Presente.
El cuerpo de Aleksander impactó fuertemente contra la pared, Alfredo estaba molesto y sus ojos irradiaban una ira incontrolable que casi termina siendo mermada en el rostro del italiano. Pietro rápidamente intervino intentando apartar a Alfredo de su hijo.—¡Tienes que calmarte! —Sus palabras fueron más una exigencia que una súplica y eso provocó que la ira del hombre cambiara de estar en su hijo, a estar en él.—¡¿Cómo puedes pedirme que me calme?! ¿Cómo puedes pedirme eso, Pietro? Así que lo prensa dice es falso. Ellos alegan que es tu hijo menor, un hijo que mantuviste fuera del ojo público por sus propios deseos, sin embargo, no es así. ¡Casaste a mi hija con tu hijo bastardo!La vergüenza se apoderó de Aleksander al mirar el rostro perplejo de Rebecca, quien le miraba atónita e intentaba pensar en la forma de controlar a su padre.Su hermana mayor formulaba una risilla burlona que hizo a la italiana sentirse patética, pero no por ella, si no por la actitud de su hermana. ¿En serio eran familia? No podía creer que una persona que se comportaba de esa forma tan malvada fuera su hermana de sangre.—No tiene nada de malo, es mi hijo y aunque tal vez no sea hijo sanguíneo de Alessia en los documentos aparece que lo es. Él tiene mi fortuna, no le envidia nada a la posición que Asher alguna vez tuvo. No pienses en esto como un insulto porque créeme que no lo es.A pesar de los intentos de Pietro, Alfredo no parecía tener intenciones de calmarse.—Mi hija es una hija legítima, sangre mía y de mi esposa, no producto de una aventura. ¿Piensas que un hijo bastardo es digno de mi hija? No, no lo es y créeme si ahora se pudiera hacer algo, cancelaria este compromiso, pero no se puede porque están casados y poner en evidencia el insulto que me has hecho solo podría hacerme ver como un estúpido—espetó Alfredo para luego mirar a Aleksander—. ¡Tú! Vas a divorciarte de mi hija en seis meses y durante el tiempo en que estés casado con ella no te quiero ver ni en pintura en mi casa, no eres bienvenido, nunca lo serás y que tu padre no espere nunca recibir un centavo o apoyo de mi para su empresa, infeliz.Justo cuando estaba por responder a aquello, la voz de la chica los interrumpió.—No.—¿No qué, Rebecca? —preguntó su padre haciendo una seña para que su madre interviniera—. Cuando hablo tienes que guardar silencio, estoy cuidado tus intereses y los de nuestra familia de este vividor. Es claro que nunca ha tenido dinero y cuando tenga unos cuantos euros en sus manos enloquecerá y despilfarrara tu fortuna en bares y mujeres… ¿Sabes por qué? Porque dinero en manos de pobres, hace pobre el dinero.Los ojos de la chica se conectaron con los de su ahora marido quien no parecía tener la cara para sostenerle la mirada sin sentirse avergonzado, estaba siendo humillado y eso le causaba un fuerte pesar, mucho más enfrente de ella.—No voy a divorciarme, acabo de casarme.—¿Qué no ves que es un donnadie?Su hermana la miró divertida al notar como su rostro cambiaba de expresión ante el insulso comentario de su padre.—Ese don nadie es mi marido ahora papá, así que te pido que le guardes respeto. Nos hemos casado por el rito del sagrado matrimonio, no entiendo tu malestar. Los Salvatore habrían cumplido con su parte del trato de no haber ocurrido la tragedia de Asher. Si Aleksander ha ocupado su lugar no veo motivos por el cual deba ser tratado de esta forma.Ella mejor que nadie sabía lo que se sentía ser menospreciada, su familia lo hacía, su hermana Camille se burlaba de ella porque durante toda su vida siempre la habían escogido a ella. Cuando su padre llevó a Clement Donalli a casa, para pactar un matrimonio, le dejó escoger.Al principio pensó que el político italiano estaba interesado en ella, era un hombre con el que se podría formular una conversación con facilidad e incluso podrían llamarse amigos, sin embargo, la noche que daría su respuesta y pediría la mano de una de ellas, terminó inclinándose por Camille y eso la decepcionó, aunque no le dolió.