Tessa despertó con un horrible dolor de espalda después de dormir inclinada sobre la silla para apoyarse sobre la mesa de interrogatorio. Había sido una noche bastante difícil y es que había repetido una y otra vez aquella misma declaración qué le había dado a los policías, qué habían ido a revisar el bosque y para variar su casa.
La habían interrogado como si ella fuese cómplice de ese horrible crimen, o al menos así la habían hecho sentir después de preguntarle una y otra vez porque había esperado tanto tiempo antes de ir a buscar a su padre al bosque.
A Pesar de lo mal que se sentía de estar ahí, Tessa respondió cada una de sus preguntas sin vacilar, por lo que los policías no tuvieron otra opción qué soltarla.
—Puede irse, señorita Hale—le indico uno de los policías qué había permanecido con ella casi toda la noche. El hombre llevaba un vaso de café en las manos, más no para Tessa, sino para él.
—¿Y mi papá? —cuestionó enseguida. Había preguntado varias veces por él durante el interrogatorio, pero nadie había querido decirle nada sobre él, si el calmante había funcionado o si habían conseguido qué dijera algo acerca de lo que había pasado.
—Él aún no ha dicho nada—reveló el hombre algo decepcionado.
—¿Qué? —preguntó Tessa algo desconcertada—¿Por qué?
—Eso quisiéramos saber—le explico el hombre, entonces Tessa tomo su impermeable, lo único que había traído como abrigo y salió de aquella incómoda habitación.
Cruzo el pasillo hasta una oficina donde había varios escritorios, una vez ahí busco el paradero del Sheriff, pero no lo encontró, así que busco entre los presentes a la siguiente persona al mando.
—Disculpe— se acercó a una policía que Tessa muy bien conocía. Aquella mujer llevaba años en el cuerpo de policía del pueblo y había sido ella, quien había acudido a su llamado aquella tarde en que su madre la había abandonado.
Tessa aún recordaba aquel día con dolor y rencor, pero en ese momento, esa mujer significaba esperanza, puesto que no entendía que pasaba y porque todo el mundo se comportaba de forma recelosa, como si ella y su padre fuesen sospechosos.
La mujer le dirigió la mirada, una que evidencia aquella conexión que habían tenido algunos años atrás y es que esa mujer le tenía cierto cariño a Tessa, puesto que aún veía en su mirar a esa niña indefensa que había llorado durante varias horas encerrada en casa hasta que alguien escucho su llanto en medio de la noche.
—Tessa Hale—expreso la mujer extendiéndole la mano para saludarla— qué pena verte en esta situación.
Tessa hizo una mueca algo parecida a una sonrisa tímida, agacho la mirada y tomo la mano de la oficial Kennedy, entendiendo a que se refería. Ninguna creía que volverían a verse en circunstancias tan extrañas como esa.
—Sí, es muy… extraño—dijo Tessa al no saber qué responder—¿Usted sabe por qué mantienen a mi padre aún retenido?
La oficial Kennedy alzó ligeramente las cejas, algo impresionada y al mismo tiempo algo apenada con Tessa.
—¿Así que nadie te lo ha dicho?—cuestiono la oficial, cambiando el tono de su voz por uno más severo y conforme a lo que su profesión exigía en esas circunstancias, para poder hablarle a Tessa con la verdad— Tessa, lamento ser yo quien te diga esto, pero hemos encontrado alguna pruebas que incriminan a tu padre.
Tessa frunció el ceño bastante confundida, así que enseguida negó con la cabeza.
—¿Cómo qué pruebas?—cuestiono tratando de entender que tipo de investigación se estaba llevando a cabo para que inculparan a su padre por algo que claramente había hecho un animal— no entiendo. ¿A qué se refiere?
—Lo siento, Tessa, pero durante el peritaje se encontraron algunas cosas que implican a tu padre, además no hemos obtenido su declaración y hasta que no hable con nosotros, por el momento permanecerá bajo custodia hasta que tenga noción de su propia consciencia.
—¡Mi padre sufre un trastorno de estrés postraumático!—expreso justificando el porqué de la actitud de su padre, pero Tessa sabía muy bien que esa mujer tenía conocimiento de ello, de hecho, todos en esa comisaria lo sabían, todo el pueblo lo sabía, sabían que su padre no había vuelto por completo de la guerra. Tessa sabía que consideraban a su padre como el loco del pueblo, pero nunca llego a creer que estaría bajo una investigación policial, por ello— pero eso no significa que él matara a Avery Midleton, yo estaba con él, yo habría visto algo, escuchado sus gritos. ¡Él no lo hizo! ¡Fue un animal!
Tessa no consideraba que su padre hubiese hecho un buen trabajo criándola, de hecho, le tenía cierto rencor, por el simple hecho de haberse enlistado en el ejército. Tessa consideraba que esa había sido la peor estupidez que había cometido en su vida, porque de lo contrario, su madre nunca se habría ido y él no tendría un tornillo suelto, pero el hecho de que, de pronto, todo el mundo considerara a su padre un peligro, la indigno en exceso.
