Amber se quedó en silencio y con la mirada expectante esperando cuál era el secreto que Brigitte revelaría, hasta que esta se decidió a hablar.

— Amiga, tengo miedo.

— ¿De qué?, o ¿por qué?

De pronto su pensamiento se fue a la noche anterior

Brigitte estaba por acostarse a dormir cuando recibió una alerta en el teléfono. Acababa de recibir un correo electrónico de un desconocido; sin embargo, cuándo estaba a punto de borrarlo, algo llamó su atención.

Quien la contactó parecía estar relacionado con su difunto esposo y eso la perturbó. “¿De quién puede tratarse? Y ¿qué es lo que desean?”, en el detalle, explicaba que era un abogado y que debía contactar cuánto antes.

— ¿Ocurre algo?, ¿Por qué de pronto tienes cara de preocupación?—, preguntó Andrew mientras se acostaba a su lado.

— Nada, solo veía una información de la universidad, sabes que ando al pendiente de ello, ya que, está cerca el comienzo de las clases.

— No te preocupes, preciosa, sé que lo harás bien. Todos tenemos temores