Realmente era un dolor de cabeza tener a un hombre emocionado por el nacimiento de un bebé. Aunque, por dentro, Sasha se sentía aliviada con tantas atenciones por parte de Adam. Aunque le había confesado que él no era el padre biológico, siempre estuvo ahí, apoyándola desde la distancia, siendo ese hombre atento que su hijo necesitaba.
No le sorprendía en absoluto que Adam ahora le pidiera estar junto a ella. De hecho, lo estaba esperando.
Sasha desplegó una ligera sonrisa y sacó el bobón de su boca, tragó saliva y después aclaró su garganta.
—Estaban feos —dijo—. Además, ya todos se refieren a él por Santiaguito, ni siquiera le dicen Santiago, si no, Santiaguito. Mi hijo no ha nacido, pero ya tiene sobrenombre.
Adam dejó salir una pequeña risita emocionada, después, trató de calmarse.
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Lorena estaba sentada en el comedor comiendo tranquilamente cuando se metió el mismo tema de siempre:—Hoy vi a tu amiguita, ¿por qué ya no llega a la casa? —comentó Marcela, la hermana mayor, mientras revolvía su comida.—Creo que ya se dejaron, aunque, me parecía que hacían buena pareja. Yo digo que mis padres las hubieran aceptado, sabes que eso ya es bastante normal en estos días —soltó Flor mientras aguantaba una risotada.—Niñas, ya dejen de burlarse de Lorena —regañó su padre.—Hija, si eres lesbiana puedes decirnos, nosotros te apoyamos —soltó insistente la señora Durán.—No soy lesbiana, mamá —refutó Lorena levantándose de la mesa.—Ya se enojó la niña... —se burló Flor.—Flor, deja de molestar a tu hermana —regañó el señor Durán..—Qué chica más rara —masculló Cristian observando detenidamente a una joven que estaba sentada en una banca mirando sus manos. Él se encontraba en la banca de enfrente con su compañero de clases, Camilo.—Pero sabes que yo no quiero nada con ella,
Lorena estaba sentada en una banca del colegio viendo como unos chicos jugaban fútbol."¿Quién será ese chico? —pensó la joven—. El hijo del jefe de mi madre. Lo único que recuerdo de ese señor es que una vez llegué a su casa y partí un florero muy costoso haciendo que alguien se cortara. Pero nunca vi a su hijo porque se iba de viaje en sus vacaciones, así que tiene que ser un chico bastante refinado que debe ser muy popular y engreído, lo peor es que ahora tiene novia. Esa chica me va a dar una paliza cuando se entere que yo armé todo este problema". En aquel momento el balón con el que estaban jugando los estudiantes golpeó a Lorena en la frente haciendo que cayera de espaldas de la banca golpeándose fuertemente con el suelo, no escuchó nada por un momento, sólo vio que un joven con unos hermosos ojos grises le hablaba bastante asustado. El sudor corría por su frente y su cabello negro estaba húmedo, sus labios eran de un rosado oscuro y lo hacía ver sumamente lindo.—¿Este es el
Lorena siguió al chico, quería acercarse y explicarle la situación, pero se le hacía imposible, nunca estaba solo. En los descansos un joven siempre lo acompañaba y por veces se le acercaban otros muchachos que, seguramente eran sus amigos más cercanos.—Vamos Lorena, tienes que ser fuerte y decirle —dijo para sí. Le dio la impresión de que la observaban, miró a su derecha y se dio cuenta que un joven de ojos verdes la miraba extrañado, era el chico que siempre estaba con Cristian (Camilo)— esto... —trataba de pensar algo que explicara su comportamiento.Estaba en el restaurante del colegio y nadie la acompañaba como para que estuviera hablando.—Tranquila, puedes seguir hablando sola —Camilo siguió su camino.Lorena quedó algo apenada en su mesa mientras observaba el recipiente vacío de vidrio frente a ella “¿por qué mi madre me metió en esta escuela de riquillos? —pensó mientras dejaba caer su mirada hasta sus manos—, en el otro colegio nadie se burlaba de mí, tampoco les importaba
—Así que el tal Cristian ahora ya es tu novio —soltó Marc.Lorena estaba sentada en su cama comiendo unas papitas mientras hablaban por videollamada.—En realidad, no somos nada, es más como ser socios, yo lo ayudo a él a poder salir sin ningún problema de su casa y yo gano la gran tranquilidad que siempre quise tener en mi hogar. En todos estos días mis padres me tratan muy bien y hasta Flor dejó que me echara su perfume, ¿puedes creerlo?—No puedo creerlo, los dos se están utilizando para su beneficio propio, ¡esto está emocionante!, parece como una de esas historias que leo, ¿será que al final se terminarán enamorando? —soltó Marc emocionado y dejó salir un pequeño grito.—Si estuvieras aquí podrías ver esta historia de cerca, pero como no quieres mudarte –refunfuñó Lorena.—Ah… ¡de eso te quería hablar!, amiga, voy a mudarme, ya estoy haciendo todo el papeleo del colegio, menos mal que decidí hacerlo a principio de año, ¡así que, por fin vamos a estar juntos! —Marc soltó un gran g
Lorena se vio sentada en un sillón frente una señora que irradiaba imponencia, se sentía como un pobre cachorro intimidaba por un señor que estaba a punto de matarla.La sala de estar era bastante grande y elegante, ya antes había estado en esa casa, tenía recuerdos de su niñez corriendo por aquella vivienda con alguien, su madre le había contado que la llevó de niña allí, también varias veces caminó cerca y la observó de lejos. Era de esos lugares los cuales uno se queda viendo al pasar por la calle, irradian elegancia, con solo verlo de lejos se sabe que quienes viven allí están forrados en dinero.—Así que eres la novia de mi hijo —dijo la señora. En ese momento una empleada de servicio trajo unas tasas de té y las dejó sobre una mesita pequeña quien era la responsable de hacer distancia entre Lorena y la señora Julieta.—Así es —contestó Lorena.Cristian se estaba cambiando de ropa, por lo mismo solo estaban en la sala de estar ellas dos.—¿Desde cuándo son novios? —comenzó la muj
Laura estaba terminando de sacar unas cajas de su cuarto, tenía que terminar de instalarse en su nueva habitación, su madre estaba todo el día en el trabajo, la entendía, para poder sobrevivir había que hacer sacrificios. Salió al patio de la casa para echar las cajas en la basura. Al regresar, escuchó el timbre y al abrir la puerta que daba a la calle se encontró con un repartidor, era un sobre que estaba esperando su mamá desde hace dos días.—Firme aquí, por favor —pidió el hombre entregándole una planilla.—Bien —la joven así lo hizo. Entregó la planilla—, gracias.Al irse el joven, Laura quedó observando el sobre con la puerta abierta, al momento de cerrar para así retirarse de la sala, observó en la calle al hombre más hermoso que sus ojos habían visto. Acomodó sus lentes y su boca se entreabrió, era alto, de cabello negro, su piel se veía bronceada por el sol, llevaba en una de sus manos un libro, iba escuchando música con unos auriculares y traía una camisa azul clara de manga
“Le agrada más Lorena que yo” pensó el joven. Llevó sus ojos hasta la muchacha que comenzaba a acomodarse en la cama boca arriba con sus extremidades acaparando todo el espacio mientras su boca estaba abierta dejando salir un poco de saliva.—No se ve para nada enferma —musitó Cristian.Salió del cuarto rumbo a su habitación para así comenzar a alistarse, mientras se terminaba de cambiar su celular sonó.—¡Oye!, tu papá me dijo que la loca durmió en tu casa —escuchó la voz de Camilo.—¿Cuál loca? —preguntó Cristian mientras terminaba de abotonar la camisa blanca frente al espejo.—La chica esa, la rarita, no me acuerdo de su nombre —respondió Camilo con un tono bastante enfadado.—Estaba enferma. ¿Ya estás llegando a mi casa?—Sí, voy a sacar a esa loca de allí, mira que dormir en tu casa, mañana ya estará embarazada —Camilo colgó, miró por la ventana del auto y se dio cuenta que ya estaba frente a la casa de Cristian.Bajó del auto rápidamente y entró como si se tratara de su casa, s
—No le prestes atención, solo te está molestando la mañana —dijo Cristian ya aburrido de los celos de Camilo.—Como somos un grupo, nos gusta estar juntos —respondió Miguel.—¿Y por eso desayunan aquí? —inquirió Lorena.—Somos un grupo, es nuestro ritual —explicó Miguel con voz seria.—Ah… Entonces yo estoy en medio de su ritual —Lorena quería soltar la carcajada, debería de hacerlo, ellos se habían burlado mucho de ella.—Sí, eres la que quiere robarnos a Cristian —soltó Camilo.—Pero, no soy nada de Cristian —refutó la joven.—Dormiste aquí anoche, así que no entiendo mucho ese trato suyo, durmieron juntos —alegó Miguel mientras miraba su plato ya vacío.—¿En serio están celosos? —Lorena se cruzó de brazos.—¿Por qué? ¿No podemos? —discutió Camilo.—Si a tu mejor amiga se le acerca un tipo raro ¿no te enojaría? —preguntó Miguel.—Ella no tiene amigas —dijo Camilo.—¡Claro que sí tengo! —se enojó Lorena.—¿También es imaginario como tu supuesto novio? —inquirió Miguel.—¡Oye! —gritó