(Anastasia Clarck)
Llegué a casa, y me senté sobre el sofá, sacando del bolso los 3 sobres marrones, sin saber aún si abrirlos o llamar a Seven, para pedirle explicaciones.
Abrí el primero, y saqué de él tres sobres más, de color verde. El primero ponía el número 1, como si fuese el primero que debía ser abierto, el segundo ponía el número dos y el tercero el número tres. Era de lo más fácil saber el orden en el que debían ser abiertos.
Agarré el primero, y lo abrí, había una carta y la leí en seguida:
“Estimada señorita Clark:
La primera opción no es siempre la más acertada, pero dado que ha elegido este sobre, le dará las instrucciones de lo que va a encontrar a continuación.
Una de las ra
(Anastasia Clarck)Iba corta de tiempo aquel día, se me habían pegado las sábanas a consecuencia de la salida de la noche anterior con las chicas del club. Había sido un verdadero desfase, y aún estaba algo afectada, pero no podía parar para recuperarme, tenía que ir a saludar a saludar a Kara antes de ir a trabajar.Ella y yo nos conocíamos desde hacía mucho, desde el colegio, si no recuerdo mal. Solíamos ir juntas a todas partes, así que cuando entró a trabajar en aquel lugar privado para niños de ricos pijos y dejó el club, me alegré bastante, pues al menos una de las tres podía cumplir su sueño.Kara era una chica de mi misma edad, con la tez blanca y el cabello moreno, con rasgos asiáticos, de procedencia coreana, aunque su nombre fuese japonés. Actualmente, era profesora en el White Sch
(Seven White)Aquel día tenía más trabajo que el de costumbre, mi padre me había elegido para hacer las entrevistas de los nuevos aspirantes a estudiantes de nuestra universidad, así que no me cabía de otra, debía seleccionarlos yo mismo.Pasé varias solicitudes al azar, sin prestar atención a ninguno de ellos, deteniéndome de golpe.“Un momento – pensé, al mirar hacia la ficha de una joven de más o menos mí misma edad – conozco a esta. Pero… ¿dónde la he visto antes? – estudié su perfil durante un instante”Anastasia Clark – Era su nombre. Sólo por el apellido ya me sonaba de algo, sabía que había escuchado este con anterioridad, pero no podía recordar dónde.Expediente académico &nda
(Anastasia Clark)Estaba histérica aquella mañana, no podía dejar de morderme las uñas, frente a la oficina del rector de la universidad, mirando de reojo al resto de compañeros, todos bien vestidos, todos más jóvenes que yo.Miré mi atuendo, de nuevo. Llevaba una falda blanca corta y una camiseta de mangas cortas del mismo color, demasiado escotada para un evento como aquel, pero no tenía nada mejor en el armario, por eso usaba un pañuelo en tono azul, intentando tapar mis pechos.Anastasia Clark – llamó la secretaria del rector, haciendo que levantase la cabeza, dando un respingón al escuchar mi nombre. Asentí y la seguí por el largo pasillo que daba a los despachos de los profesores, mientras lo hacía, bajaba mi falda, pues aquella tenía la costumbre de subirse mientras andaba, al mismo tiempo que con mi ma
(Seven White)La mañana empezó sin altibajos, con las entrevistas de los nuevos estudiantes, la verdad es que no había mucha diferencia en los tres primeros. Eran adolescentes pijos y adinerados que querían entrar en una prestigiosa universidad como la nuestra, nada más.Hice rodar mi silla, mirando hacia los grandes ventanales que daban al campus. Aquello estaba resultando agobiante, aquella monotonía.Me quité las gafas y presioné con los dedos sobre el tabique de la nariz, intentando desestresarme un poco, cuando escuché la puerta abrirse y cerrarse.Los pasos del siguiente posible alumno se fueron acercando más y más, hasta que esa persona se sentó frente a la mesa, en su silla.Volví a la posición actual, con las gafas en la mano aún, sacando la ficha de la siguiente entrevistada, dándome cuenta de que
(Anastasia Clark)El club estaba a rebosar aquella tarde, las chicas nos preparábamos en los camerinos, pues pronto tendríamos nuestra actuación. Algunas cuchicheaban sobre lo nerviosas que estaban al actuar ante tanto público. Yo, por el contrario, repasaba mi actuación de nuevo, mentalmente, había creado un nuevo baile, que quería presentar aquella noche.Desde muy pequeña lo hacía de ese modo, para mí bailar era como actuar, representar un papel y hacerlo lo mejor posible. Y aunque, ya no pudiese hacerlo de forma profesional, me gustaba dar lo mejor de mí en cada actuación.Ana – me llamó Petra, una rusa con muy mala ostia y muchas ganas de buscar bronca. La miré sin ganas, observando cómo me sonreía con malicia – no te he visto en los ensayos de la tarde – se quejó – ¿ya est
(Seven White)El día fue más largo que cualquier otro, ni siquiera pude tomarme un descanso a media mañana, tuve que hacer las dichosas entrevistas. Luego almorcé en la oficina, una ensalada y un yogurt, para después ponerme a elegir a los candidatos, que en total eran unos nueve, de los más de 50 que había entrevistado. A continuación, mandé la información a papá, y me senté sobre la silla, volteándola, mirando hacia el campus. Era bastante tarde, pues el sol estaba en decadencia.El ruido infernal del teléfono me sacó de mis agradables pensamientos sobre mi verano en la Provenza.¿Qué? – pregunté, irritado, pues estaba segurísimo de que la persona que llamaba era el pesado de Brad.Esta noche hay especial en “El bosque verde”
(Anastasia Clark)El primer día en la universidad fue un poco caótico, pues Dante no dejó de llamarme en toda la mañana, a pesar de que ya había hablado con su padre, para que me redujese el contrato para echar menos horas. Él siempre tenía que quedar por encima, lo odiaba.Tuvimos la presentación del rector White, yo por supuesto le miré con cara de pocos amigos, y él sonrió varias veces, dejando claro que tenía una sonrisa perfecta.Era guapo, tenía que reconocerlo. Un chico alto, delgado, rubio, ojos claros y siempre llevaba una bien recortada barba. Era muy apuesto, por eso la mayoría de las chicas de la primera fila no podían dejar de babear por él.Yo, junto a otra chica, parecíamos ser las más mayores. Esta chica en cuestión se llamaba Alex, era una chica de mi edad más o menos, y
(Seven White)Me levanté temprano aquella mañana, desayuné y me marché a la universidad, para luego enfrascarme en la lectura de uno de los libros de Jonathan Clark. Eran interesantes sus estudios sobre la lengua inglesa, realmente dignos de apreciar por cualquier lingüista reconocido.Un mensaje llegó a mi teléfono, haciéndome salir de mis pensamientos.Lucy:¿Cómo va la cosa? ¿Le escribiste anoche?Yo:Sí, le escribí, quedaremos la próxima semana.Lucy:Seguro que te encanta en cuanto la veas.Yo:Seguro.Dejé el teléfono sobre la mesa y seguí leyendo, mientras pensaba en ello, tomándome un descanso.Había cedido a los deseos de mi adorada hermanita pequeña, habí