—¿Cuál será el primer sitio que visitemos al llegar? —preguntó Alejandra mi hermanita, emocionada.
—Apenas estamos llegando al aeropuerto, relájate, ya tendremos tiempo de pensar, nuestro tío nos ayudará con los lugares —dije tratando de sonar tranquila, para que no sospechara las razones verdaderas por la cual había surgido este viaje.
Ya estábamos esperando para entrar al avión, pero en un abrir y cerrar de ojos unos hombres vestidos totalmente de negro, y con las caras tapadas aparecieron por todos lados rodeándonos, la gente a nuestro alrededor comenzó a alejarse del lugar presas del pánico. Yo me estaba poniendo nerviosa, estos hombres seguramente tenían que ver con Camilo y no quería que le hicieran daño a mi padre nuevamente.
Pude sentir como inconscientemente mi padre tomó mi mano y la apretó con fuerza, estaba muy tenso y trataba de buscar algo que pudiera servirle para defendernos o tal vez alguien que pudiera pedir ayuda, su cuerpo apenas podía mantenerse en pie debido a la golpiza. Se podía ver el miedo en sus ojos, miedo a que esta vez nos lastimaran a nosotras.
—Miren, este hombre ingenuo —dijo uno de ellos burlándose mientras se acercaba a nosotros —que cree que yéndose del país el jefe no se enteraría y lo dejaría ir como si nada —mi padre se posicionó delante de nosotras —él fue muy claro contigo, es un excelente trato —dijo mirándome —pero prefieres huir, y eso es algo que le molesta mucho —exclamó, regresando la mirada hacia mi padre —aún estás muy a tiempo de aceptar, es tu última oportunidad, ya sabes lo que tienes que hacer.
—Y yo también fui muy claro, mi respuesta sigue siendo la misma —respondió mi padre seriamente.
—Entonces sabes lo que nos va a tocar hacer —dijo el hombre mirándome, sentí como se me puso la piel de gallina.
—Sobre mi cadáver te acercaras a mi hija.
El hombre levantó su pistola y sin pensarlo disparó. El estallido de la misma me dejó sorda, mi hermana se había agachado y tapó sus oídos, mi madre estaba totalmente paralizada, y sus caras mostraban terror puro.
—PAPÁAA —salí corriendo para agarrarlo en mis brazos, mi desesperación se podía palpar en el aire, seguidamente mi madre y mi hermana estaban a mi lado mirando a nuestro superhéroe sangrar.
Mi mente era un total desastre, no podía pensar con claridad.
—¡Ustedes! —Rugió el hombre que había disparado —lárguense de aquí si no quieren que mi jefe nos mande a hacerle lo mismo.
—No le tengo miedo a ese infeliz, y le juro —lo señalé —que ustedes van a pagar lo que le hicieron a mi padre, porque no descansaré hasta que así sea —dije totalmente firme, sintiendo como la ira se apoderaba de todo mi ser.
—Por… por favor vayan… váyanse —dijo mi padre en un gran esfuerzo que me recordó que seguía agonizando en mis brazos, mientras mi mamá se ponía a mi lado y lo agarraba.
—Papi estarás bien, iremos al hospital y todo estará bien —dije mirándolo a los ojos mientras acaricié su cabello y me levanté —AUXILIOOO, ALGUIEN LLAME A EMERGEN…
—Silencio mocosa —dijo el hombre agarrándome por los brazos con fuerza, lo que no sabía es que yo aún recordaba mis clases de defensa personal que tomaba cuando era niña. Con rapidez le di un rodillazo en la entrepierna y pude zafarme de su agarre, cogí mi móvil acercándolo a mi oreja llamando a emergencias.
—¿Qué crees que haces? —dijo acercándose a mí nuevamente, pero mi hermana se había puesto delante y recibió la cachetada por mí.
Sentí como la sangre me empezó a hervir, jamás nadie, ni siquiera mis padres habían tocado un pelo a mi hermanita, siempre la he sobreprotegido y no porque desconfíe de ella, al contrario, ella es muy fuerte y sabe defenderse muy bien, pero si alguien la lastima yo no lo dejaría pasar.
Mi madre ya estaba delante de nosotras, tratando de golpearlo, aunque lo único que logró fue hacerlo retroceder un poco.
—Si usted no se va ahora mismo con sus hijas será peor para ustedes —amenazó el hombre —y no se preocupe por su esposo, nosotros nos ocuparemos de él.
—Eso ni lo crea —intentó decir mi mamá, pero la aparté abalanzándome sobre aquel hombre, lo golpeé con la rabia que se había apoderado de mi ser. Tres, sólo tres bastaron para que saliera sangre de su nariz y una de sus cejas.
