Lyla ¡Joder! Idiota, eso es lo que es. Reviso mi vestido que está hecho trizas en el suelo. Ando rabiosa, mojada y excitada. El muy imbécil me rechazó, me dejó aquí tirada y desnuda. “En el último cajón está mi ropa de deporte” imito sus palabras en mofa porque la rabia me hierve. Que ni crea que lo volveré a buscar, se jodió conmigo. sino fuera porque la vergüenza me come, sería capaz de salir desnuda de aquí solo para hacérmelas pagar. Tomo la ropa del cajón y me la coloco con todas las ganas de ir por él y matarlo por esto. Agarro mi móvil y llamo a Camí, que no tarda en responder. —Hola preciosa. —estoy jodidamente molesta. —woa woa. ¡Cálmate! Yo no he hecho nada Bufo, claro que sí. Sigo cabreada con ella por todo lo que me oculta con Luca, pero no caeré en ese tema de nuevo. —Fue el imbécil de Emilio. Por fa necesito que me tengas una ropa de las tuyas lista para mí y allá te cuento ¿Si? Hoy no quiero llegar a mi casa. —¿Tan malo fue? —si. Nos vemos allá. Corto, porq
Lyla Al despertar, me doy cuenta que Sido envuelta en los brazos de Emilio. Se siente raro dormir en casa de Camí y más cuando todo está en silencio. Intento salir despacio, pero los brazos de mi esposo se tensan a mi alrededor. —duerme otro rato— su voz ronca siempre me ha encantado, aunque mucho más cuando es sobre él sexo. —necesito ir a clases. tengo mis últimos exámen para mi título. Me suelta con un gruñido y por fin me giro. Está guapo, su cabello salta en todas las direcciones y su piel aceitunada luce mejor, estaba pálido los primeros días del disparo. Reviso la herida y está cicatrizando bien. Llevo un dedo alrededor del circulo y el solo me mira de esa forma suya que hace que parezca un depredador. —Lamento haberte ocultado información— a pesar de todo, lo vuelvo a recalcar. Antes lo había dicho, pero el estaba tan cabreado que se que no me escuchó para nada. —Lo hice porque sabía que te pondrías así como reaccionaste. No quería vivir con la muerte de Raúl en mi conci
Lyla Salimos de la empresa y veo a Emilio muy cariñoso, me gusta cuando se pone así, pero a veces es un cretino cuando ve a hombres frente a mi. Llegamos a casa de mi padre y los primeros en recibirme son mis hermosos gemelos, a los cuales les doy un fuerte abrazo a cada uno y me los como a besos, cosa que los hace protestar. —No somos niños, hermana— se enfurruña el mayor y sonrío porque siempre serán mis pequeños bebés. —Bueno, ¿dónde está papá?— pregunto porque desde hace un par de días, que no le gusta quedarse en cama, prefiere descansar en el jardín, cerca de la alberca. —Esta dando su paseo de rutina— sube y baja las cejas de forma sugerente y no se a que se refiere, pero miro a Emilio y está bastante serio, dándome una idea a quien están sugiriendo. Antes de que yo reaccione, veo a Emilio dirigirse a pasos apresurados hasta donde queda nuestro patio. Para evitar un momento malo, me dirijo detrás de él, corro cuando ya me ha ganado unos pasos de ventaja, pero me estrello
Lyla Los días comienzan a pasar, y parece que he caído en una rutina. En la mañana la universidad y con exámenes finales porque me gradúo en una semana. Paso por casa en las tardes antes de ir a la empresa a “Arreglarme” aunque termino desarreglada porque Emilio se ha obsesionado con la idea de marcarme todos los días, se que lo hace para marcar territorio en la empresa de mi padre, por el hijo de su socio. Me da un sexo alucinante, pero termino marcada con chupetones o mordiscos bastante visibles. ¡Parece un perro! Mi padre solo va a la empresa en las mañanas, pero cuando sabe que se acerca la tarde, se va. Dejándome a cargo, ya que debe seguir mejorando. Sigue con Amara, parece que ya tienen una relación formal, pero como en unos días ella cumple sus 21, quieren esperar hasta ese momento para que mi suegro no les dañe la cosa. Me he enterado de muchas cosas que hizo él, y ¡Lo odio! Por darle una infancia jodida a Emilio, Amara y sus otros hermanos que no he llegado a conocer. C