—¡Rebecca, actúa con un poco de sensatez!—Estoy actuando sensatamente —replicó alejándose de lado de su madre, Aurora, para encaminarse a lado de su marido. Pietro y Alessia miraron a la chica con su lindo traje de novia, sujetarse al brazo de Aleksander—. He tomado mi decisión, no puedes obligarme a divorciarme. No habrá divorcio.Alfredo apretó la mandíbula y luego la señaló con su dedo índice de una forma irrespetuosa.—¡Tú, muchachilla insolente! No puedo sacarte de mi familia, porque al final de cuentas eres mi hija, pero cuando te presentes en casa, hazlo sin él, porque nunca será bienvenido. Me quedaré a la recepción de esta infamia de boda, pero solo por compromiso y porque no quiero que hable la prensa. Cuando te des cuenta de que un pobre con dinero despilfarrara todo entenderás porque me he opuesto hoy a esto.Y sin decir más salió hecho una furia de la habitación.Sus ojos casi irradiaban fuego y Rebecca supo que sería casi imposible que su padre olvidara su desobediencia de hoy. Pietro intentó ir tras él, pero inmediatamente la chica le detuvo.—No haga eso, mi padre no entenderá razones ahora. Debió haberle dicho lo que planeaba desde antes y no mentirle de esta forma.—¿Habría aceptado la boda?—Lo dudo —dijo ella con sinceridad—. Quisiera hablar con Aleksander a solas, por favor.—Claro —respondió Alessia mirando al chico con una leve sonrisa burlona. Ella había causado su primera vergüenza pública y eso le dio a entender que con esa mujer tendría severos problemas.Era un yerno con poco conocimiento en el campo de los negocios, pero no dudaba en que podría llegar a hacer cosas buenas con mucho esfuerzo. Al mirar a la chica se sintió apenado por ella.—Lo lamento, no quería que quedaras mal parada de esta forma, nunca fue mi intención.—No te lamentes, no ha sido tu culpa, supongo que esto es nuevo para ti.—Demasiado —confesó entonces al mirar como la chica le sonreía levemente.—No hay nadie que entienda el rechazo como yo, siempre he dado lo mejor de mi y nunca se me ha dado una oportunidad. Mi hermana Camille siempre se ha llevado el crédito por todo, los mejores chicos, los mejores viajes, todo lo ha tenido ella y luego de intentar ser mejor y darme cuenta que incluso rebasarla nunca será suficiente, he decidido dejar de intentar complacer a papá y comenzar a complacerme a mí misma.—¿Y porqué habría de complacerte mantenerte casada conmigo?—Tal vez porque eres como yo y porque de no ser tú, va a hacer algún empresario viudo de setenta años.Aleksander no pudo evitar reír, la chica le correspondió en aquella sonrisa, pero entonces algo en sus ojos le indico que no era una broma.—¿Bromeas?—No, es la plena verdad. Tú me pareces agradable y a papá eso no le importa, lo único que desea de un yerno es que tenga poder y credibilidad, que su apellido sea de renombre y el tuyo lo es, sin embargo, parece que también es un obsesivo con el linaje.—¿Y qué hay de ti? ¿Es importante mi linaje?—Para nada, con que seas un buen esposo conmigo me basta. Eso es suficiente.La mujer tenía una hermosa sonrisa, unos brillantes y bellos ojos acompañados de un aura cálida que le agradó de inmediato.Su boda había sido un caos, o bueno, lo que pasó después de ella, pero con esa sonrisa él pareció olvidar por unos segundos que había sido humillado por su familia y que de alguna manera ella le había brindado su apoyo.Media ahora más tarde, salieron de la estancia y se dirigieron a la recepción. Había muchos invitados, flashes y periodistas. Pietro Salvatore había lanzado una nota cargada de mentiras días antes, diciendo que su hijo menor había estado estudiando en un internado en el extranjero y que por ello la prensa no conocía de él, ni siquiera sus socios más cercanos.Como había pagado una gran suma de dinero, esas mentiras fueron colocadas en cada plana de cada periódico y sorprendentemente todo el mundo en Italia se las creyó. Después de todo, la prensa nunca mentía.