Melissa mordió sus labios para reprimir sus gemidos y cerró los ojos para tratar de calmar su deseo desenfrenado de dejarse llevar, pero esta era su arma contra el mafioso y la usará para obtener lo que merece y lo que necesita.Entonces, ella le dio un casto beso en los labios y se levantó rápidamente. Ella se abotonaba la camisa, mientras se disculpaba con él.—Lo siento mucho. Vicent Demetrio Mancini Santoro, pero hasta que no decida con cuál de los dos me quedaré, no habrá noche de pasión. Así que creo que debemos definir pronto nuestra situación.Melissa soltó una pequeña risa, mientras peinaba su cabello con los dedos y caminaba hacia la puerta.Vicent se quedó en shock. No podía creer lo que acababa de ocurrir. Él permaneció inmóvil, hasta que un latido en su pantalón lo trajo a la realidad. Una sonora carcajada salió de sus labios, mientras golpeaba levemente su pantalón.—Ja, ja, ja. Calma fiera, creo que hoy solo tomarás agua. Seguiremos en ayuno. Ja, ja, ja. Pero no por muc
—¿Vicent? ¿Eres tu maldito psicópata? —le preguntó buscando entre los encapuchados el origen de la risa. Hasta que una figura muy conocida entró a la habitación. —Fabiano. Por Dios. Casi me matas del susto. —le dijo su hermano en un tono de reproche. Fabiano abrió su boca por la sorpresa. Definitivamente, Vicent Santoro tenía el premio al mayor cínico del mundo. Fabiano no pudo evitar enojarse con su hermano esta vez. Él señaló a los hombres y les gritó. —¡¡Fuera de aquí!! ¡Salgan todos! Los hombres esperaron la confirmación de su jefe, para acatar la orden del menor, pero sorprendentemente Vicent no mencionó ninguna palabra que contradijera la orden de su hermano. Más bien, hizo todo lo contrario. Vicent fue el primero en salir. Pocas veces Fabiano se molestaba, pero cuánto la vena de su frente se mostraba, Vicent sabía que era el momento de huir. Pero esta vez, Fabiano no estaba listo para dejarlo huir. Entonces caminó hacia la puerta y lo interceptó. —Tú no. Vicent. Tú quéd
El viejo Santoro miró el reloj en su muñeca y asintió con la cabeza. —Tienes razón. Pero por favor, es muy importante lo que tengo que decirte. Fabiano maldijo su curiosidad y le señaló al viejo una silla para que se sentara. Ya estaban ahí. Lo mejor era salir de esto de una vez. —Es mejor. Al mal paso, darle prisa. Espero que de verdad sea importante, porque al parecer tú, al igual que tu hijo, tienen una fijación por estropear mi sueño. El viejo Santoro, frunció el ceño. Mostrando sorpresa por esa acusación. —¿Yo? Fabiano se sonrió, al parecer este viejo era tan predecible como su primogénito. Fabiano le había tendido una trampa y él había caído redondito y él no desaprovecharía una oportunidad de atacarlo. —No te hagas el desmemoriado viejo decrépito. Que bien que recuerdas que cuando era yo un niño, tú y maldito de Gerónimo me despertaban con chorros de agua helada. Por eso, jamás pude dormir profundamente. El viejo Santoro sintió una opresión en el pecho. Él sabía que jamá
Vicente observó con detalle cada gesto de su hijo. Fabiano se acomodó en su silla antes de fijar su mirada en el mayor y responderle. —Lo sé. ¿Qué otro motivo, tendría un maldito como tú, para correr a los pies del creador? El cáncer es un juez y verdugo de la humanidad. Aunque a veces le llega a personas inocentes. Vicent sintió su corazón romperse. Esta era la última oportunidad de ganarse el perdón de su hijo y todo parecía indicar que no lo conseguiría. Entonces una pregunta llegó a su boca. —¿Vicent lo sabe? Fabiano negó con la cabeza. —No, yo lo descubrí un día que te escuché quejarte del dolor al subir las escaleras. Entonces te seguí hasta tu habitación y te escuché hablar con el doctor. —Me quedan pocos días de vida. Fabiano sintió un vacío en el pecho. No, por su padre. Si no porque se imaginaba el dolor que sufrirá su hermano cuando el viejo se muriera. —No te voy a decir que me alegra, porque sé que mi hermano t
