Eva se quedó cuidando a Teo en la casa, para que todos los demás pudiesen ir a ver que estaba sucediendo en ese lugar. No los vio marcharse, porque no quería que el pequeño viese ese humo aterrador. Siempre tenía la misma duda, no sabía si Maya era una loba y tampoco quería preguntárselo por temor a quedar como una ignorante o algo así.Los demás se marcharon rápidamente hacia el sitio de donde provenía ese gran incendio. Mientras llegaban, fueron reconociendo aquel sitio. Era otro pueblo, uno muy conocido que estaba casi en las afueras del bosque. Un hogar reconocido para los hombres lobo del sur, donde la mayoría vivía en armonía y se mezclaban con los humanos. Las llamas del fuego lo cubrían casi todo, no podían ver con claridad. Seth divisó al grupo de soldados que perseguían a una manada, que apenas si podía contra tantos hombres.Atacaron sin pensar para defender a los suyos, acabando con los soldados que los tenían rodeados. Había cientos, algunos seguían prendiendo fuego las v
Teo y Eva dibujan en papel para pasar el tiempo, sentados en la alfombra en el suelo. Había pasado más de un día y no tenían noticias. Para que el niño no se asustara, ella trataba de distraerlo con cuentos, canciones y juegos la mayoría de las horas. Teo no era un niño muy conflictivo, pero extrañaba a sus padres adoptivos cada que se acordaba que se habían marchado.Ella no lo culpaba, le pasaba lo mismo. Cada parte de la casa le recordaba constantemente a Astor, sentía que estaba cerca, quería buscarlo, donde quiera que estuviese para decirle que nunca podría hacerle daño. En su corazón, podía sentir esa conexión tan fuerte que los unía, ese lazo invisible que también los unió en su primer encuentro. Pronto volvería, estaba completamente segura de ello, aunque los demás dudasen y la contradijesen.—¿Ya vuelven? —preguntó el niño, cuando ya no sabía como entretenerlo.—No lo sé. —Eva sonrió y buscó más papel. —Mira, podemos hacer algunos animales doblando el papel, es origami.—¿Pue
Tratando de parar la sangre que salía de su pata, Eva presionaba la herida con las lágrimas rodando por su mejilla. No entendía lo que había dicho, él estaba mareado y confundido por el efecto del veneno, pero estaba siendo completamente sincero. No podía verlo así, con la cara de enamorado y el corazón siempre roto, no lo correspondía y sabía que nunca podría hacerlo. Era tan difícil, Eva sintió que el corazón se aceleraba al verlo luchar entre la vida y la muerte. Gale no se quejaba por el dolor, trataba de aguantarlo y seguir manteniéndose fuerte.Seth llegó con Teo en sus brazos, el niño estaba a salvo, había logrado darle tiempo para que no lo atrapasen. El mercenario había huido.—Vayan por él. —dijo Gale, con la voz afectada por el dolor intenso, el veneno entraba fácilmente.—No, tenemos que llevarte adentro. —Seth se puso al hombro al muchacho, para ayudar a cargarlo junto con Maya, era pesado y les costó trabajo. Su padre todavía no llegaba. Lo llevaron a su cuarto, el que l
En la prisión, Ruth maldecía a Eva en todos los idiomas que conocía, ella era la culpable de todo. La habían traicionado demasiadas veces, incluso su amante el cual creía que la amaba. Todo era falso, el príncipe la había entregado y dejado sola, ella era la madre de su hijo y eso ahora poco le importaba. Lo vio entrar en su celda con un plato de comida humeante, a simple vista parecía un guisado de carne con algunas papas.—Vete. —le dijo, con su cabello enmarañado y el rostro con ojeras, se veía como una prisionera, pero seguía siendo bonita.—No. No me digas que hacer. —Louis entró sin reparar en que lo estaba echando, a él no le importaba. —Vas a tener que decirme toda la verdad.El carcelero estaba lejos, el príncipe lo había mandado a vigilar otro sector para hablar completamente a solas. Ruth supo que no tenía opción, debía obedecerlo para tener oportunidad de sobrevivir.—Lo siento, no debí ocultártelo… La verdad es que… —No pudo continuar, Louis la interrumpió besándola con i