—Felicitaciones mi querida Rebecca, permíteme decirte que te ves hermosa con tu lindo vestido blanco —Clement, su cuñado, no dudo en lanzar muchas alabanzas a su belleza y Aleksander observó en su mirada algo que no le agrado, mucho mas cuando sus ojos se dirigieron a él—. Es afortunado, Salvatore.Rebecca se aclaró la garganta.—Él es Clement, senador del parlamento italiano y marido de mi hermana.—Olvidaste decir, próximo candidato a la presidencia de Italia, también.—También eso —repuso la italiana—. Como debes de saber Clement, Aleksander aún conoce poco de Italia y su vida política.Esas mentiras no durarían, su hermana le contaría todo para avergonzarla y hacer que su marido se compadeciera de ella. No quería eso, no necesitaba que Clement la compadeciera de nada, después de todo no la había escogido.—Me dijeron que estuviste en Inglaterra, en un internado.—Es cierto —mintió.—¿What do you think about England? —Rebecca palideció al escuchar a Clement hablar en inglés, sin embargo, justo cuando su hermana estaba por explotar en una carcajada y ella iba a intervenir para salvarlo de aquello, Aleksander respondió.—It 's a beautiful place with a lot of history —respondió el italiano con un acento casi perfecto que la hizo quedarse boquiabierta y borró la sonrisa burlona que su hermana tenía en la cara.—¿Dónde aprendiste inglés?—Digamos que mucho estudio —murmuró Aleksander a Camille—, y una larga travesía por el internado de Londres. Siempre que se estudia en el extranjero tiendes a aprender otro idioma.Rebecca casi suelta una carcajada ante su sarcasmo y nada la complació más que mirar el rostro enardecido de su hermana. Sin duda, ese matrimonio se iba a convertir en lo mejor que le había pasado en la vida.En ese instante se acercaba la otra hermana de Rebecca, no tenía ganas de otro enfrentamiento.—Si nos disculpan, tenemos que atender a los demás invitados —se excusó Aleksander, tomando a su ahora esposa del brazo para llevarla a otro lado a paso rápido.Cuando estuvieron a solas, ambos se rieron por lo sucedido.—¿Qué haremos ahora? —preguntó Rebecca, de pronto todo comenzaba a volverse real.—Vamos a tener que quedarnos casados al menos seis meses más, eso ha dicho tu padre. Mientras tanto, debemos fingir frente a todos que somos el matrimonio perfecto.Ella asintió en acuerdo.—Pienso lo mismo. No tenemos más opciones. Pero te advierto, a mi han dado el mismo trato toda mi vida, así que prepárate para el camino de la humillación y el rechazo.Alek sonrió sarcástico.—Creéme, es la menor de mis preocupaciones.━─━────༺༻────━─━Mientras tanto...Un hombre de cabello castaño y ojos azules dormitaba sin percatarse que todo a su alrededor estaba cambiando. Jamás se imaginaria cuánto podía perder en un abrir y cerrar de ojos.—¿Crees que despierte algún día? —preguntó una mujer en la oscuridad, mirando el cuerpo del hombre tendido sobre la cama de hospital.La anciana asintió con la cabeza.—Tengo la esperanza de que así será, pero, ¿cuándo? No, eso sigue siendo una incógnita hasta para los mismos doctores. Solo espero que cuando lo haga no sea demasiado tarde, porque podría perderlo todo —comentó ella, sentándose en la silla al lado del joven.La muchacha suspiró.—Quisiera decirle a todos que...—¡NO! —gritó—. Nadie puede enterarse de esto, o nos estaríamos arriesgando a que terminen lo que comenzaron. Primero debemos averiguar quién hizo esto, y luego, obtener venganza. Mi nieto no se quedará postrado en una cama para siempre.Su nieta asintió.—Me mantendré en silencio. Nadie nunca sabrá que está aquí, te lo prometo.—Mientras tanto, tu trabajo será fingir. ¿Entiendes? Ante los demás, tú jamás estuviste aquí, tú no viste nada. Pero en las sombras, vamos a conseguir traerlo de regreso.Sonó un teléfono sutilmente. La habitación del hospital era pequeña, porque en China el tratamiento era muy caro. El traslado en helicóptero fue una odisea, pero ahora no podrían saber nunca que estaban ahí.