Emilio. Mi pie golpea con fuerza el pecho del hombre frente a mi, desde hace tres jodidos meses estoy buscando a mi mujer. Parece que se la tragó la tierra, mi suegro sabe dónde está, pero mi hermana me impide que le haga algo. ¡Joder! Detesto cuando todo se me escapa de las manos. —Ahora ¿Me dirás dónde mierda está el Ruso? Si, así como he estado buscando a mi mujer, también al maldito que hizo que se fuera. Porque tuve que volver a ver las cámaras y enfrentarme a mi suegro que me contó todo. Lo que si tengo certeza es que apenas encuentre al cabrón, lo haré sufrir de la manera más dolorosa. —No. No lo haré— niega aún con sangre escurriendo de su nariz después de la golpiza que le dí. Si, el matrimonio de mi suegro con mi hermana, hizo que mi mal humor se volviera a disparar. Me hizo recordar que no tengo a mi mujer conmigo, pero también que no puedo usar a mi suegro para llegar a ella. —lo que tú me hagas, no tiene comparación con lo que él me hará si se entera que te dije todo
Lyla Hoy ha Sido un día de estrés, me ha tocado trabajar doble porque acá no hay divisiones como en Estados unidos. Había un solo gerente que hacía todo, pero como no pudo asistir hoy, me encargó su trabajo completo. Cuando llegan las 6 de la tarde, decido que ya no puedo más y que solo quiero llegar a casa y ducharme por un rato para luego dormir, tomo mi bolso e intento caminar rápido, pero los tacones me están matando los pies. Salgo despidiéndome de todos, cuando choco con un cuerpo duro, que casi me hace caer. Cuando me estabilizo y voy a disculparme, me quedo de piedra al ver quien está frente a mi, estoy segura que todo el color desapareció de mi rostro. Lo sé porque casi no puedo respirar. ¿Que hace Raúl aquí? —Hola princesa. Me abraza, pero apenas tengo tiempo de corresponderle. Aún estoy en shock. —¿Cómo…? Me sonríe como antes cuando estábamos juntos —tuve algo de ayuda de un viejo amigo, me dijo incluso donde estabas viviendo, pero sabía que estarías aquí. Me qued
Lyla 1 año después. Me he acostumbrado a la vida en Irlanda, pero no niego que me hace falta visitar a mi familia, sobretodo, porque hace poco tuve una pequeña hermana. No la conozco, solo lo supe por mi tío y por las redes sociales que sigo viendo por medio de un perfil falso, es súper hermosa, tiene cabello oscuro, pero el mismo color de ojos que nosotros los Zurcos. Mi vida aquí ha Sido bastante ocupada, Raúl fue de mucha ayuda, seguimos siendo amigos y seguirá así, no quiero tener sentimentalmente nada que ver con nadie. Ahora más que nunca que logré olvidar a Emilio. Ya solo es una espinita molesta de mi pasado. Me he asesorado legalmente y se que puedo hacer una anulación de mi matrimonio, después de este tiempo sin verlo y sin vivir con él, puedo solicitar estar legalmente separada de Emilio. Pronto será tiempo de volver, y lo haré más que nada porque sé que mi padre estará a Salvo, Emilio no le hará nada y menos con su sobrina de por medio, y los gemelos se quedarán acá p
Lyla Cuando aterrizamos, no hay nadie esperando, nada más que un taxi que solicité. Necesito llegar rápido, estuve esas 9 horas de vuelo en total ansiedad. Aún no hay respuesta de mi padre, pero sé, que él es un hombre fuerte, terco. Cuando doy la dirección de la clínica, los nervios se acentúan más en la boca del estómago. ¡Dios! Tenía mucho que no me sentía así. 20 minutos después me dejan en la clínica, mis tacones casi no me dejan correr, así como la maleta, pero me las arreglo. Llegó al piso de recepción y pido su número de habitación, cuando estoy subiendo que se abre el ascensor, la primera cara que veo es la de Amara con los ojos rojos, doy unos pasos para llegar a ella, pero soy empujada contra la pared de manera rápida. Mis ojos se enfocan en el motivo y me quedo sin aliento al ver al hombre que creí ya no amar, que pensé ya había olvidado y que ahora está haciendo que mi corazón casi se salga por mi garganta. ¡Está más guapo! Y aún más cuando lo veo con esos ojos intens