Estaba concentrada en matarlo a golpes, de un movimiento lo hice caer, este intentaba moverse pero yo lo tenía inmovilizado, todos estaban mirando, ninguno se esperaba que yo fuese hacer aquello, hasta que los otros hombres reaccionaron al ver que un poco más y lo dejaría inconsciente, entonces se acercaron y agarraron a mi madre y hermana, me detuve enseguida al mirarlas en sus manos, les estaban colocando unos trapos blancos cubriendo su nariz y boca.
—Ya no intervengas, no te conviene si quieres que ellas sigan con vida —dijo el hombre en mi oído , mientras otro me sujetaba y me daba un fuerte golpe en la cara partiéndome el labio inferior y otro en el estomago que me dejó sin aire —me las pagarás, esto ya es personal, no volverás a tener paz en tu insignificante vida, zorra —me dijo mientras se agarraba su nariz —puedes estar segura que donde sea que vayas te estaremos vigilando y cuando menos lo imagines pagaras todos y cada uno de los golpes que me diste.
Estaba acorralada, miré a mi papá quien cerró los ojos cuidadosamente mientras una lágrima rodaba por su mejilla. No no, esto no podía estar pasando. Busqué rápidamente a mi madre y hermana con la mirada, ellas estaban sin conocimiento alguno. ¡Joder! me tenían totalmente en sus manos. En cuestión de segundos un pañuelo blanco apareció en mi cara, y todo se tornó oscuro.
1 año después…Aquella noche fue lo peor que he vivido en mi vida. Esos idiotas habían hecho un pacto con la aerolínea para que no pusieran pero alguno cuando nos metieron al avión inconscientes. Nadie sabía nada, nadie había visto nada. Mil veces idiotas. Ni las cámaras de seguridad tenían algo, todo había sido borrado. Intentamos buscar información sobre el cuerpo de mi padre, pero al parecer no habían dejado rastro alguno. Mi tío nos estuvo llevando a recibir ayuda profesional, estábamos recibiendo terapia individualmente. A mi mamá le había costado mucho asimilar lo sucedido, pero estaba avanzando por nosotras, mi hermana también había decidido avanzar, cosa que para mi no era tan fácil de hacer. Empezar de cero en otro país era tal vez lo peor con lo que tenía que lidiar, sentía que la más afectada era yo y nadie se fijaba en ello, tenía sed de venganza, necesitaba lograr que pagaran con su vida. Y aunque me cueste la vida juré que todos esos imbéciles me las pagarían por todo l
3 meses después…—Tú sí que eres intenso —dije entre risas.—Es que ¡al menos he logrado sacarte una sonrisa! —dijo sonriendo mientras me miraba fijamente.Y es cierto, Gabriel tenía razón, por primera vez en estos largos meses, puedo decir que comienzo a reirme sinceramente y no por obligación para fingir que todo está bien. Y todo esto es gracias a él.—Oye, deberías reírte más seguido, eres aún más hermosa cuando lo haces —dijo mirándome de una manera que no pude descifrar. Yo volví a reírme con ganas ante su comentario esperando que se riera conmigo pero, no fue así.—Fue gracioso —dije parando de reír poco a poco.—A mí no me hizo gracia, lo digo muy en serio —fue entonces cuando lo vi, su semblante se encontraba serio, está diciendo la verdad. Tragué saliva un poco incómoda y me removí en mi lugar, no es la primera vez que coquetea conmigo o dice alguna cosa linda que luego disfraza para no hacerme sentir presionada, pero esta es la primera vez que lo dice con firmeza y se nota
Gabriel <3Yo:¿Puedes prestarme tus apuntes?17:11Claro, pero hay un problema…17:15¿Y cuál sería ese problema?17:15Que no los traje, y estoy abajo.17:16Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, me puse una sudadera encima y bajé las escaleras tan rápido como pude. No sé por qué me ponía tan nerviosa, no es la primera vez que viene a buscarme para salir.Allí estaba, sentado en el sofá, con mi mamá, mi hermana y hasta mi tío. Al parecer no han sentido mi presencia, por lo que aclaré mi garganta para llamar la atención. Todos me miraron.—¿Qué sucede aquí? —pregunté cruzándome de brazos.—Gabriel estaba hablando con nosotros —dijo mi madre, dudando si seguir hablando o no.—Sólo cuídala y hazla feliz, ella sigue siendo nuestra pequeña —esta vez habló mi tío, y yo solo me puse roja como un tomate, no sé cómo sentirme, no creí que este momento llegaría, y el hecho de no saber que sería hoy tal vez me ha molestado un poco.Comencé a caminar hacia la puerta sin emitir pala