—¿Diga? —respondió la anciana—. Perfecto, pongamos el plan en marcha. Esos malditos lamentarán el día en que se metieron con la familia equivocada.El futuro era incierto a partir de ahora...Horas después, salieron de la recepción que celebraba su boda, para ir a la mansión de su padre. No le entusiasmaba la idea de vivir ahí pero no podía hacer nada por evitarlo, estaba a su merced.—Creo que vivir con tus padres no es mala idea —dijo Rebecca mientras miraba a través del vidrio del auto. Observaba la enorme casa que algún día le acogió como su hogar pero que ella no sentía como tal—. Solo es cuestión de aclimatarse. —¿Lo crees?—Claro.—Pues entonces es que no conoces a mi madrastra en realidad, esa mujer es el diablo, no quiero decirte lo que me ha hecho pasar porque me avergüenza de verdad, pero es una persona cruel y despiadada, créeme, será un infierno vivir con ella todo este tiempo —comentó él con pesar mirando de reojo al chofer quien parecía más concentrado en la carretera que en su conversación.Miraba a Rebecca de reojo y pensaba en ella, era su esposa, hermosa, elegante y él apenas podía llevar la etiqueta con perfección. Su andar era simplemente delicado y el
Thomas Russo miró al joven con marcada curiosidad, sus ojos analizaban cada detalle del joven buscando un parecido que encontró de inmediato, se parecía a Bianca su hija quien le había hecho una de las mayores deshoras al involucrarse con un hombre casado. Ella se fue de la casa, alegando que aquel hombre la amaba y se marchó del ala protectora de su padre quien en ese momento era un magnate en ascenso, apenas y era la sombra de lo que era ahora.El anciano caminaba con lentitud, no le gustaba que la gente le siguiera a todos lados como el presidente de la compañía multinacional que era, le gustaba la soledad, una que se había convertido en su fiel compañera luego de la muerte de su esposa.—¿Así que eres un Salvatore? —Así es señor… mi padre…—Pietro, el muy famoso Pietro Salvatore, lamento decirte que no por las razones que cualquier hijo espera que se recuerde a su padre. Ha sido un gran magnate en su apogeo, pero ahora, con la muerte de su hijo, tu hermano mayor, las cosas se han
—¡Aleksander! —gritó su padre saliendo del despacho con el periódico en la mano, sus ojos no podían apartarse de la imagen, mucho más cuando Bruno le llamó para informarle que el precio de las acciones habían subido mucho más y que ahora se recuperaban de forma exitosa. Sus ojos estaban extasiados ante las nuevas noticias. El castaño se encontraba mirando unos documentos que leía de manera concentrada en su habitación pues su padre no le daba acceso aún al despacho que alguna vez perteneció a su hermano y Alessia se negaba rotundamente a que entrara allí, desde su perspectiva ese lugar era solo de su hijo. La puerta se abrió de manera avasalladora dejando ver a Pietro con el periódico en la mano.—Explícame esto —ordenó—. ¿Dime cómo fue que terminaste en la reunión financiera de Thomas Russo? No me informaste de que asistirías y tampoco preguntaste si podías hacerlo. No te estoy recriminando, solo te hago una observación pues arriesgaste, pero ganaste.Luego de aquella reunión donde q
Un lujoso auto se estacionó en la entrada de la mansión Salvatore, una mujer de ya muy entrada edad bajó de él, usaba zapatos de diseñador y un bolso de Louis Vuitton que le daban un aire imponente. Su cabello estaba peinado en un corte varonil dándole un aire a Amanda Presley en la película “The Devil wears Prada”. Alessia Salvatore esperó a la mujer en la puerta, eso era trabajo de Pietro, pero había recibido una llamada de emergencia y tuvo que responder.—Han pasado unos cuantos días—comentó Alessia.—Podrían pasar años y siempre tengo la misma sensación amarga en la garganta cada vez que te veo. ¿Dónde está Pietro? ¿Acaso se ha vuelto tan maleducado como para no salir y recibir a su madre? Supongo que esa será otra de las costumbres que has adquirido en tu presencia. Los ojos de Stella Salvatore recorrieron a su nuera de arriba a abajo, si en el mundo existía alguien con la capacidad de derrumbar la confianza de la soberbia mujer, esa sin duda, era su suegra. Siguió de largo dejá
