Fabiano y el viejo salieron hacia el ascensor, pero cuando estaban por entrar, escucharon una voz masculina que los detuvo.—¿A dónde creen que van?—les preguntó Vicent.El viejo se giró y sonrió al ver a su hijo mayor tomado de la mano de su esposa.—No. Ya no pertenezco a esta nómina, así que no me jodas. Además, por tu culpa tengo miel en las bolas. Así que adiós. —El viejo Santoro entró al ascensor y se giró hacia su nuera —Meli te espero para cenar, tenemos que celebrar tu nombramiento.Melissa asintió con la cabeza y se aferró al brazo de su marido, esta acción no pasó desapercibida para Fabiano.—Vamos viejo. Dejemos a los tortolitos disfrutar la noche. Además, creo que te vendrá bien una super pijamada. Debes conocer el lado oscuro de tus nietos. Ja, ja, ja —Fabiano giró su mirada hacia su hermano y su cuñada y los señaló con el dedo —Ustedes no se preocupen, ya tengo experiencia con mi zorrillo apestoso. Nos vemos mañana.Fabiano señaló el trasero del viejo para que Vinz lo n
Mientras tanto, en la mansión Santoro...El Roll Royce entró por el gran portón. Albert se acercó para recibir a sus patrones. Fabiano salió y caminó hacia él con una sonrisa perversa en su rostro.El viejo Santoro estaba inmóvil en su puesto, sabía muy bien que le esperaba una ronda de bromas y burlas. Él observó, a través del espejo a su hijo, susurrarle algo al mayordomo al oído e inmediatamente los dos comenzaron a reír.Los dos se pararon frente al auto, era evidente que no querían perderse ningún detalle del viejo y sus bolas acarameladas.Vicente suspiró resignado y salió lentamente del vehículo.Su andar era lento y divertido, antes los ojos de sus acompañantes. Al viejo no le quedó de otra que comenzar a reír y a caminar hacia ellos.—Ja, ja, ja. Señor, qué manera tan dulce de comenzar la semana. Ja, ja, ja.El viejo Santoro acarició su trasero y con la mano llena de miel, acarició el rostro de Albert golpeando levemente su mejilla.—Quiero compartir mi suerte contigo.Alber
Vicent sonrió al sentir a su esposa vibrar entre sus brazos y decidió acabar con su dulce agonía. Melissa sintió ser invadida de nuevo por la lengua de su marido, pero esta vez él no fue evasivo todo lo contrario, la devoró como a la más dulce de las frutas y no la dejo hasta que obtuvo hasta la última hora de su néctar. Melissa se sintió en la gloria, pero esto no acabó con su deseo, solo lo aumentó. Vicent comenzó a desvestirse Ante la mirada perversa de su esposa. Melissa no desaprovecharía la oportunidad de devolverle el favor. Ella se sentó en la cama y lo atrajo hacia él. Vicent, al sentir la lengua de su esposa, rodear su ombligo, cerró los ojos y se dedicó solo a sentir placer. Melissa recorrió toda su longitud con su lengua antes de rodearlo con la calidez de su boca. Un gruñido travieso escapó de los labios de Vinz y Melissa entendió que él estaba perdido. Ella comenzó a mover su cabeza de arriba hacia abajo, acariciando con su lengua la punta, y V
Milena dibujó una sonrisa perversa en su rostro y se acercó a Fabiano. Él retrocedió y se sentó en la cama. Sin embargo, ella no se detuvo, se sentó en sus piernas y puso cada brazo alrededor del cuello del hombre, que ahora parecía nervioso. Milena achicó su voz y lo miró fijamente a los ojos, para después susurrarle al oído. —Como dices que soy una niña pequeña, quiero que me arrulles y me cantes una canción para dormir. Fabiano se quedó inmóvil y cerró los ojos para imaginarse a doña Gertrudis en traje de baño para evitar excitarse. Definitivamente, esta niña estaba jugando con fuego. —Mi-mi- Milena le-levántate, por favor —le susurró Fabiano en un tono de súplica al verla moverse entre sus brazos. Milena hizo un tierno puchero y negó con la cabeza. —Vamos, tío Fabi, cántame una canción. Fabiano mordió sus labios para tratar de controlar sus impulsos y golpeó levemente la pierna de Milena. —No, Milena no eres una bebé, t
El viejo Santoro recibió una llamada que lo llenó de ansiedad y preocupación.Había un nuevo clan que quería reclamar el trono en la mafia italiana. En realidad, esto ocurre con frecuencia, pero Fabiano y Vicent han defendido su territorio de manera implacable.Pero ahora, era diferente. El viejo no quería que sus hijos arriesgaran su vida. Todo lo contrario, el viejo Santoro quería entregar el trono al nuevo clan y que sus hijos comenzarán a vivir de manera legal, que disfrutarán de su cuantiosa fortuna y cuidarán de su familia.Vicente llamó al líder del nuevo clan y le solicitó una reunión. Era extraño que un nuevo clan surgiera de la nada. La reunión se pautó para el día siguiente.El viejo Santoro tomó sus calmantes y bajó a desayunar con su familia. Qué hermoso sonaba para él esas dos palabras "su familia".Vicente se sentó en la cabecera de la mesa y esperó pacientemente a los demás.Unas risas y unos susurros de amor le hicieron saber que su primogénito había llegado. Vicent e
Los tres hombres se abrazaron y Fabiano mentiría si no reconocía que sentía que había roto unas cadenas. Se sentía liberado y al fin se sentía completamente feliz. Vicente, por su parte, le agradeció a Dios haberlo abrigado con su misericordia. El perdón de su hijo, era lo último que él deseó tener antes de partir y ahora lo tenía. Definitivamente, podía dar fe de que, Dios perdonaba a la oveja que volvía arrepentida a su rebaño. La felicidad reinaba en el lugar, pero en este momento era efímera. Entonces el viejo interrumpió el abrazo y besó la frente de su hijo menor. —Gracias hijo, gracias por tener ese corazón tan noble. Te amo y te amaré hasta mi último aliento. Fabiano solo asintió y palmeó el hombro de su padre. Vicente después giró hacia su primogénito y también lo besó. —A ti también te amo. Vinz ustedes son mi razón de ser y deben cuidarse entre ustedes, como lo han hecho hasta ahora. Yo quisiera seguir protegiendo a todos, pero mi ti
Los tres hombres salieron del despacho. El viejo Vicente caminó hacia la cocina. Fabiano fue hacia el jardín, se escuchaban risas y gritos. Pero Vicent subió casi corriendo hacia su habitación. El nudo en su garganta le impedía respirar. Vicent llegó a su habitación y cerró la puerta con seguro. Él se acostó en la cama y comenzó a llorar como un niño. Ya había pasado por esta m*****a experiencia una vez. El cáncer le había quitado a su madre y ahora se llevaría a su viejo. Vicent sintió una mano en su hombro y levantó la cabeza, para encontrarse con la mirada compasiva de su esposa. —Tranquilo amor. La esperanza es lo último que se pierde. Vicent entendió que su esposa ya lo sabía, pero en este momento, solo le interesaba fundirse en su pecho y sacar todo este dolor. Vicent y Melissa permanecieron en la habitación por más de dos horas, hasta que unos fuertes golpes en la puerta los interrumpieron. —¡Vamos! ¡Salgan de ahí! ¡Parecen conejos! —les gritaba Fabiano entre risas, desde
Vicente cerró los ojos y tomó una gran bocanada de aire, antes de buscar el origen de la voz. Un nudo se formó en su estómago. Esto era malo, muy malo para su familia. Sobre todo para su hijo menor. Pero ahora, su hijo contaba con todo su apoyo y ningún enemigo podrá lastimarlo. Sin embargo, el viejo aclaró su garganta antes de levantarse, para saludar al recién llegado. —Jeremy Boulton, qué sorpresa tenerte por aquí. El joven sonrió y caminó hacia el viejo para estrecharlo entre sus brazos. El viejo besó ambas mejillas del joven y le mostró su afecto. —Me imagino que no me esperabas, aunque sabía que algún día regresaría. Tengo una cuenta pendiente que saldar. Estas palabras confirmaron las sospechas del viejo. Jeremy venía a cobrar venganza por la muerte de su padre. Jeremy Boulton es ahijado del viejo Vicente. Era el hijo de Gerónimo. El joven tenía doce años cuando su padre fue brutalmente asesinado y juró vengar su mue