—¿Dónde está Camilo? —dije sujetándolo por la camisa —Señorita no tengo idea de lo que habla —dijo el hombre angustiado —no lo oculte más, lo encontraré tarde o temprano, y si usted colabora será más temprano que tarde, sólo dígame dónde está él —presioné mi agarre de su camisa —quisiera ayudarla pero ni siquiera sé quién es ese tal Camilo —su cuerpo comenzaba a temblar y su respiración le costaba, cada vez ejercía más fuerza en el cuello de su camisa —Amor qué sucede —dijo Gabriel posicionándose a mi lado, tratando de hacerme soltar al pobre señor que estaba ya rojo por la falta de oxígeno Me doy cuenta que este hombre realmente no sabía lo que pasaba, y que lo estaba lastimando por lo que enseguida solté mi agarre —disculpe —dije alejándome rápidamente del lugar. —Espera ¿a dónde vas? —Gabriel intentaba seguir mi ritmo, yo solo iba corriendo sin rumbo —detente —dijo sujetando mi brazo sin lastimarme —No quiero que me veas de esta manera —dije cubriendo mi cara con ambas
—bueno jóvenes, el informe deben traérmelo para la próxima clase ¿entendido? ya pueden retirarse, menos Paula, necesito hablar con usted —dijo la profesora mientras recogía sus libros.Terminé de guardar mis cosas, no puedo parar de pensar qué puede ser lo que quiere hablar la profesora, no le presté ni la más mínima atención a su clase, mi atención se encuentra en volver a ese parque y aceptar cualquier tipo de trato con ese hombre que me llevará hasta Camilo. Alguien me agitaba los hombros haciéndome volver de mis pensamientos, enseguida me doy cuenta que es la profesora. —Paula realmente estoy preocupada por ti ¿te encuentras bien? ¿qué te sucede? —podía notar la preocupación en sus ojos que trataban de recorrer todo mis rostro.Guardé silencio, no podia hablar de eso con nadie y menos con la profesora, no puedo exponerme ni exponer a mi familia. —Quiero ofrecerle una sincera disculpa por haber estado muy distraida en sus últimas dos clases, he tenido problemas persona… —comienz
—Bienvenida, pase por acá —dijo una amable anciana guiándome hacia la estilista. —Buenos días señorita, tome asiento acá —dijo la estilista dándome espacio para sentarme en la silla qué me indicaba —pronto iniciaremos su cambio de lookYa el cambio de look estaba aprobado por Don Armando, era algo que ya había pasado con anticipación para que pudiese ser estudiado por él y por suerte lo aprobó, decía que tenía que ser por completo un cambio en el que no pudiesen sospechar que siquiera tuviese algún parentesco conmigo.—Te amo —dijo Gabriel tomando mi mano—Y yo te amo a ti —dije mirándolo fijamente —solo serán unos meses, volveré más pronto de lo que te imaginas, espero que no me olvides y que no me montes los cuernos —dije riendo con la finalidad de que él también lo hiciera, me levanté para mirarlo mejor—No podría olvidarte ni en otra vida, y ponerte cuernos… eres la mujer de mi vida, no pudiese estar con otra chica ni aunque me obligasen —dijo riéndose también, acercándome rápida
—Oye tranquilízate, la vas a espantar —dijo natalyPodía notar que estabadesesperado, ya yo conocía a Diego asi que no me hacia falta esforzarme muchopara reconocer como se sentía. Sé que él no quiere incomodarme pero tampocopuede alejarse de mi. Sus ojos no dejaban de observarme desde que llegué, y se ha esforzado en intentar sacar alguna conversación.—En serio te pareces… a una…—Diego, ya basta, harás que se marche —dijo naty tratando de cambiar el tema disimuladamente.Yo estoy tranquila y confiada porque honestamente mi físico había cambiado por completo, no me parecía en nada a la Paula que todos conocían, y el maquillaje me ayuda muchísimoa ser Nicolle tranquilamente, pero… la verdad es que mi corazón si latió confuerza por un momento cuando vi lo decidido que estaba al decir que me parezco.Diego trató de comportarse y no volvió a tocar el tema pero sé que seguía con dudas en su cabeza, debo eliminar cualquier duda que él pueda tener por más mínima que sea, no puedo deja
—Eres realmente hermosa —dijo Diego acercándose a mí —Lo sé, gracias —dije entre una pequeña risa —Quisiera… saber si tengo alguna oportunidad contigo —sus ojos me miraban intensamente —¿Crees que… porque me hayas dicho que sentías algo fuertemente por mí… yo iba a entregarme a ti tan rápido? —dije terminando de romper el espacio entre nosotros. Esto me esta gustando, puedo manejarlo, lo tengo en mis manos, aunque él no tenga que ver con lo que hace su padre, de igual forma lo haré pagar todas y cada una de las cosas que me hicieron pasar a mí y a mi familia. Por fin algo dentro de mí se comienza a sentir bien. —Para nada, eres el tipo de mujer con la que cualquier hombre quisiera casarse, pero te juro, que estoy tratando de alejarme, de no pensarte y no puedo, fracaso en el intento y siempre estoy pegándome a ti —dijo pasando su brazo por mi cadera pegando nuestros cuerpos. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, mi mente casi me traiciona al intentar recordar la pr