Las palabras cargadas de verdad siempre terminaban hiriendo a alguien y ese fue el caso de Clement, quien lo miró con enfado para luego marcharse chocando su hombro con rabia. Alek apretó la mandíbula. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil con esas personas? Lo único que quedaba claro era que odiaban a todo el mundo que no tuviera su estatus y ponían arriba en la pirámide de las cosas importantes al dinero. Aleksander tenía otras prioridades, necesitaba tener contento a su padre para que éste siguiera costeando el hospital de su tía y a la par, crecer para que Rebecca no tuviera que sentir vergüenza por tener un marido pelele que se dejaba pisotear con cualquiera. Era innegable que el anciano Thomas Russo era un magnífico socio y debía intentar ganárselo, aunque eso ya ocurría de forma natural. Antes de darse cuenta, tenía una tarjeta en la mano, una tarjeta VIP con la que podía ingresar allí automáticamente. —Con esto podrá entrar aquí fácilmente, el señor Russo le ha dado la pre
Rebecca recordó durante todo el día las palabras de Aleksander, tenían pensamientos completamente diferentes. Ella lo creían un buen hombre a pesar de su posición, para ella era mas importante quien era como persona que cuanto dinero tenia en su cuenta bancaria. Cuando llegó a su casa fue recibida con normalidad por su madre y su padre se mantuvo distante pero no evito su educado saludo. —Me alegra que hayas recordado que tu esposo no es aceptado en esta casa. Suficiente tengo con saber que es un donnadie como para también tenerle que ver la cara durante las reuniones familiares—murmuró Alfredo haciendo un gesto de desagrado que hizo a Rebecca suspirar con agobio—. Pensé que se presentaría después de tomarse esa foto con Thomas Russo. —Aleksander está ocupado trabajando, padre.—¿Cómo Pietro puede tenerle confianza? —cuestionó su hermana Camille.—Es un hombre capaz, inteligente, parecen dudar demasiado de su conocimiento en los negocios, pero puedo asegurar que mucho mas inteligent
Una oportunidad de ganar, tan simple pero tan complicada a la vez. Un concurso era una buena herramienta para probarse así misma que podía hacer mucho mas que servir como tapete para limpiar la humillación que diariamente le causaba su familia. Camille parecía confiada, pero cualquiera que fuera el resultado de aquella competencia, su hermana daría todo, pagando a otros para que lo hicieran por ella, pero daría la lucha para ganar. —Es indudable que posiblemente tu hermana reciba una invitación—comentó su padre llamando la atención de todos los que compartían la mesa, incluso su madre quien levantó las cejas, sorprendida de que mencionara algo como eso—. Parece ser que Aleksander se gana el apreció del viejo Thomas Russo. Ese anciano tiene mas dinero y poder que cualquiera de nosotros juntos, siempre callado, siempre denotando poderío. —No creo que dure demasiado, considerando que Aleksander puede meter la pata con él, en cualquier momento. El viejo puede parecer llevadero, pero pu
Claydon, el enorme bróker de inversión americano. Anualmente aquel enorme corporativo visitaba a los magnates poderosos de Italia con el afán de encontrar en el viejo continente buenas fuentes de inversión. En el pasado y en sus mayores momentos de auge, Pietro había amasado una buena fortuna jugando con la bolsa. En los momentos que enfrentaba su empresa no era nada prudente invertir y en una inversión tan poco estable y de alto riesgo como la de Claydon era mejor no jugar. Eso pensaba Aleksander mientras bajaba del auto. Su chofer, uno que su padre le había brindado, le abrió la puerta y el pudo observar el enorme condominio. Invertirás—eso le había dicho su padre con marcada decisión sin tomar en cuenta la advertencia de su hijo. Había mirado las cuentas y buscara la forma que buscara, no tenía otra opción, ni una sola vía de escape abierta para intentar controlar el desastre que seria perder todo el dinero que su padre deseaba poner en juego. Al entrar, comprendió que no era el