Solo acaba de comenzar

Dios, cómo sería sentir el suave roce de su lengua por toda mi piel, envolviéndome con un millar de caricias mientras él...

James apoya su frente en la mía y tiembla, el sudor le perla la frente.

—Mierda, amor.

Hay algo al oír ese gemido gutural, todo aspereza y desesperación, que me lleva al límite con el siguiente movimiento de sus dedos.

Intento retenerlo, pero el deseo da un chasquido y veo un destello de luz a mi izquierda cuando me hago añicos.

Mi cabeza se gira hacia la luz, pero él toma mi barbilla y me hora la cabeza para que pueda verlo solo a él.

—Confía en mí, nadie nos verá. Eres solo mía, no permitiré que ningún otro te vea mientras estás a punto de correrte, ese placer queda reservado para mí.

Las sombras inundan el espacio durante un segundo mientras el placer llega en unas oleadas que me arrollan tras sus palabras y hacen que suba a la superficie una y otra vez.

Me pasa una mano por detrás del muslo y me levanta. El mundo me da vueltas y noto el asiento en la esp
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