El viejo Santoro miró el reloj en su muñeca y asintió con la cabeza. —Tienes razón. Pero por favor, es muy importante lo que tengo que decirte. Fabiano maldijo su curiosidad y le señaló al viejo una silla para que se sentara. Ya estaban ahí. Lo mejor era salir de esto de una vez. —Es mejor. Al mal paso, darle prisa. Espero que de verdad sea importante, porque al parecer tú, al igual que tu hijo, tienen una fijación por estropear mi sueño. El viejo Santoro, frunció el ceño. Mostrando sorpresa por esa acusación. —¿Yo? Fabiano se sonrió, al parecer este viejo era tan predecible como su primogénito. Fabiano le había tendido una trampa y él había caído redondito y él no desaprovecharía una oportunidad de atacarlo. —No te hagas el desmemoriado viejo decrépito. Que bien que recuerdas que cuando era yo un niño, tú y maldito de Gerónimo me despertaban con chorros de agua helada. Por eso, jamás pude dormir profundamente. El viejo Santoro sintió una opresión en el pecho. Él sabía que jamá
Vicente observó con detalle cada gesto de su hijo. Fabiano se acomodó en su silla antes de fijar su mirada en el mayor y responderle. —Lo sé. ¿Qué otro motivo, tendría un maldito como tú, para correr a los pies del creador? El cáncer es un juez y verdugo de la humanidad. Aunque a veces le llega a personas inocentes. Vicent sintió su corazón romperse. Esta era la última oportunidad de ganarse el perdón de su hijo y todo parecía indicar que no lo conseguiría. Entonces una pregunta llegó a su boca. —¿Vicent lo sabe? Fabiano negó con la cabeza. —No, yo lo descubrí un día que te escuché quejarte del dolor al subir las escaleras. Entonces te seguí hasta tu habitación y te escuché hablar con el doctor. —Me quedan pocos días de vida. Fabiano sintió un vacío en el pecho. No, por su padre. Si no porque se imaginaba el dolor que sufrirá su hermano cuando el viejo se muriera. —No te voy a decir que me alegra, porque sé que mi hermano t
Melissa, sin poder negarse, caminó detrás de su suegro. El viejo Santoro, la invitó a sentarse en la silla frente a él y cerró la puerta para tener más privacidad. Melissa observaba cada detalle de la decoración del lugar. Definitivamente, cada rincón de la mansión era un sueño. —Melissa, seré breve. Quiero preguntarte algo muy importante. Melissa se acomodó en la silla y retuvo un poco de aire en sus mejillas, era una vieja costumbre para calmar sus nervios, antes de responderle. —Usted dirá. El viejo Santoro puso ambos codos en el escritorio y se inclinó hacia ella. —¿Aceptarías que el Jr. lleve tu apellido? Es decir, sería un Santoro Travis, al igual que los gemelos. Melissa frunció el ceño y una pregunta llegó a sus labios. —¿Y su madre? —Esa mujer murió en un accidente de tránsito hace un mes. El pequeño aún no lo sabe, pero jamás ha preguntado por ella. Así que no creo que la extrañe y menos cuando tiene una du
El viejo estrechó la mano de su nuera y compartieron una sonrisa de complicidad.—Melissa. Ahora que todo está listo. ¿Qué te parece si la nueva accionista va a conocer su empresa?Melissa asintió, estaba emocionada de estar de nuevo entre números y papeles.—Yo encantada.El viejo se sintió feliz, de ser el responsable de esa alegría. Él estaba sembrando las bases del nuevo imperio Santoro que será gobernado por una reina llena de sabiduría y amor. Aunque sabía que había un largo camino que recorrer.—Melissa, se que tal vez, no estés preparada para esta responsabilidad y que no entiendas muchas cosas, pero la presencia es muy importante. Es decir, todos tienen que sentir que eres su jefa y que estás ahí para cuidar tus intereses.Melissa soltó una pequeña risa y se paró orgullosa frente a su suegro. Definitivamente, él no sabía con quién estaba hablando.—Señor Santoro, soy licenciada en administración y tengo una maestría en economía. Créame que entenderé todo sobre la empresa y v
