Casada por una razón
Casada por una razón
Por: Lali Carvaja
Capítulo 1

—Paula ¿Me estás escuchando? —dijo María molesta por no recibir mi atención. 

Me encontraba realmente muy distraída. Solo podía pensar en mi padre, ¿Estará bien? ¿Por qué se fue sin decir nada? ¿Cuándo volvería? ¿Por qué no atendía mis llamadas, ni respondía los mensajes? ¿A dónde fue?, eso era lo que tenía toda mi atención, para mí no existía nada más que no sea encontrar lógica al repentino viaje de mi papá sobre todo por las circunstancias; pero, esto al parecer era muy complicado para que mi supuesta “amiga” lo pudiera entender.

—No te preocupes, solo deben ser cosas de su trabajo —volvió a hablar María para tratar de restarle importancia a mi preocupación.

—¿Siquiera te estás escuchando? —dije ya un poco alterada ante su tranquilidad —Es MI PAPÁ, no he sabido nada de él en aproximadamente 30 horas ¿y eso te parece normal? Mi papá nunca se ha ido sin decir nada en todo un día y una noche. Antes de irse “a su viaje” se notaba nervioso pero nos hizo creer que solo era estres. Entonces, mientras yo estoy preocupada sin saber qué hacer ¿Tú solo puedes decirme: “No te preocupes son cosas de su trabajo”? —dije totalmente irritada imitando su tono — Pero claro ¿Qué puedes saber tú de eso? no tienes padre y ni siquiera muestras un mínimo de empatía —dije con pequeñas lágrimas amenazando con salir de mis ojos.

María se quedó callada, parecía afectada por cada una de mis palabras punzantes. En un momento como este, no sé qué hacer y ella no me está ayudando, probablemente voy a arrepentirme de todo lo que le dije pero por ahora no me importa nada que no sea encontrar a mi pa…

—Es… es mi papá —dije en un tono casi inaudible —¡PAPÁ! —Grité mientras corría a su encuentro —¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado? —dije abrazándolo.

—Hi..ja… —jadeó mi padre, tratando de contener el dolor que le causó mi abrazo.

—¿Qué te ha pasado? —repetí con los ojos llenos de lágrimas al verlo en ese estado.

Su camisa se había manchado de sangre y algunos botones habían sido arrancados dejando su pecho al descubierto, su cara estaba casi irreconocible, su cuerpo muy mal herido, indicando haber sido casi molido a golpes. 

—¿Estás bien? —Preguntó preocupado al ver que andaba sola, al parecer María se había marchado —no debes quedarte sola en ningún momento —dijo mirando hacia todos lados —vamos a casa de tu tío, seguro que alguna de su ropa puede servirme y podré darme una ducha para que tu madre y tu hermana no me vean de esta man...  

—Solo dime algo —lo interrumpí preocupada y soltando un gran suspiro —¿Fue él? —pregunté atemorizada de escuchar la respuesta, deseaba que esa respuesta fuera negativa pero había muchas posibilidades de que fuera cierta.

—Cariño no te preocupes, solo han sido unos delincuentes que querían dinero, vamos a estar bien, solo hay que irnos de este lugar lo antes posible, no podemos seguir cerca de ellos —dijo tomando entre sus manos mi rostro para tratar de tranquilizarme.

—¿Cerca de quienes? ¿Por los delincuentes? —pregunté confundida.

—Sí, no lograron sacarme nada y eso los molestó —mi padre se mira dudoso —entonces han amenazado con venir a casa y hacernos daño —dijo preocupado —y obviamente no voy a permitir que les hagan daño a ninguna de mis princesas ni a mi reina. 

Traté de no incomodarlo aún más y comprendí que lo mejor era irnos a casa, tal vez después de un descanso estará dispuesto a hablar de lo que realmente sucedió. En alguna parte del camino mi padre se quitó los zapatos para así tratar de “disminuir” un poco el dolor, pero no le sirvió de mucho porque podía seguir viendo en su cara pequeñas muecas de dolor al caminar.

Él me miraba en silencio una que otra vez, seguramente pensando qué hacer para cuidarnos, mi padre siempre ha sido nuestro príncipe, nuestro superhéroe, el que siempre nos defiende y protege. 

Yo soy su primogénita, la niña que lo hizo papá por primera vez, sin embargo, sé que él no tiene favoritismo con ninguna de las dos (mi hermana y yo) siempre nos ha demostrado su amor por igual, aunque en este caso se trate de mi.

—Amor, has vuelto —dijo mi madre al escuchar el sonido de la puerta de su habitación, al mirarle soltó un jadeo de sorpresa, se acercó a él revisando lo que pudo de sus heridas visibles —Pero… ¿Qué te ha pasado? —dijo preocupada al verlo más de cerca.

—Solo han sido unos delincuentes que querían dinero —dijo mi padre tratando de sonar tranquilo, porque sabía que yo seguía detrás de la puerta escuchando, y realmente había otras cosas de qué preocuparse, podía sentirlo aunque no me lo dijera.

Estoy consciente que soy una chica muy inteligente y es muy difícil poder ocultarme la verdad, y mi madre no se queda atrás, por lo que estoy segura que percibió que se trataba de algo importante que mi hermana y yo no teníamos que saber.

—Bueno, seguramente tienes hambre, te traeré la comida a la cama, tu solamente ponte cómodo —dijo ella con ese tono que sé que utiliza para seguirle la corriente a mi padre en este tipo de casos.

Salí corriendo para que no me descubrieran, aunque sé que ya ellos sabían que estaba allí escuchando y por eso no dijeron nada. Mi madre siguió su rumbo a la cocina donde calentó una sopa de verduras que había preparado y se la llevó a mi padre, mientras yo seguí observando y escuchando de lejos.

—Tenemos que irnos lo antes posible de aquí, ya hablé con mi hermano y está dispuesto a recibirnos… —dijo mi papá pensativo.

—No estoy comprendiendo Juan, y créeme que lo estoy intentando —lo interrumpió mi madre preocupada.

—No tienes que entenderlo Eva, solo comienza hacer las maletas y haz que nuestras hijas crean que es un viaje de vacaciones —dijo un tanto preocupado.

—Bien —dijo ella acercándose —lo haré, te apoyé, te apoyo y te seguiré apoyando, siempre estaré contigo —le dio un abrazo.

—Gracias mi amor, tenemos que proteger a las niñas, especialmente a Paula, ese hombre está loco y quiere casarla con su hijo —dijo agarrando su rostro con ambas manos para que pudieran verse a los ojos —ya tengo la mía lista —dijo señalando su maleta.

Sí, ya no me cabe duda que los golpes que había recibido mi padre fueron ocasionados por el mismo hombre que, en aquella cena familiar se comportó como un padre ejemplar y una persona amable, ese mismo hombre era tan malvado como su propio hijo lo había descrito alguna vez. Le ha hecho daño a mi padre solamente por haber terminado nuestra relación y ahora por eso debemos huir. Esto ha sido mi culpa, nunca debí haber avanzado con Diego cuando me enteré que su papá era el mafioso más popular en la zona, él me dio una oportunidad para no involucrarme en ese mundo, pero yo de ingenua creí que podría con eso y seguí adelante…

—Basta —dije entrando a la habitación de mis padres —me casaré con él —dije firme.

—Hija tú no tienes que hacer es…

—Detente papá —dije interrumpiéndolo —soy mayor de edad y no dejaré que te sigan lastimando ni mucho menos a mi familia, aceptaré su absurdo convenio de casarme con su hijo —dije suspirando —no tienen que preocuparse por mí, voy a estar bien, Diego es mi exnovio y aunque nuestros planes juntos hace tiempo terminaron, estaré bien

—No lo entiendes Paula, no puedo dejar que hagas semejante cosa —dijo mi padre en un suspiro —no quiero ni puedo vender a mi hija para poder vivir en paz y sin “problemas” —me abrazó fuertemente y me dió un beso en la cabeza —Esta misma noche salimos al aeropuerto y nos iremos, buscaremos la manera para que arresten a ese demonio de una vez por todas y se pudra en la cárcel —sonreí y correspondí a su abrazo. 

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