Emilio ¡Mierda! Me voy a volver jodidamente loco. Quiero gritar, entrar en esa puta habitación y sacar a mi mujer de allí. Esto es ridículo, y más cuando todo iba tan bien entre nosotros. Estoy dividido entre darle lo que quiere y portarme como un imbécil solo llevándomela. No quiero que se vaya, pero conociéndola, es capaz de odiarme si la obligo. —Calma, amigo. Si, eso quisiera, pero nunca he tenido paciencia para lo que quiero. —Sabes que eso es sinónimo de locura para mí.—Bueno, ¿Y entonces que harás? —Buscarás al famoso juez Ryan y le damos de baja, nadie me separará de mi farfalla. Luca me mira como si estuviera loco y niega con la cabeza. Se que eso nos puede traer problemas, incluso hacer que nos monten un ojo encima, pero nadie que quiera separarme de mi reina, vive para contarlo. Me siento, mientras Luca sale a hacer lo que le pedí, no quiero errores, tampoco firmar ese puto papel, Lyla es mía. Veo que la puerta se abre y sale mi muñeca hermosa, haciendo que me le
Lyla Conocer a mi hermanita, me ha dado años de vida, ¡Es preciosa! Siempre me han gustado los niños, por eso adopté como míos a mis hermanos cuando mamá murió. Camila apenas me vio, se le aguaron los ojos. Pensé que estaría molesta conmigo, pero hizo todo lo contrario, vino hasta mi y me dió un gran abrazo acompañado de un beso en la mejilla. Imagino que debe saber todo lo que pasó, no nos dió mucho tiempo de hablar porque poco después vino Luca por ella, tenía una mirada nerviosa, pero no entiendo por qué. Se llevó a mi amiga rápido y solo alcance a citarnos para más tarde en la noche. Subo a mi a antigua habitación y sonrío recordando que aquí pasé mi niñez, muchas veces mis hermanos se metían a mi cama cuando les daba miedo por la noche. Dejo mi maleta y me cambio rápidamente a una de mis pijamas, al menos eso me permiti tener de cómodo. Se que ahora debo Salir a comprar algo de ropa, pero será después de ver a mi padre. Me alivio de saber que está bien y solo fue un susto.
Lyla Dos días después, ya tenía ropa adecuada después de ir de compras por algo más cómodo y también me acostumbré a dormir con Melva. ¡Su olor! Es lo más maravilloso que he sentido, y sus ojitos verdes son una fotocopia de los míos. Ya hoy no me toca ir al hospital, sino que debo ir a la empresa, le pedí a padre que no mencionara nada a Emilio. Se que está desesperado y no lo negaré, yo también me he vuelto así por verlo, pero si no me mantengo firme, quizás vuelva a lo de antes. Si de verdad el quiere que volvamos a estar juntos, debería demostrarme que cambió o al menos que cambiará por mi. Miro mi celular cuando se vuelve a iluminar con otra llamada de Raúl. No sé las he contestado ninguna, se que comenzará a preguntar y no quiero entrar en tensión con él o tener una discusión, pero lo llamaré en la noche. Camila me ha mantenido informada de todo lo que ha pasado por acá. Le va muy bien con Luca, eso me da alegría porque ella merece ser feliz. Tomo mi celular y llamo al Jue
Emilio ¿Paciencia? Joder, la cosa más difícil del planeta. Más cuando se trata de Lyla. Solo quiero llevarla a casa, dónde pertenece a ml lado, demostrarle que estuvo equivocada al dejarme, así como está equivocada al querer alejarme. De camino, le tomo la mano y ella me deja, se que le gusta mi toque, aunque se resista. Cuando llegamos, y está por bajarse, no me aguanto y le doy un beso rápido en los labios aunque lo que quiero es comérmela completa. —Ten un buen día, bellizzima. —igualmente. Responde y se baja como si quisiera alejarse rápido, pero sé el por qué, sin embargo eso no me detiene, le mostraré que no debe temer si quiere volver a estar conmigo. Reconozco que fui medio cabrón cuando la obligué a hacer algunas cosas, como sentarse en mis piernas delante de su padre y actuar de forma territorial, como amenazar a su familia, y también obligándola a casarse conmigo, aunque de esa última no me arrepiento. Desde que ví a Lyla la quise para mi, solo no supe cómo manejar l