Ja, ja, ja. No hijo, ya quiero descansar. Además, ese cargo era para ti. Pero ya que has decidido renunciar a él, reúne a todos los empleados. A partir de mañana, Santoro Group tendrá un nuevo CEO. —Como digas, padre. Por el tono usado por Vicent, el viejo sabía que su hijo estaba celoso. Pues sí, aunque parezca mentira. En ocasiones, el niño mimado que Vinz tiene en su interior se asoma y hace travesuras. El viejo Santoro colgó la llamada y soltó una sonora carcajada y Melissa se contagió de ella. Definitivamente, hoy no era un buen día para nuestro sexy mafioso. Vicent, por su parte, se sentía aliviado. Al fin, regresaría a su vida y tendrá tiempo para compartir con su familia. Entonces una sonrisa perversa se dibujó en su rostro, mientras un pensamiento travieso llegó a su cabeza. Vicent apiló todos los documentos que tenía en el escritorio, no cuido ningún tipo de orden, Al contrario, dejó caer los documentos y los recogió de manera desordenada. M
Después de un largo camino y una conversación amena. Melissa y su suegro llegaron a la empresa. Melissa se sorprendió al ver lo lujoso y extravagante que era el lugar. El viejo Santoro, puso una mano en su hombro y la sacó de sus pensamientos. —Melissa, puedes tomar la decisión que quieras. Tienes todo mi respaldo. Melissa asintió y un mal presentimiento se alojó en su pecho, pero su venganza contra su marido comenzaba hoy. Los hombres de seguridad, o escoltaron hasta la sala de juntas. Melissa observaba con asombro el majestuoso lugar, pero había algo de desconcierto en su mirada. El viejo Santoro leyó su inquietud y le respondió. —Todos están reunidos esperando por nosotros en la sala de juntas, por eso no hay nadie —le susurró el viejo a Melissa al sentir su desconcierto. El viejo no pudo evitar reír al ver a los hombres de Fabiano custodiando la puerta. Era evidente que su hijo, había buscado refuerzos. Ellos salieron
Melissa salió del edificio y le pidió al chófer que la llevará al Centro Comercial más cercano. Ella debía enviarle un mensaje directo y definitivo a su esposo. Mientras tanto, los empleados y los tres caballeros seguían en espera de la nueva CEO. Aunque el ambiente era ameno, claro, omitiendo la coquetería de las mujeres que no perdían oportunidad de lanzar sus anzuelos para intentar pescar a un hermoso tiburón blanco, guapo y millonario. Vicent fijó su mirada en cada mujer y detalló cada atuendo. Definitivamente, ninguna de estas gerentes estaban vestidas acorde al lugar ni al momento. Entonces, él entendió lo que planeaba su esposa. Aunque no había terminado de organizar sus ideas cuando la puerta se abrió. Todos fijaron su mirada en la hermosa mujer que llegó. —Disculpen la demora, pero apenas entré hace un momento me di cuenta de que desentonaba con el ambiente. Ahora sí podemos comenzar. Melissa vestia un hermoso vestido azul ceñi
Todas las mujeres se quedaron sorprendidas. Ninguna había escuchado nada sobre el matrimonio de su jefe. Pero era evidente quién llevaba los pantalones en esta relación. Para ellas era muy agradable ver al magnate engreído, rendido a los pies de su dulce esposa. Vicent miraba de reojo a Melissa y muchos corazones salían de sus ojos. Mientras, ella permanecía inmune a su intensa mirada y a las sutiles caricias en su mano. Melissa les brindó una cálida sonrisa a sus empleadas y se dirigió a ellas en un tono amistoso. —Espero que podamos trabajar en armonía y conformar un equipo eficiente de trabajo. Todas las empleadas asintieron y demostraron respeto y obediencia ante su nueva jefa. Vicent se sintió muy orgulloso de su esposa. Su postura era firme y elegante. Definitivamente, su padre era un zorro astuto y había reclutado a la mejor sucesora él iba a apoyarla para que llegara la cima del éxito. Vicent encendió el reflector en la pared y l