• Presente •La vida nunca era sencilla, mucho más si se vivía en una que no habíamos nacido pero que se nos había sido otorgada por elección de otros.Asher Salvatore llevaba la vida que su hermano menor por una media hora de diferencia no había podido llevar. Esos treinta minutos de diferencia le dieron una vida completamente diferente a la que vivía su hermano mayor. Desconocidos entre ambos y únicamente presentes en la cabeza de su madre, Alessia Salvatore.—Es linda, toda la prensa habla de que Rebecca es una de las mujeres más lindas de Roma.—Nunca he dicho lo contrario madre—replicó el italiano mientras bajaba las escaleras—, solo digo que es la menor de las tres. La que menos influencia tiene, me sorprende que papá haya aceptado ese trato tan poco beneficioso.Su madre le siguió el paso de cerca.—No importa que orden de nacimiento tenga, es una Leroux y eso no va a cambiar. Es tu prometida y debes comprender que después de que tomaste el control de la empresa las ganancias h
Cuando Bianca conoció a Pietro, se quedó tan enamorada de él que dejó atrás su posición como Heredera de la familia más acudalada y poderosa de toda Italia. Desconociendo cuan superficial era su amante, quedó devastada al darse cuenta que solamente estuvo con ella por su anterior posición como dama de la alta sociedad; aunque nunca supo exactamente a qué familia pertenecía. Huyó de su lado llevando consigo el fruto de su relación y vivió sus últimos años enferma y en la pobreza, aunque con más dicha de la que jamás tuvo cuando "lo tenía todo". Pero su amado hijo aún tenía un brillante y exitoso futuro, que lograría demostrar lo equivocados que estaban al creer que no tenía lo que se requería para ser el reemplazo de su hermano.Él les iba a demostrar que sería incluso mejor. Y lo harían mientras limpiaba el nombre su querida madre.━─━────༺༻────━─━Una hermosa y elegante boda se celebraba a las afueras de Roma, los cientos de invitados llegaban en sus lujosos autos del año. El ambien
UN MES ANTES—¿No estás cansado de esto?—¿A qué te refieres? —preguntó Aleksander a su mejor amigo Phillipe mientras tomaban un café, luego de un amplio día de trabajo en el Bancaposta, donde solo se rodeaban de números y de dinero que claramente nunca podrían tener en sus manos.Apenas y les alcanzaba para tomar el café más barato de la zona.—Estoy harto, me canse de solamente estar trabajando como un animal de carga y ganar una miseria de dinero.—Supongo que eso es lo que nos toca a todos —afirmó Aleksander llevando la taza de café a su boca—. Hoy me han sacado del departamento por falta de pago, quizás duerma en un spa público o en el sótano del trabajo. De todas formas, no tenía ni muebles.—Deberías buscar a tu padre, quizás te dé apoyo. ¿O está muerto?El italiano hizo un gesto de reprobación ante el comentario de su amigo. Claro que debería obligarlo a hacerse responsable . Su madre le había provisto de un padre con mucho dinero, pero no con la legitimidad, tenía su apellido
Mónica Russo tosía de manera desmesurada en el baño de su habitación. Sus pulmones dolían y al retirar su mano miró con miedo como leves motes de sangre permanecían en su palma. Estaba tosiendo sangre.Observó su reloj y luego escuchó la puerta cerrarse, Aleksander había regresado. Él lanzó su portafolio al sofá y luego buscó con la mirada a su tía. Era su única familia ahora.Todo el día pensó en la oferta de su padre, pero desde luego que no aceptaría la propuesta de ese maldito.—Tía, he regresado —informó en voz alta pensando en que tal vez estaba en su habitación.Al escuchar la voz de su sobrino, abrió el grifo e intentó ganar tiempo para limpiarse el líquido rojo. Estaba desesperada y tenía miedo, había que tener miedo cuando las cosas involucraban sangre. —¡Estoy aquí, voy enseguida querido! —gritó y su voz sonó un poco ronca. Minutos más tarde salió rápidamente de la habitación.—¿Tía, estás bien? Mírate, estás pálida. —Estoy bien, no te preocupes, son tonterías tuyas. ¿Ti