Emilio —¿Que acabas de decirme?— pregunto a Luca mientras miro la hora y noto que Lyla ya lleva 10 minutos allí, ¿Será que le cayó mal la comida? —Que Dimitry hizo aliados en Chicago y puede que lo estén ayudando, por eso no hemos dado con el. Porque no está en Rusia.—¿Has buscado en las cámaras? —Si, y no muestra nada. —lo tenemos muy cerca, no me gusta que esté en este país, menos cerca de Lyla —Haré lo que pueda. Ahora cambiando de tema, ¿Le darás a Lyla la sorpresa? —Si, pero mañana. Cuando estén todos presente en la fiesta que estoy organizando. —¿Te tiene agarrado de las bolas, no?— se ríe el muy desgraciado, pero el no tiene mucho que decir —No creo que tanto como te tiene a ti Camila— su risa aumenta como su le hubiera contado un chiste —Touché. Ella me tiene de las pelotas. —hazme una última cosa antes de dejarte e ir a buscar a mi mujer— se escucha un resoplido, sabe que siempre acuso a él para favores —Investiga quien mandó las rosas que le llegaron a Lyla ho
Lyla Cuando abordo el avión privado de mi padre, se que no hay vuelta atrás. Pensé que este matrimonio con Emilio estaba por buen camino, que podía hacer que el me amara como yo a él, pero nunca me dijo esa palabra.Creo que lo único que sentía por mi, aparte de la obsesión, era deseo por mi cuerpo. Emilio solo es un controlador, le gusta tener todo bajo su poder, y el que estuviera conmigo, le demostraba a todos, lo poderoso que era. Que pudo con mi familia. Ya no más. —No llores cerecita— mi hermano menor me desliza el pulgar por debajo del ojo y no me había dado cuenta de que estaba llorando. —tranquilo Callum— le sonrío para que se calme —Todo esto pasará y estaré mejor. —Sabes que no estoy de acuerdo con irnos, pero lo hacemos porque tu así lo quieres. —No quiero sentirme sola— miento. La verdad es que sé que si se quedan, Emilio manipulara todo de nuevo para que esté con él. Y yo no seré la esposa trofeo que debe aguantar todo. —¿Cómo harás con los estudios?— mi otro geme
Emilio. Mi pie golpea con fuerza el pecho del hombre frente a mi, desde hace tres jodidos meses estoy buscando a mi mujer. Parece que se la tragó la tierra, mi suegro sabe dónde está, pero mi hermana me impide que le haga algo. ¡Joder! Detesto cuando todo se me escapa de las manos. —Ahora ¿Me dirás dónde mierda está el Ruso? Si, así como he estado buscando a mi mujer, también al maldito que hizo que se fuera. Porque tuve que volver a ver las cámaras y enfrentarme a mi suegro que me contó todo. Lo que si tengo certeza es que apenas encuentre al cabrón, lo haré sufrir de la manera más dolorosa. —No. No lo haré— niega aún con sangre escurriendo de su nariz después de la golpiza que le dí. Si, el matrimonio de mi suegro con mi hermana, hizo que mi mal humor se volviera a disparar. Me hizo recordar que no tengo a mi mujer conmigo, pero también que no puedo usar a mi suegro para llegar a ella. —lo que tú me hagas, no tiene comparación con lo que él me hará si se entera que te dije todo
Lyla Hoy ha Sido un día de estrés, me ha tocado trabajar doble porque acá no hay divisiones como en Estados unidos. Había un solo gerente que hacía todo, pero como no pudo asistir hoy, me encargó su trabajo completo. Cuando llegan las 6 de la tarde, decido que ya no puedo más y que solo quiero llegar a casa y ducharme por un rato para luego dormir, tomo mi bolso e intento caminar rápido, pero los tacones me están matando los pies. Salgo despidiéndome de todos, cuando choco con un cuerpo duro, que casi me hace caer. Cuando me estabilizo y voy a disculparme, me quedo de piedra al ver quien está frente a mi, estoy segura que todo el color desapareció de mi rostro. Lo sé porque casi no puedo respirar. ¿Que hace Raúl aquí? —Hola princesa. Me abraza, pero apenas tengo tiempo de corresponderle. Aún estoy en shock. —¿Cómo…? Me sonríe como antes cuando estábamos juntos —tuve algo de ayuda de un viejo amigo, me dijo incluso donde estabas viviendo, pero sabía que estarías aquí. Me qued