POV AMY XIOMARA El amanecer que tuve el día de hoy fue totalmente el mejor que he tenido en años, despertar en los brazos de Alexander fue de lo más placentero, parecía un sueño. Lo primero que vi al despertar fue su atractivo rostro, sus facciones tan perfectas, su respiración pausada y los latidos de su corazón a un ritmo perfecto; me encantaba escucharlo. No lo podía creer, mi vida había dado un cambio total, hace poco estaba solo imaginándome con lo que podía ser entre el y yo. Y ahora lo tenía sentado frente a mí, en mi mesa , mirándome de una manera indescifrable, que me hace estremecer, provocándole mil emociones a mi corazón. Y lo mejor de todo esto son sus besos; Dios, sus besos saben tan bien, besa de una manera deliciosa, profunda, salvaje, voraz, que me enloquece. Cuando lo vi entrar a la sala, él aire abandonó mis pulmones y tuve que salir a la cocina en busca de mi inhalador. Gracias a Dios Marlene siempre esta para darme consejos y muchos ánimos, así pude salir y
Alexander fue avisado que los venían siguiendo, sus hombres Arthur y Armad iban adelante de ellos, solo harían un movimiento para que el auto de Alexander tomara la delantera y cualquier movimiento en su contra lo recibieran ellos y no el pelinegro . No contaban con que serian embestidos antes de, por una camioneta que los hizo girar, golpeándolos con fuerza junto a otros vehículos; el auto que los seguía solo había sido una distracción. De la camioneta se bajaron tres tipos que no dudaron en accionar sus armas en contra del auto donde viajaba Alexander y Amy. El pelinegro observó como impactaban las balas en los vidrios del auto; no corrían peligro el auto era blindado Buscaba reconocer a esos hombres que descargaban sus armas en su dirección, sin embargo, no podía pues estaban cubiertos con pasamontañas. El cuerpo de Amy temblaba junto a él mientras la tenia abrazada fuertemente, su respiración estaba descontrolada. Solo fueron unos segundos, un instante en el que todo
Dulces y tiernos; esa eran las palabras para describir los labios de Linda sobre los de Alexander, solo bastaron un par de segundos sintiendo sus labios para corresponderle, un beso lento, pausado, pero con mucho significado. Su alrededor desapareció y solo eran ellos dos conociéndose en la intimidad de un beso acalorado junto al compás de sus latidos. La mano del pelinegro se posó en su espalda y la otra en su cintura, perdiéndose entre la suavidad de aquel beso, que aunque no tardó demasiado si lo suficiente para que sus respiraciones se agitaran por falta de aire, se separaron lentamente y se miraron a los ojos. —Discúlpame, no se que me pasó—. Sentía su rostro arder de la vergüenza, se dejó llevar por su impulso ese que le entró cuando se enteró de lo que le había sucedido y sintió miedo, miedo de solo pensar que ya no volvería a verlo. El deseo de probar sus labios lo llevaba desde ese día en la oficina en la que había estado tan cerca de él, tanto que aun su aroma la seguía
Amy se había convertido en una persona muy importante para él, incluso le dijo que la quería y no mintió al decírselo era verdad. Le encantaba estar con ella tanto como le encantaba estar con Linda. Linda de igual forma era muy importante para el, ambas eran diferentes, cada una tenia una chispa especial y en el comenzaba a habitar ciertos sentimientos intensos por cada una de ellas ; no lo iba a negar. —No me imaginé que estuvieras abierto a vivir el poliamor, te aviso que para eso todos los involucrados deben de estar en acuerdo y aquí por lo que veo eres tu el único que lo sabe. —No hay ningún “una en el día y la otra en la noche”, “no hay un tus novias y no hay un poliamor”, para con eso por favor es solo que …..—. Alexander se frotó el rostro con sus manos frustrado —. No se en que momento comenzó a gustarme Linda, Amy me vuelve loco, me encanta—, sonrió al recordarla—. Con ella todo es muy intenso, es …. Me encanta. Linda me gusta, es hermosa, me gusta como se defiende, co
A las afueras de la ciudad un hombre era golpeado brutalmente, su cuerpo yacía en el suelo, mientras recibía una serie de patadas en el rostro y diferentes partes de su ya lastimado cuerpo, intentaba cubrirse pero le era imposible, aun así se mantuvo firme ante cada golpe que recibía . Frente a él en una enorme silla de cuero negro se mantenía divertido con la escena, Sakí el jefe de la Organización los Sakis. En su regazo una mujer en solo una diminuta ropa interior besaba su cuello. Afuera del cuarto donde se encontraban se podía escuchar la música con la diferentes mujeres desnudas movían sus cuerpos al ritmo de la música sobre una tarima. La mirada de aquel hombre era de total maldad, con una barba espeja y negra, robusto y de piel morena, ojos saltones e intimidante. En unos de sus dedos de su mano derecha adornaba un anillo con un gran diamante rojo y una enorme cadena de oro con el dije de la letra “ S” colgaba se su cuello. —¡Ya es suficiente!—. Hizo a un lado a la mujer
—¡Hey mujer reacciona!—. Marlene chasqueó los dedos para que yo saliera del candente recuerdo que llegó a mi, un calor se instaló en mi cuerpo y mi centro palpitó como ese día, rogaba en mi interior que nada malo me sucediera después de ese maravilloso orgasmo, tenía miedo aunque la doctora me dijera lo contrario en que puedo tener a pesar de mi enfermedad una vida sexual activa. Recuerdo que seguido de eso seguimos besándonos en el auto, con la misma intensidad de siempre, el era mi complemento. Fue magnífico sentirme así, dejarme llevar por todo lo que él causa en mi, espero y nuestra relación dure para toda la vida pues yo…. Yo lo amo con locura y creo que moriría si el se va de mi lado, si el deja de quererme.—Sabes que, tienes razón—Me levanto decidida—Iré a verlo y le daré la sorpresa no me importa esperar lo que tenga que esperar pero esta noche tiene que pasar algo más que solo caricias y besos.—¡Eso! Así se habla —Marlene celebra su triunfo—Ponte un conjunto de lencería
POVALEXANDER Esta maldita rabia siento que me asfixia, trato de sonreír, lucho por mantenerme sereno pero no puedo más, desde que Amy se fue con ese doctorcito la sangre me hierve y no hago otra cosa mas que pensar en la decepción con la que me miraban sus bellos ojos.¡Mierda!Jamás pensé encontrármela aquí, le mentí diciéndole que hoy tendría un día muy ocupado en la empresa, le mentí como el miserable qué soy, le mentí para poder traer a Linda a esta fundación que hacía varios días me había dicho que quería visitar. No pude negarme porque se que estas cosas la hacen realmente feliz y porque así podría tener una idea de como serán las instalaciones que darán refugio a niñas y niños de la calle, mujeres maltratadas y abusadas, es un proyecto muy grande, que requiere mucho dinero y del que estoy dispuesto a llevar en marcha y darle la sorpresa a Linda, solo quiero verla feliz. Con ella las cosas son tan diferentes, es tierna cariñosa, atenta y tímida en lo que ambos tenemos y a mi
En los últimos días la salud de Amy estaba en descenso, había sentido cansancio y ciertas punzadas en el pecho que le causaban preocupación.Nadie lo sabía, solo ella, si le decía a su padre la terminaría hospitalizando durante meses y no lo quería. Quizás el tiempo ya se le estaba agotando, aun así se mantenía serena, había días en los que no sentía ningún malestar los siguientes era todo lo contrario.Estaba molesta, era orgullosa, la indiferencia de Alexander frente aquella mujer le dolió, irse con Agustín el doctor Mondragón fue buena opción, pues su compañía le sirvió para distraerse, sin querer había hecho un amigo. Las llamadas de su papá no se hicieron esperar cuando su chófer llegó sin ella a casa.Todo volvió a ella de golpe y un poco peor cuando encontró a Alexander frente a su casa, luego ese beso que le dejó las piernas temblando y por el cual tuvo sueños eróticos con el.¡Dios Santo!Ahora estaba en su habitación recostada, se había despedido de su papá quien se fue d