Melissa, sin poder negarse, caminó detrás de su suegro. El viejo Santoro, la invitó a sentarse en la silla frente a él y cerró la puerta para tener más privacidad. Melissa observaba cada detalle de la decoración del lugar. Definitivamente, cada rincón de la mansión era un sueño. —Melissa, seré breve. Quiero preguntarte algo muy importante. Melissa se acomodó en la silla y retuvo un poco de aire en sus mejillas, era una vieja costumbre para calmar sus nervios, antes de responderle. —Usted dirá. El viejo Santoro puso ambos codos en el escritorio y se inclinó hacia ella. —¿Aceptarías que el Jr. lleve tu apellido? Es decir, sería un Santoro Travis, al igual que los gemelos. Melissa frunció el ceño y una pregunta llegó a sus labios. —¿Y su madre? —Esa mujer murió en un accidente de tránsito hace un mes. El pequeño aún no lo sabe, pero jamás ha preguntado por ella. Así que no creo que la extrañe y menos cuando tiene una du
El viejo estrechó la mano de su nuera y compartieron una sonrisa de complicidad.—Melissa. Ahora que todo está listo. ¿Qué te parece si la nueva accionista va a conocer su empresa?Melissa asintió, estaba emocionada de estar de nuevo entre números y papeles.—Yo encantada.El viejo se sintió feliz, de ser el responsable de esa alegría. Él estaba sembrando las bases del nuevo imperio Santoro que será gobernado por una reina llena de sabiduría y amor. Aunque sabía que había un largo camino que recorrer.—Melissa, se que tal vez, no estés preparada para esta responsabilidad y que no entiendas muchas cosas, pero la presencia es muy importante. Es decir, todos tienen que sentir que eres su jefa y que estás ahí para cuidar tus intereses.Melissa soltó una pequeña risa y se paró orgullosa frente a su suegro. Definitivamente, él no sabía con quién estaba hablando.—Señor Santoro, soy licenciada en administración y tengo una maestría en economía. Créame que entenderé todo sobre la empresa y v
Ja, ja, ja. No hijo, ya quiero descansar. Además, ese cargo era para ti. Pero ya que has decidido renunciar a él, reúne a todos los empleados. A partir de mañana, Santoro Group tendrá un nuevo CEO. —Como digas, padre. Por el tono usado por Vicent, el viejo sabía que su hijo estaba celoso. Pues sí, aunque parezca mentira. En ocasiones, el niño mimado que Vinz tiene en su interior se asoma y hace travesuras. El viejo Santoro colgó la llamada y soltó una sonora carcajada y Melissa se contagió de ella. Definitivamente, hoy no era un buen día para nuestro sexy mafioso. Vicent, por su parte, se sentía aliviado. Al fin, regresaría a su vida y tendrá tiempo para compartir con su familia. Entonces una sonrisa perversa se dibujó en su rostro, mientras un pensamiento travieso llegó a su cabeza. Vicent apiló todos los documentos que tenía en el escritorio, no cuido ningún tipo de orden, Al contrario, dejó caer los documentos y los recogió de manera desordenada. M
Después de un largo camino y una conversación amena. Melissa y su suegro llegaron a la empresa. Melissa se sorprendió al ver lo lujoso y extravagante que era el lugar. El viejo Santoro, puso una mano en su hombro y la sacó de sus pensamientos. —Melissa, puedes tomar la decisión que quieras. Tienes todo mi respaldo. Melissa asintió y un mal presentimiento se alojó en su pecho, pero su venganza contra su marido comenzaba hoy. Los hombres de seguridad, o escoltaron hasta la sala de juntas. Melissa observaba con asombro el majestuoso lugar, pero había algo de desconcierto en su mirada. El viejo Santoro leyó su inquietud y le respondió. —Todos están reunidos esperando por nosotros en la sala de juntas, por eso no hay nadie —le susurró el viejo a Melissa al sentir su desconcierto. El viejo no pudo evitar reír al ver a los hombres de Fabiano custodiando la puerta. Era evidente que su hijo, había buscado refuerzos. Ellos salieron