El día que llegó la carta de Felipe, habían pasado casi tres semanas desde que Astor había huido. Sucedieron muchas cosas, entre muchas el agrupamiento de los lobos del sur con muchas otras manadas. Se habían agrupado detrás de las montañas y eran cientos, cada vez llegaban más exiliados buscando un lugar donde ocultarse. Felipe aplicó una fuerza increíble para acabar con todos, enviando sus tropas para capturar o matar a cualquiera que estuviese en el reino. Por lo tanto, el acuerdo era de gran necesidad. La carta confirmaba el encuentro, que se llevaría a cabo en tres días, en las afueras de la ciudad, en la entrada del castillo, justo en la torre de Eva, para que le trajera viejos recuerdos.—¿Nerviosa? —le preguntó Maya, ya casi era la hora de partir, llegarían en varios días y debían ir con tiempo para resguardarse y también reunir refuerzos. Era un golpe sumamente importante y peligroso, tenían los nervios de punta.—Sí. —Eva se ruborizó, no quería ver a su esposo de nuevo. Feli
Gale subió al caballo con la mujer a la que amaba, diciéndose que no podía dejarla sola y nadie logró convencerlo de lo contrario. Seguía caminando con dificultad, pero estaba arriba del caballo y hablar con Eva le resultaba lo mejor del mundo. El dolor disminuía con los días, la herida cicatrizaba rápidamente.—Siempre quieres salirte con la tuya. —bromeó Eva, a pesar de sentir un poco de vergüenza de estar ahora tan juntos de nuevo. Se sentía impura, como si hubiera cometido una infidelidad a pesar de que con Astor su relación era dudosa e inestable.—Es cierto, en todo sentido. —la abrazó más fuerte y apoyó su cabeza en sus hombros, para hacerle cosquillas. Ella no pudo contener una carcajada, era su punto débil. —Amo cuando te ríes.—Bueno, que me espantas. Relájate un poco. —Eva lo miró haciendo una mueca sarcástica, no podía olvidar su encuentro tan cercano, su miembro tan dentro suyo, como casi lo habían hecho en su cuarto. Era muy seductor y estaba ganándole. Se preguntó porqu
La joven dentro de su celda, rogaba por un final un poco más amable. Ruth veía como la carroza real se acercaba desde su ventana, ahora estaba en una celda donde podía ver el sol. No quería esto, era muy incomodo y humillante, pero Louis quería que fuera así. Tampoco había hablado con su hermana sobre la verdad y como le había mentido en la cara.Justo pensaba en ello cuando Angela entró a su estrecho lugar, con un rostro desmejorado y ojeroso. Las bolsas debajo de sus ojos revelaban su cansancio y el enojo, lloraba cada noche al pensar en su hermana y su esposo revolcándose por ahí. Angela había vivido en un mundo de fantasía, Louis había jugado con ella y no la respetó como se debía. Estaban comprometidos y tenían hijos, nada de eso le importó.—¿Cuándo ibas a decírmelo? No puedo creer que me hayas mentido en la cara de ese modo, yo te confié mi humillación.—Angie… Lo siento… —Quiso decir, pero no era suficiente, solo hacía que ella se enfadara más.—Me lastimaste y seguiste hacié
En el castillo, Eva era transportada hacia su cruel y fría torre del pasado, sin saber que le auguraba el futuro, deseando que el plan saliera perfecto. Al mismo tiempo, los mercenarios enviados por Ruth se encaminaban al refugio para buscar a Teo y acabar con todos a su paso.Maya estaba cocinando la cena, para poder dormir temprano, sin imaginarse que su vida se vería amenazada en unos días. Se habían quedado los dos solos, esperando el regreso de los héroes y con el corazón preocupado.En el reino, Seth esperaba el momento indicado para atacar por fin, con paciencia y sin mucha esperanza. Los lobos estarían listos también, esperarían el aullido para atacar y dar el paso final, su declaración de guerra sería fatídica. La música de una escena que parecía no tener final feliz, un ejército aplastando a una manada de lobos, la condesa que volvía a su prisión, un hijo que regresaba a la tutela de unos desastrosos padres. Un incierto futuro, Seth sentía el sudor helado que le caía por la