Rebecca resultaba ser una buena pieza en el tablero de Aleksander. Bruno tenía razón: ella haría lo que fuera por hacer sentir orgullosos a sus padres. Por lo cual aprovechó su "duelo" por la muerte de Asher para ganarse su favor.Ya estaba iniciando el juego. Era oficialmente el nuevo heredero.La primera semana que ocupó el lugar de su hermano, se dió cuenta que el mundo de la alta sociedad era sorprendente. Tenían contratos de matrimonio, daban a sus hijas como ganado con tal de asegurarse una buena posición.—Hoy tiene clases de modales, señor Salvatore —le indicó el abogado y asistente de su padre, Bruno.—¿Para qué necesito eso? No puede ser tal difícil.El hombre le dió una mirada de desaprobación, pero Alek estaba cansado de tantas clases. Él solo tenía que pararse ahí y fingir que todo estaba bien, ¿no?Así que en la noche, cuando debía asistir a la cena con sus suegros y la familia de Rebecca, deseó haberle hecho caso a Bruno. Estaba haciendo el ridículo desde que no supo có
Presente.El cuerpo de Aleksander impactó fuertemente contra la pared, Alfredo estaba molesto y sus ojos irradiaban una ira incontrolable que casi termina siendo mermada en el rostro del italiano. Pietro rápidamente intervino intentando apartar a Alfredo de su hijo. —¡Tienes que calmarte! —Sus palabras fueron más una exigencia que una súplica y eso provocó que la ira del hombre cambiara de estar en su hijo, a estar en él. —¡¿Cómo puedes pedirme que me calme?! ¿Cómo puedes pedirme eso, Pietro? Así que lo prensa dice es falso. Ellos alegan que es tu hijo menor, un hijo que mantuviste fuera del ojo público por sus propios deseos, sin embargo, no es así. ¡Casaste a mi hija con tu hijo bastardo! La vergüenza se apoderó de Aleksander al mirar el rostro perplejo de Rebecca, quien le miraba atónita e intentaba pensar en la forma de controlar a su padre.Su hermana mayor formulaba una risilla burlona que hizo a la italiana sentirse patética, pero no por ella, si no por la actitud de su herma
Horas después, salieron de la recepción que celebraba su boda, para ir a la mansión de su padre. No le entusiasmaba la idea de vivir ahí pero no podía hacer nada por evitarlo, estaba a su merced.—Creo que vivir con tus padres no es mala idea —dijo Rebecca mientras miraba a través del vidrio del auto. Observaba la enorme casa que algún día le acogió como su hogar pero que ella no sentía como tal—. Solo es cuestión de aclimatarse. —¿Lo crees?—Claro.—Pues entonces es que no conoces a mi madrastra en realidad, esa mujer es el diablo, no quiero decirte lo que me ha hecho pasar porque me avergüenza de verdad, pero es una persona cruel y despiadada, créeme, será un infierno vivir con ella todo este tiempo —comentó él con pesar mirando de reojo al chofer quien parecía más concentrado en la carretera que en su conversación.Miraba a Rebecca de reojo y pensaba en ella, era su esposa, hermosa, elegante y él apenas podía llevar la etiqueta con perfección. Su andar era simplemente delicado y el
Thomas Russo miró al joven con marcada curiosidad, sus ojos analizaban cada detalle del joven buscando un parecido que encontró de inmediato, se parecía a Bianca su hija quien le había hecho una de las mayores deshoras al involucrarse con un hombre casado. Ella se fue de la casa, alegando que aquel hombre la amaba y se marchó del ala protectora de su padre quien en ese momento era un magnate en ascenso, apenas y era la sombra de lo que era ahora.El anciano caminaba con lentitud, no le gustaba que la gente le siguiera a todos lados como el presidente de la compañía multinacional que era, le gustaba la soledad, una que se había convertido en su fiel compañera luego de la muerte de su esposa.—¿Así que eres un Salvatore? —Así es señor… mi padre…—Pietro, el muy famoso Pietro Salvatore, lamento decirte que no por las razones que cualquier hijo espera que se recuerde a su padre. Ha sido un gran magnate en su apogeo, pero ahora, con la muerte de su hijo, tu hermano mayor, las cosas se han