno muy grande. La madre de Magie tenía un gato naranja
—¡Ven y dímelo en mi cara!—grito Magie para defender a su amiga, pero aquellos chicos ni siquiera se dignaron a detener el auto en el que viajaban, simplemente las ignoraron, ya que, no valía la pena ponerse a discutir con dos chicas, al menos estando en pleno corazón del pueblo de Grave Hills. Arreglarían cuentas en otra ocasión. Magie se volvió hacia Tessa, quien simplemente arrugo el ceño para dedicarles una mirada mordaz, deseando secretamente que la lluvia de la noche anterior fuese lo suficientemente resbalosa para que ese estúpido auto se volcara en el camino. —No les hagas caso—expreso Magie con el fin de amortiguar los sentimientos que seguramente su amiga estaba sintiendo en esos momentos— ellos no saben lo que paso, tú no hiciste nada malo... —Tampoco mi padre, pero está en la comisaria—le recordó con cierto desdén, cosa que impacto un poco a Magie, solo entonces, Tessa, al ver el rostro de su amiga, comprendió que estaba siendo injusta con la persona equivocada— perdón,
—¿No es bastante extraño?—sugirió Tessa volviendo la mirada a su amiga.—¿Que salgan los osos del bosque en esta época del año?—expreso Magie en cierto tono sarcástico— ¡Para nada amiga!—No seas tonta, estoy hablando en serio—le reprendió Tessa y entonces la madre de Magie se acercó a ellas para tomar asiento con su plato en la mano.—En realidad, si es bastante extraño, por lo general en esta época del año, los osos buscan incrementar su masa muscular con animales del bosque debido a lo próximo que está el invierno, no deberían salir a menos de que algo más los asuste—indico la madre de Magie mientras cortaba una rebana de panqueque.—¿Cómo que podría asustar a un oso?— cuestiono Magie un poco confundida, pues en realidad los animales más temibles en esa zona eran precisamente los osos. ¿Qué podría causarle tanto miedo a un animal tan enorme como ese para que tuviera que buscar alimento donde viven los humanos?—Quizás cazadores—sugirió su madre, esta vez dirigiendo la mirada hacia