—Tessa—intento calmarla la oficial Kennedy— este no es momento para que hagas escándalo en la comisaria, tranquilízate o de lo contrario tendré que pedir que te saquen de aquí.
Tessa cerro su puño, no para golpearla, sino para tratar de sostener ahí, en la palma de su mano, la furia que su cuerpo emanaba.
—Llama al amigo de tu padre, Stan Miller, él es un buen abogado, estoy segura de que podrá hacer algo por él antes de que esto se agrave— le sugirió esperando que Tessa se tranquilizara y tomara en serio su consejo, pero ella no podía pensar con claridad, no después de escuchar semejante estupidez. ¿De dónde habían sacado las pruebas para implicar a su padre?
—¿Cómo pueden hacer esto?—reclamo Tessa mientras un par de lágrimas se le juntaban en los ojos, pero después de reflexionar sus propias palabras soltó una pequeña risa melancólica, puesto que nada bueno se podía esperar de ese jodido pueblo en el que había vivido por años escuchando murmullos detrás de ella. Podía ser que su padre fingiera no escuchar a la gente, pero ella no era como él, Tessa quiso quemar en ese instante esa comisaria y largarse de una buena vez, tal cual lo había hecho su madre, pero de pronto se dijo a sí misma que no podía hacer nada de lo que su mente imaginaba, no le iba a dar razones a la policía para que siguieran sospechando de su padre o de ella, así que se limpió las lágrimas y no espero a que la oficial Kennedy respondiera a su pregunta, sino que salió de la comisaria empujando a cualquiera que se cruzara en su camino.
Tessa no se dio cuenta de que al salir por la puerta de la comisaria ya aguardaba la prensa, más no solo el corresponsal del periódico del pueblo, sino otros más que llevaban cámaras y micrófonos para dar información sobre lo ocurrido.Solo aquel tipo la reconoció y enseguida fue hacerle preguntas sobre lo que sabía respecto a la muerte de la chica que habían encontrado en el bosque, puesto que nada se sabía de ella, ni siquiera su nombre, pero Tessa no quiso decir una palabra, así qué continuo caminando hasta bajar por la acera, hecho que otros periodistas no pudieron pasar por alto, así que enseguida la sofocaron rodeándola para hacerle un millón de preguntas sobre el caso, pero después de lo que le había dicho la oficial Kennedy, sobre que su padre necesitaría un abogado, pensó que lo mejor que podía hacer era mantenerse callada hasta que pudiera hablar con Stan Miller, un viejo amigo de su padre.Stan Miller no vivía en ese jodido pueblo entre las montañas olvidado por Dios, sino
Magie llevo a su amiga a un lugar donde sabía que podían hablar a solas, sin que nadie en el pueblo la incomodara con esas miradas indecentes con las que solían juzgar a casi todo el mundo. Había un lugar llamado “El mirador” cerca de la casa de Tessa, era un sitio únicamente para adolescentes, en donde solían aparcar sus autos para tener citas a la luz de las estrellas y de fondo las luces del pueblo enterrado entre las montañas. El lugar era precioso, pero de día, con la lluvia, la niebla y la luz tenue del sol intentando iluminar aquel sitio, parecía ser más bien un lugar sacado de una película de terror. —Cuéntamelo todo—exigió Magie tratando de guardar la calma, sabiendo que su amiga necesitaba un hombro en el cual apoyarse. —Pensé que a estas alturas ya todo el mundo sabe lo que ocurrió—expreso Tessa mostrándose algo renuente a hablar, porque significaba tener que revivir cada momento en su cabeza y no estaba segura si quería volver a repetir lo mismo que le había dicho a la
Magie comenzó a conducir en dirección a la casa de Tessa, mientras ella finalmente le contaba cada detalle de lo que había visto y escuchado la noche anterior para que ella también tuviera cierta noción de lo que había ocurrido y de esa forma pudiera ayudarla a buscar entre las hojas y el fango que la lluvia, una pista que pudiera confirmar sus sospechas; sin embargo, al llegar se encontraron con una patrulla que custodiaba la casa y una cinta amarilla rodeando la propiedad como si en ese lugar se hubiese llevado a cabo el crimen. Magie miro con cierta desconfianza a su amiga cuando ambas bajaron de la camioneta, ninguna de ellas esperaba que aún hubiese policías rondando por ahí, pero después del brutal ataque que Avery había muerto, era de suponerse que muchas personas, tal vez, irían ahí buscando ver algo. Tessa miro la patrulla de la policía con desconfianza y resentimiento, después de todo habían arrestado a su padre y lo culpaban de la muerte de Avery sin ninguna prueba contun
—Vamos—expreso Tessa sintiéndose incómoda por aquella situación con el policía, era obvio que tendría que estar vigilando la zona, después de todo aún no encontraban al verdadero culpable, además cabía la posibilidad de que algún fisgón anduviera por ahí y Tessa odiaba las miradas imprudentes de completos desconocidos, más si la conectaban con un asesinato, pero en el razonamiento de Tessa, su padre era completamente inocente, solo debia encontrar pruebas que lo demostraran. Magie asintió con una extraña sensación en la garganta al ver que la cinta amarilla también había sido colocada sobre la puerta de la casa de Tessa. Se suponía que el crimen no había ocurrido ahí, pero en cuanto al cómo había encontrado el cuerpo, esa era otra historia. —¿De verdad podemos pasar?—insistió Magie un poco nerviosa, era la primera vez que veía algo semejante, aunque no exactamente la cinta amarilla, ya que su tía era policía, sino el sitio donde había sido encontrado un cuerpo. —Por favor— se detuv
Tessa camino mirando en todo momento al suelo lleno de fango en donde se podían distinguir pisadas de diferentes tipos de zapatos, lo cual le exaspero mucho, ya que entre todas esas pisadas era imposible tratar de averiguar si había alguna sospechosa, es decir, reconocía como era la suela de sus zapatos y también las de los zapatos de su padre.Ambos tenían prácticamente el mismo modelo de botas, ya que su padre había aprovechado una ganga de dos pares a precio de uno, así que se había visto obligada a usar ese mismo par de botas que su padre. Habría sido sencillo averiguar si había algún sospechoso rondando la zona de no ser por la policía que había echado a perder una posible pista del asesino de Avery.Mientras tanto, Magie observaba con evidente impacto el lugar donde había estado alguna vez la conexión telefónica de la casa de Tessa, parecía como si algo la hubiese golpeado con un par de garras, algo así como un gato, aunque uno muy grande. La madre de Magie tenía un gato naranja
—¡Ven y dímelo en mi cara!—grito Magie para defender a su amiga, pero aquellos chicos ni siquiera se dignaron a detener el auto en el que viajaban, simplemente las ignoraron, ya que, no valía la pena ponerse a discutir con dos chicas, al menos estando en pleno corazón del pueblo de Grave Hills. Arreglarían cuentas en otra ocasión. Magie se volvió hacia Tessa, quien simplemente arrugo el ceño para dedicarles una mirada mordaz, deseando secretamente que la lluvia de la noche anterior fuese lo suficientemente resbalosa para que ese estúpido auto se volcara en el camino. —No les hagas caso—expreso Magie con el fin de amortiguar los sentimientos que seguramente su amiga estaba sintiendo en esos momentos— ellos no saben lo que paso, tú no hiciste nada malo... —Tampoco mi padre, pero está en la comisaria—le recordó con cierto desdén, cosa que impacto un poco a Magie, solo entonces, Tessa, al ver el rostro de su amiga, comprendió que estaba siendo injusta con la persona equivocada— perdón,
—¿No es bastante extraño?—sugirió Tessa volviendo la mirada a su amiga.—¿Que salgan los osos del bosque en esta época del año?—expreso Magie en cierto tono sarcástico— ¡Para nada amiga!—No seas tonta, estoy hablando en serio—le reprendió Tessa y entonces la madre de Magie se acercó a ellas para tomar asiento con su plato en la mano.—En realidad, si es bastante extraño, por lo general en esta época del año, los osos buscan incrementar su masa muscular con animales del bosque debido a lo próximo que está el invierno, no deberían salir a menos de que algo más los asuste—indico la madre de Magie mientras cortaba una rebana de panqueque.—¿Cómo que podría asustar a un oso?— cuestiono Magie un poco confundida, pues en realidad los animales más temibles en esa zona eran precisamente los osos. ¿Qué podría causarle tanto miedo a un animal tan enorme como ese para que tuviera que buscar alimento donde viven los humanos?—Quizás cazadores—sugirió su madre, esta vez dirigiendo la mirada hacia
Ya había anochecido, afuera estaba tan oscuro que de ser posible se habría podido ver un firmamento estrellado, pero nuevamente, las nubes se habían reunido sobre Grave Hills y habían empezado a empapar sus calles y su bosque. La tormenta era ligera, por lo que Becky Peters, la vecina de Magie, pudo cruzar la calle sin ningún problema para ir a cuidar a su hermano. Al igual que todo el pueblo, Becky conocía los rumores que ese día se habían estado esparciendo por todo el pueblo, por lo que, al ver a Tessa ahí, en medio de la sala, le conmociono un poco, es decir, sabía que Magie y ella eran amigas, pero no creyó que Magie fuese lo suficientemente estúpida como para estar con ella precisamente ese día o esa semana o incluso todo el mes. Nadie de ese pueblo olvidaría la atrocidad que el padre de Tessa le había hecho a Avery. —Serían 10—expreso Becky aprovechando la situación de Magie para cobrar un poco más de la cuenta. —¿Cómo que 10?—protesto Magie con la mano en su billetera, dond