Mínima cortesía

Stella

James me besa suavemente en la boca, tan dulce y gentilmente que su mano se desliza por la parte interna de mi muslo casi sin ser detectada.

Me separa las piernas, me acomoda más profundamente en su regazo y me acaricia suavemente, justo por encima de mi ropa interior.

No puedo contener un gemido de necesidad.

Sus nudillos que se mueven bajo la tela de mi falda están indescriptiblemente sucios , y en el momento en que me encuentra mojada, su lengua chasquea, como si yo fuera exactamente lo que él esperaba y también...

—Es una puta pasada —gruñe contra mi garganta. Su dedo medio empieza a frotarme y yo dejo escapar un suspiro de agradecimiento y súplica.

Gracias a Dios que no me hace esperar , me digo. Trece minutos después, sigo al borde del abismo y el reloj del monitor se ríe de mí.

Todo comienza cuando James me baja el top sin demasiado cuidado y me dice:

—Tus tetas son espectaculares, ¿te lo ha dicho alguien?

Algo de satisfacción y orgullo crece dentro de mí. Niego c
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP