Capítulo 4

3 meses después…

—Tú sí que eres intenso —dije entre risas.

—Es que ¡al menos he logrado sacarte una sonrisa! —dijo sonriendo mientras me miraba fijamente.

Y es cierto, Gabriel tenía razón, por primera vez en estos largos meses, puedo decir que comienzo a reirme sinceramente y no por obligación para fingir que todo está bien. Y todo esto es gracias a él.

—Oye, deberías reírte más seguido, eres aún más hermosa cuando lo haces —dijo mirándome de una manera que no pude descifrar. Yo volví a reírme con ganas ante su comentario esperando que se riera conmigo pero, no fue así.

—Fue gracioso —dije parando de reír poco a poco.

—A mí no me hizo gracia, lo digo muy en serio —fue entonces cuando lo vi, su semblante se encontraba serio, está diciendo la verdad. 

Tragué saliva un poco incómoda y me removí en mi lugar, no es la primera vez que coquetea conmigo o dice alguna cosa linda que luego disfraza para no hacerme sentir presionada, pero esta es la primera vez que lo dice con firmeza y se nota dispuesto hablar de ello.

Hace pocos días sentí que yo le gustaba, pero ese pensamiento desapareció cuando me contó que le gustaba una chica. Nuestra amistad había iniciado desde ese día que se sentó a mi lado sin mi permiso, desde ese momento quedábamos todas las tardes en ese parque para contemplar juntos el atardecer.

Al principio fue tan difícil para mí, y me cabreaba que no solo quisiera acercarse a mí, sino que en verdad lo hiciera, luego de lo del aeropuerto no me acercaba a nadie y no dejaba que alguien lo hiciera, siempre alejaba a todos con mi mal carácter, solo con mi madre, hermana y tío podía entablar alguna conversación siempre y cuando no se mencionara ningún tema que involucrara mi pasado.

Me había cerrado por completo a hablar o siquiera escuchar acerca de algo que tuviera que ver con nuestro pasado, si escuchaba algo aunque fuese de mi niñez simplemente me iba del lugar, mi humor se acababa por lo que me encerraba en mi habitación o en ocasiones salía a caminar por la calle.

Pero con Gabriel es diferente, por más mal que lo traté durante un mes y medio, no funcionó, seguía viniendo al parque todas las tardes para mirar el atardecer conmigo, y cuando dijo que era atento ¡sí que lo era!, me había estudiado con lo poco y mucho que yo le demostraba. Poco por lo callada que era pero, mucho por lo que alteraba mi carácter cuando decía algo que no me gustara en lo absoluto.

—Hay algo de lo que quiero hablar contigo —dijo mirándome, el color miel de sus ojos se mostraba intenso gracias a la poca luz solar que quedaba del ocaso y que adornaba el lugar —Tú realmente me pareces una chica muy misteriosa —su mano metía un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja mientras sonreía, haciéndome sonreír también a mí —pero me pareces mucho más maravillosa, y me gustas mucho, hasta más de lo que quisiera admitir —esas últimas palabras fueron directamente un pinchazo en mi corazón, despertando una sensación extraña en mi estómago. 

¿Qué se supone que debo responder? ¿qué debo decir? Es un chico asombroso, ha sido el único que se ha acercado y ha soportado hasta los desplantes que le he hecho. Pero ¿realmente estoy lista para dar este paso? ¿qué pasa si no funciona? No soportaría perder su amistad, es la única persona que realmente me hace compañía.

—Tal vez sea algo loco, pero quiero pasar mucho más tiempo contigo, quiero conocerte más —terminó de decir, mirándome fijamente a los ojos.

—No creo que sea buena idea que me conozcas más de lo que ya sabes, tal vez te marcharias y eso no lo soportaría —dije bajando la mirada.

—O tal vez… me quede para siempre —dijo sujetando mi barbilla para que volviera a mirarlo —No podría alejarme de ti, ni aunque me obligaran.

—Créeme, no sabes lo que dices —volví a bajar la mirada.

—Paula por favor, no hay nada que pueda alejarme de ti, y por más complicado que sea, es pasado, y lo que importa es el presente —buscaba mi mirada desesperadamente —te quiero así, y quiero quererte sin importar tu pasado, déjame hacerlo.

Justo cuando estaba por responder de manera negativa sus manos sujetaron mi rostro inmovilizándome, sus ojos bajaron a mis labios y luego subieron nuevamente a mis ojos, acción que volvió a repetir mientras en un rápido impulso juntó nuestros labios. Me tomó por sorpresa, no esperaba que fuese a ser capaz de hacer aquello, por lo que me quedé paralizada. Sus labios eran tan suaves que se sentían maravillosos, cerré mis ojos y él prosiguió.

—Eso fue… —ni siquiera podía hablar bien.

—Ya lo sé —dijo él, afectado tanto como yo —quiero creer que eso es un sí de tu parte —me miraba ansioso.

Realmente no creí que volvería a pasar por esto, ni siquiera creí que mi corazón volvería a latir por alguien, pero aquí está, acelerado por un beso que me ha derretido más de lo que me gustaría admitir.

—Solo dame una oportunidad y te aseguro que daré lo mejor de mí, solo déjame intentarl… —lo besé nuevamente para que se callara por un momento —Entonces… ¿Quieres ser mi novia? —dijo con una gran sonrisa en sus labios.

—Creo que está más que claro pero… ¡Sí! —dije sin poder ocultar la emoción en mi voz —Hay cosas del pasado que siguen interrumpiendo mi presente, solo no te rindas, por favor —dije bajando la cara para evitar su mirada —no sé qué sería de mí si lo hicieras.

—Juntos lo vamos a superar, veras que sí —entrelazó su mano con la mía —Prometo quedarme a tu lado en todo momento —dijo levantando mi rostro para darme un beso en la frente.

—Realmente no sé qué has visto en mí, pero gracias.

—Te has sonrojado —dijo pinchando mis cachetes.

—Oye basta, no te pases —dije poniéndome seria.

—Eres la amargada más hermosa que existe en el mundo.

—Y tú… empalagas —dije formando una pequeña sonrisa en mis labios.

Ambos reímos mientras veíamos el último rayo de sol desvanecerse.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo