Gabriel <3
Yo:
¿Puedes prestarme tus apuntes?
17:11
Claro, pero hay un problema…
17:15
¿Y cuál sería ese problema?
17:15
Que no los traje, y estoy abajo.
17:16
Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, me puse una sudadera encima y bajé las escaleras tan rápido como pude. No sé por qué me ponía tan nerviosa, no es la primera vez que viene a buscarme para salir.
Allí estaba, sentado en el sofá, con mi mamá, mi hermana y hasta mi tío. Al parecer no han sentido mi presencia, por lo que aclaré mi garganta para llamar la atención. Todos me miraron.
—¿Qué sucede aquí? —pregunté cruzándome de brazos.
—Gabriel estaba hablando con nosotros —dijo mi madre, dudando si seguir hablando o no.
—Sólo cuídala y hazla feliz, ella sigue siendo nuestra pequeña —esta vez habló mi tío, y yo solo me puse roja como un tomate, no sé cómo sentirme, no creí que este momento llegaría, y el hecho de no saber que sería hoy tal vez me ha molestado un poco.
Comencé a caminar hacia la puerta sin emitir palabra alguna, sentí como Gabriel se apresuró para alcanzarme.
—Oye ¿qué ha pasado? —preguntó posicionándose a mi lado, pero seguí sin emitir ningún sonido —Si no nos comunicamos se me hará aún más difícil comprendert…
—¿Por qué has hablado con ellos? —lo interrumpí.
—¿Te has molestado por eso? —se detuvo de golpe esperando que yo también me detuviese y lo encarara, pero yo seguí mi camino sin rumbo.
—Paula, te quiero —dijo sosteniéndome del brazo suavemente, haciendo que me detuviese —y quiero que todos lo sepan, ya no quiero seguir manteniéndolo oculto —se colocó delante de mí y agarró mi cara con ambas manos —quiero que tu familia sepa que esto que siento por ti no es un juego, que sepan que realmente quiero formar parte de tu vida y que tú formes parte de la mía —depositó un beso en mi frente.
Yo solo vagaba en mis pensamientos, no sé qué me está sucediendo, es como si algo dentro de mí estuviese teniendo una lucha.
—No quiero que te enojes, déjame quererte, tú mereces ser feliz y créeme que voy a hacer todo lo que sea necesario para que lo seas.
Fue entonces que pensé que tal vez él tenía razón, tal vez sea hora de dejar el pasado completamente atrás. Y si él se esfuerza por mí, entonces yo también debo esforzarme por él.
—Te quiero —dije en su susurro que creí que solo yo había escuchado, pero al ver la sorpresa en su rostro me di cuenta que también lo había escuchado.
Sus ojos me observaban fijamente, y no pude evitar mirar sus hermosos labios entreabiertos seguramente aún por la sorpresa de mis palabras, me acerqué lentamente hasta rozarlos, lo que nos hizo a ambos cerrar los ojos, terminé de unir nuestros labios en un hermoso y tierno beso.
Puede sonar loco, pero sentí como mi cuerpo se comenzó a relajar entre sus brazos, él bajó sus manos hasta posicionarlas en mi cintura, yo coloqué mis brazos por detrás de su cuello.
—Quiero que mi familia te conozca —dijo entre mis labios, me separé lentamente analizando sus palabras —ya saben de ti obviamente, pero quiero que vayas a mi casa… han preparado una rica cena para recibirte, aunque —dijo rápidamente al ver mi expresión —no quiero que te sientas obligada, puede ser otro dia no hay problem…
—Lo siento… yo…
Los recuerdos de mi primera cena con los Santana empezaron a llegar a mi mente, esa fue la noche que me enteré que la familia de mi exnovio era mafiosa.
*Flashback*
Unas sirenas comenzaron a escucharse a lo lejos, y al estar más cerca se escuchó un sonido fuerte, había sido un disparo. Estaba nerviosa, no sabía qué estaba sucediendo, Diego había entrelazado su mano con la mía por debajo de la mesa y acariciaba el dorso de la misma con su pulgar.
—Señor tienen que salir de aquí —dijo un hombre vestido totalmente de negro —al parecer Don Armando a dado su nombre en el interrogatorio policial, y ahora la policia quiere verlo para interrogarlo.
—Yo no tengo nada que temer —dijo Camilo, el padre de mi novio —yo estoy sano.
—Patrón he dicho que usted se encuentra fuera de la ciudad, tiene tiempo de salir por detrás, los autos están list…
—Déjalos que pasen, responderé sus preguntas.
—Jefe, Macario dejó unas pruebas que nos ha costado eliminar por lo que…
Solo eso bastó para que Camilo se enfureciera y encendiera su tabaco. Unos disparos se escucharon aún más cerca, tapé mi oídos y cerré mis ojos con fuerza por el susto, mi corazón estaba a punto de salirse por la boca, estaba realmente asustada.
—Ustedes —nos señaló —salgan de aquí ¡ahora!
Diego se puso de pie mientras tomaba mi mano con fuerza, yo correspondí sin darme cuenta, siguiendo rápidamente su paso. Me aferraba a su mano como si de ello dependiera mi vida. Llegamos a su auto, para salir lo más pronto posible de ahí.
Salimos sin problemas, mi corazón aun latía fuertemente y mis piernas temblaban. Ninguno dijo palabra alguna durante todo el camino. Aún después de haber pasado algunos minutos de haber llegado a mi casa, seguía estática en el asiento sin poder mover un solo músculo.
—Lo siento —dijo Diego rompiendo el silencio —sabía que esto no terminaría bien, nunca termina bien cuando está mi padre —dijo mirando a la nada —Por eso no quería que lo conocieras, ni quería que fueses a esa estúpida cen…
—Amor tranquilo, vamos a calmarn…
—No, no puedo calmarme, sabía que esto pasaría —dijo mirándome a los ojos —y no sabes cuánto odio tener que ser su hijo, por esa razón no estoy en casa cuando él está, toda mi vida ha sido este mismo sufrimiento —soltó un gran suspiro —Cuando era niño me dolía mucho y quería que todo fuese diferente, mantenía esa esperanza de que algún día todo cambiaría pero ¿qué puedes esperar de un mafioso? Nada, sus vidas nunca cambian ni aunque les den una segunda oportunidad, siguen siendo los mismos egoístas que solo piensan en su sucio dinero.
—Lo vamos a superar —dije suspirando mientras juntaba su frente con la mía —Tú no eres como él y eso es lo que importa, saldremos adelante —sonreí suavemente colocando mi mano sobre su mejilla para acariciarla.
*fin del flashback*
Sin darme cuenta había caminado o tal vez corrido hasta llegar al parque, tenía la respiración acelerada y mis ojos estaban nublados, me estaba ahogando en mis recuerdos, necesitaba respirar y estar sola; sin embargo, nunca estuve sola, Gabriel ha estado a mi lado abrazándome sin decir ninguna palabra, solo me acaricia el cabello y me acurruca entre sus brazos.
Entonces comprendí que no necesitaba estar sola, necesitaba a alguien que realmente supiera acompañarme y él sí sabía acompañarme. No hablamos absolutamente nada mientras me tranquilizaba.
—Solo hablaremos cuando estés lista y quieras hacerlo —dijo acariciando mi mejilla —Sé que no es fácil para ti, perdóname por haberme apresurado, si prefieres podemos ir a cenar nosotros en un restau…
—No, quiero hacerlo, vamos a intentarlo —dije por lo bajo —Vamos a tu casa.
—No, mi familia y yo podemos esperar —dio un beso en mi frente y se levantó para ofrecerme su mano y levantarme.
—Gracias, de verdad —realmente estaba aliviada, lo abracé muy fuerte.
—Te quiero, y lo que más deseo es que estés bien, te ayudaré a sanar…
Es tan difícil aceptar que ahora no soy yo quien preste ayuda para el bienestar de otra persona, es decir, estoy tan acostumbrada a dar, que ahora me resulta totalmente extraño recibir. Es algo nuevo y se siente muy raro, pero a su vez es muy liberador, solo espero que sí pueda salvarme de mis demonios.
—Bien… ¿qué desea cenar mi princesa amargada? —sonreí por el apodo que me había puesto
Caminamos hasta llegar a un restaurante, cenamos y luego pasamos por una heladería, lo cual me causó un cosquilleo en el estómago, él sabe lo mucho que amo el helado y el simple hecho de que me lleve sin yo tener que decírselo es algo que me encanta.
Él venía caminando con mi helado y el suyo, mientras yo solo lo observaba desde mi asiento, no podía evitarlo, mi cara seguramente era un desastre, siento que estoy apunto de explotar con tantos sentimientos encontrados.
—Aquí tiene, linda dama —pero en vez de agarrar el helado me levanté y lo besé.
—En serio te quiero, gracias —volví a darle otro beso.
—Te traeré a comer helado más seguido —dijo bromeando.
—Yo trato de ser romántica y me sales con eso —dije riendo mientras probaba mi helado.
—Es broma, sabes que te quiero con todo mi corazón —dijo empujando mi helado, haciendo que se ensuciara mi nariz y cerca de mi boca.
—Oyeee —me quejé mientras él me limpiaba riéndose.
Mi sonrisa desapareció enseguida al ver la espalda de un hombre vestido todo de negro, mis manos empezaron a sudar y mi cuerpo a templar.
—Amor ¿qué sucede? tranquila —preguntó tratando de entender que me sucedía.
El recuerdo de los hombres de negros rodeándonos en el aeropuerto empezaban a nublar mi mente. Una parte de mí está decidida y quiere enfrentarlos, pero la otra parte sigue en shock, me puse muy mal ante su posible presencia. Sabía que eso no podía significar nada bueno.
—¿Dónde está Camilo? —dije sujetándolo por la camisa —Señorita no tengo idea de lo que habla —dijo el hombre angustiado —no lo oculte más, lo encontraré tarde o temprano, y si usted colabora será más temprano que tarde, sólo dígame dónde está él —presioné mi agarre de su camisa —quisiera ayudarla pero ni siquiera sé quién es ese tal Camilo —su cuerpo comenzaba a temblar y su respiración le costaba, cada vez ejercía más fuerza en el cuello de su camisa —Amor qué sucede —dijo Gabriel posicionándose a mi lado, tratando de hacerme soltar al pobre señor que estaba ya rojo por la falta de oxígeno Me doy cuenta que este hombre realmente no sabía lo que pasaba, y que lo estaba lastimando por lo que enseguida solté mi agarre —disculpe —dije alejándome rápidamente del lugar. —Espera ¿a dónde vas? —Gabriel intentaba seguir mi ritmo, yo solo iba corriendo sin rumbo —detente —dijo sujetando mi brazo sin lastimarme —No quiero que me veas de esta manera —dije cubriendo mi cara con ambas
—bueno jóvenes, el informe deben traérmelo para la próxima clase ¿entendido? ya pueden retirarse, menos Paula, necesito hablar con usted —dijo la profesora mientras recogía sus libros.Terminé de guardar mis cosas, no puedo parar de pensar qué puede ser lo que quiere hablar la profesora, no le presté ni la más mínima atención a su clase, mi atención se encuentra en volver a ese parque y aceptar cualquier tipo de trato con ese hombre que me llevará hasta Camilo. Alguien me agitaba los hombros haciéndome volver de mis pensamientos, enseguida me doy cuenta que es la profesora. —Paula realmente estoy preocupada por ti ¿te encuentras bien? ¿qué te sucede? —podía notar la preocupación en sus ojos que trataban de recorrer todo mis rostro.Guardé silencio, no podia hablar de eso con nadie y menos con la profesora, no puedo exponerme ni exponer a mi familia. —Quiero ofrecerle una sincera disculpa por haber estado muy distraida en sus últimas dos clases, he tenido problemas persona… —comienz
—Bienvenida, pase por acá —dijo una amable anciana guiándome hacia la estilista. —Buenos días señorita, tome asiento acá —dijo la estilista dándome espacio para sentarme en la silla qué me indicaba —pronto iniciaremos su cambio de lookYa el cambio de look estaba aprobado por Don Armando, era algo que ya había pasado con anticipación para que pudiese ser estudiado por él y por suerte lo aprobó, decía que tenía que ser por completo un cambio en el que no pudiesen sospechar que siquiera tuviese algún parentesco conmigo.—Te amo —dijo Gabriel tomando mi mano—Y yo te amo a ti —dije mirándolo fijamente —solo serán unos meses, volveré más pronto de lo que te imaginas, espero que no me olvides y que no me montes los cuernos —dije riendo con la finalidad de que él también lo hiciera, me levanté para mirarlo mejor—No podría olvidarte ni en otra vida, y ponerte cuernos… eres la mujer de mi vida, no pudiese estar con otra chica ni aunque me obligasen —dijo riéndose también, acercándome rápida
—Oye tranquilízate, la vas a espantar —dijo natalyPodía notar que estabadesesperado, ya yo conocía a Diego asi que no me hacia falta esforzarme muchopara reconocer como se sentía. Sé que él no quiere incomodarme pero tampocopuede alejarse de mi. Sus ojos no dejaban de observarme desde que llegué, y se ha esforzado en intentar sacar alguna conversación.—En serio te pareces… a una…—Diego, ya basta, harás que se marche —dijo naty tratando de cambiar el tema disimuladamente.Yo estoy tranquila y confiada porque honestamente mi físico había cambiado por completo, no me parecía en nada a la Paula que todos conocían, y el maquillaje me ayuda muchísimoa ser Nicolle tranquilamente, pero… la verdad es que mi corazón si latió confuerza por un momento cuando vi lo decidido que estaba al decir que me parezco.Diego trató de comportarse y no volvió a tocar el tema pero sé que seguía con dudas en su cabeza, debo eliminar cualquier duda que él pueda tener por más mínima que sea, no puedo deja
—Eres realmente hermosa —dijo Diego acercándose a mí —Lo sé, gracias —dije entre una pequeña risa —Quisiera… saber si tengo alguna oportunidad contigo —sus ojos me miraban intensamente —¿Crees que… porque me hayas dicho que sentías algo fuertemente por mí… yo iba a entregarme a ti tan rápido? —dije terminando de romper el espacio entre nosotros. Esto me esta gustando, puedo manejarlo, lo tengo en mis manos, aunque él no tenga que ver con lo que hace su padre, de igual forma lo haré pagar todas y cada una de las cosas que me hicieron pasar a mí y a mi familia. Por fin algo dentro de mí se comienza a sentir bien. —Para nada, eres el tipo de mujer con la que cualquier hombre quisiera casarse, pero te juro, que estoy tratando de alejarme, de no pensarte y no puedo, fracaso en el intento y siempre estoy pegándome a ti —dijo pasando su brazo por mi cadera pegando nuestros cuerpos. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, mi mente casi me traiciona al intentar recordar la pr
—Salud por eso —estábamos brindando por nuestra primera prueba aprobada en la universidad.No estudiamos lo mismo y ya él llevaba un año adelantado, pero aún así estaba al pendiente de mí y hemos estado saliendo cuando tenemos tiempo libre. —Pero miren quienes están aquí —dijo una voz muy familiar —si son la nueva parejita —María traía una silla y se unió a nuestra mesa —¿Qué haces aquí? pensé que te había quedado todo claro —dijo Diego apretando su mandíbula tratando de no perder el control.—Quería… —dijo mirándome —pedirte una disculpa por… ya sabes… lo que dije ese día en tu casa —no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada —No tienes que pedir disculpas cuando en realidad no lo sientes —dije mirándola fijamente —conmigo no tienes que fingir ni porque esté él aquí —dije mirando a Diego —seamos sinceras, no te arrepientes de nada pero aún así no te preocupes, no pasa nada —le sonreí tranquilamente —Tienes razón, mi intención principalmente fue presionarlo a él pero se
—Por algún tiempo extrañé mucho a mi… Paula, ese es el nombre de mi exnovia , no podía pedirle otra oportunidad porque mutuamente habíamos estado de acuerdo en terminar nuestra relación por nuestro bienestar aunque lo hice más por ella que por mi, le hice creer que yo estaba cambiando y que estaba conociendo nuevas personas pero en realidad no fue así, sabía que ya ella se sentía incómoda con nuestro alrededor y tenía que hacer que pudiese alejarse para que pudiese estar tranquila, sin embargo, con el pasar del tiempo solo pensaba en ella y en lo mucho que la extrañaba, me refugie en el alcohol, bebía hasta perder el conocimiento y aún así no podía olvidarla —soltó un pequeño suspiro —una noche estaba ya muy ebrio y apareció María, yo sólo veía a Paula y ella venía hacía mí y me besó, le seguí el beso pero algo se sentía mal, esos no eran sus labios, ese no era su aroma, y la alejé con tanta fuerza que casi cae al suelo —me miró para asegurarse de que podía continuar así que asentí pa
—Nico… Nicolle por favor espera —gritó Diego sin aliento, me detuve. —¿Qué sucede? —le pregunté sonriendo —¿Ignorarme una semana no te pareció ya suficiente? —intentaba recuperar el aire por haber corrido para alcanzarme —no te busqué porque quise respetar tu espacio pero ya no soporto más tiempo lejos de ti —dijo mirándome fijamente —Y no crees que quien deba decidir si fue o no suficiente deba ser yo? —pregunté mirándolo con el ceño fruncido—Entendí que debía darte tu espacio pero ya no lo puedo soportar más —dijo bajando la mirada —Lo sé, es sólo que he intentado buscarte y me ha costado muchísimo, sales antes de que acaben las clases, no te encuentro en tu casa y supongo que es porque llegas tard…—Espera ¿me has estado espiando acaso? -—pregunté mirándolo fijamente —Los últimos días he tratado de encontrarte ya te lo mencioné antes —se notaba la desesperación en su rostro —Me parece que tú tienes otras cosas en qué ocuparte realmente ¿no crees? —dije señalando disimuladam