CONTRATO DE VIDA O MUERTE CON EL ALFA CIEGO
CONTRATO DE VIDA O MUERTE CON EL ALFA CIEGO
Por: DiegoAlmary
1| El contrato de vida o muerte.

El hombre se acercó a Salem con la copa en la mano, él no podía verla, pero percibió el olor ácido y ferroso de la sangre en ella. Estiró la mano y el anciano la dejó sobre su palma. 

Salem la bebió de un trago, era amarga, lo peor que hubiera probado en la vida. 

 —  ¿Cómo funciona?  —  preguntó después de beberla, pero ninguno de los presentes contestó. Salem se metió en sus mentes con la voluntad que le daba ser el alfa  —  ¡¿Cómo es que nadie lo sabe?!  —  gritó lanzando la copa al suelo que se rompió.

 —  No, señor. Este hechizo es antiguo, mucho, no sabemos cómo funciona, esperamos que él mismo lo guíe. Lo único que sabemos es que, sea cual sea la mujer que escoja, se convertirá en la Luna provisional de nuestra manada, y lo ayudará a dirigir Agnaquela y a los lobos de la nieve, pero a un costo muy alto. Por eso se llama contrato de vida o muerte, si alguno lo rompe, morirán. 

 —  Si no sé como funciona el hechizo, ¿Cómo sabré a qué mujer escoger  y cómo hacerlo después?  —  Salem se puso de pie y caminó por la habitación. Aunque no podía ver, sabía bien dónde estaba cada mueble. 

 —  No lo sé señor, pero es la única opción. El contrato de vida o muerte salvará a nuestra manada, a costa de la vida de la mujer que escoja, así que escoja bien. 

***

El destino de Analía se selló con dos golpes que ataron el collar a su cuello, el collar que significaba que ahora era una esclava. 

Era de metal, pesado, cuando levantó la mirada hacia su madre el collar le impidió mover bien el cuello. 

 —  Mamá, ¡Por favor!  —  suplicó, pero la puerta se cerró marcando así su nueva vida. A su lado, en la carreta de al lado, su hermanito Oliver lloraba al sentir el peso del collar  —  Vendeme a mí, pero deja a mi hermanito, ¡Sabes que no sobrevivirá a la esclavitud!  —  le suplicó a la mujer, pero ella recibió las pieles, las frutas y las provisiones para sobrevivir al invierno y entró a la casa cerrando la puerta sin mirar atrás. 

 —  Ahora eres una esclava de este reino  —  le dijo su amo  —  no hablaras si no se te ordena, no harás nada si no se te ordena y serás azotada si no cumples una orden  —  el hombre siguió leyéndole sus nuevos derechos, pero Analía no le prestó atención, estiró la mano hacia su hermanito y él hizo lo mismo. 

Cada uno en una carreta diferente, con un dueño diferente. 

El niño tenía el cabello rojizo como una zanahoria, eran muy pocos con ese color, así que Analía lo encontraría fácil. 

 —  ¡Te prometo que te encontraré!  —  le gritó a su hermano, las lágrimas le impedían ver  —  escaparemos de aquí y haremos una cabaña en el bosque, como en nuestro sueño. 

 —  ¡Analía!  —  gritó el niño cuando su carreta se movió. 

 —  ¡Oliver!  —  Analía estiró la mano, agarró a su nuevo amo por el cuello de la camisa para golpearlo y robarle las llaves, pero el hombre la tomó por el cuello y la golpeó con tanta fuerza que su mundo se sumió en la oscuridad.

Cuando despertó, su hermano ya no estaba. 

«Te encontraré» Se prometió «Aunque sea lo último que haga en mi vida»  

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo