C61- LA DISTANCIA CORRECTA.El bosque se extendía como una mancha oscura bajo el cielo del amanecer.Y Willow corría. No como mujer. Como loba.Su forma lupina emergió con un latido, con un grito silente de desesperación. Las patas golpeaban la tierra húmeda, las ramas se rompían a su paso, el viento no era lo bastante rápido para borrar lo que acababa de ver. Lo que acababa de sentir.Noah.Nina.Sus cuerpos, juntos. La escena marcada en su mente como una quemadura.Y aun así, su pecho latía por él.«¡Maldito corazón necio!»Pero detrás de ella, se escuchó un crujido. Otro lobo.Noah.Willow corrió más rápido, pero el peso del dolor la hacía torpe. Un lamento gutural salió de su garganta mientras sus patas tropezaban con la maleza.Él la alcanzó.Y en un instante, su cuerpo se lanzó sobre el suyo, no para detenerla con fuerza, sino para abrazarla.Fuerte.Desesperado.Como si el contacto pudiera arreglar algo.La rodeó con sus brazos, y ambos cayeron al suelo, envueltos en la humedad
C62-SOY TU AMIGA, ¿RECUERDAS?El dolor fue lo primero que sintió.Zayden abrió los ojos de golpe, jadeando como si hubiera sido arrancado de las garras de una pesadilla… o de algo mucho peor. Su cuerpo ardía. Cada músculo latía con un fuego sordo y cruel. Las cadenas de plata incrustadas en su piel brillaban débilmente en la oscuridad húmeda, y el metal ardía como brasas vivas contra su carne.El olor a sangre y sudor impregnaba el aire.Se retorció apenas, y los eslabones chirriaron con un sonido áspero, metálico.Se había escondido en ese lugar —una antigua mazmorra oculta entre la maleza, olvidada por el tiempo y por los hombres— por una razón. No quería arriesgarse a lastimar a nadie. No quería… volver a mirarla a los ojos mientras acababa con su vida.Odette.Su nombre cruzó su mente como un susurro lleno de culpa. La había dejado atrás. La había apartado con la excusa de protegerla, cuando en realidad era él quien se estaba desmoronando. Ella no debía ver esto. No debía verlo as
C63- ¿QUÉ TE ATORMENTA?Zayden acababa de cruzar la puerta principal y a su lado, Kendra caminaba con la barbilla en alto, como si cada centímetro de piedra le perteneciera.Y Odette los esperaba al pie de la escalera.No dijo nada al principio. Solo los miró. Su expresión era impenetrable, pero sus ojos... sus ojos estaban llenos de una furia helada que se sentía más cortante que cualquier grito.—¿Dónde estuviste? —preguntó, sin irse por las ramas—. ¿Y por qué estabas con ella?Zayden frenó en seco. Kendra también. La tensión llenó el aire, espesa como una tormenta a punto de estallar.—Odette —empezó él, levantando una mano con cautela—. No es lo que piensas. Solo déjame expli...El chasquido de la bofetada rompió el aire.Odette había alzado la mano y estampado su furia en el rostro de su esposo. Su palma quedó ardiendo. Y el rostro de él giró hacia un lado por el impacto.—¿Explicar? —preguntó de forma letal—. ¿El hecho de que prometiste hablar conmigo y en cambio desapareciste? ¿
C64- EL SILENCIO QUE LO ARRUINA TODO.Zayden no respondió.La pregunta de Odette flotaba en el aire como una daga suspendida, y él simplemente… no podía. Su garganta se cerró. Las palabras estaban ahí, revolviéndose con furia detrás de sus labios, pero ninguna podía salir. Porque decir la verdad implicaba perderla. Y callarla… quizás también.Y sin embargo, no podía arriesgarse.Porque si Odette sabía lo que él realmente era —si veía el monstruo que llevaba dentro, la oscuridad que cada noche amenazaba con devorarlo—, lo miraría con miedo. Con asco. Con lástima.Y Zayden prefería que lo odiara… antes que lo temiera.Odette lo miró durante largos segundos y algo en sus ojos se quebró.—Otra vez… —murmuró—. Me pides que confíe, pero no me das nada. ¿Qué esperas que crea?Él dio un paso hacia ella, pero ella retrocedió.—Todo lo que he hecho es por ti —dijo él, con la voz rasgada—. No puedo explicártelo… pero tienes que creer en mí. Solo eso.—¿Creer en ti? —su risa fue breve, sin alegrí
C65-CUARENTENA.El corazón de Zayden latía con tal fuerza que le quemaba el pecho, como si en cualquier momento fuera a estallar.«Tienes que estar bien, Odette». La voz en su cabeza temblaba, negándose a aceptar lo que veía: Odette, pálida y frágil, temblando entre sus brazos mientras él corría hacia la enfermería.—¡Abre la puerta! —rugió, golpeando el marco con el hombro antes de que el sanador pudiera atender.El anciano se apresuró, pero Zayden no podía soltarla. No ahora. No cuando su respiración era tan débil que apenas la sentía contra su cuello.—Alfa, déjeme revisarla —dijo el hombre con calma, pero Zayden solo apretó los dientes.—Haz algo. Ya.El sanador asintió y se acercó, pero cada segundo que pasaba sin respuesta era una tortura. Zayden recorrió el cuerpo de Odette con la mirada, buscando una señal, algo que le dijera que esto no era grave. Pero sus labios estaban secos, su piel ardía, y sus pequeñas manos se aferraban a su camisa como si fuera el único ancla que la ma
C66- YO IRÉ.La luna brillaba alta cuando Zayden se reunió con Noah en el cuarto del consejo.—Iré contigo. —El beta apretó el hombro de su alfa con una firmeza que no dejaba lugar a discusión—. No pienso dejarte ir solo.Pero Zayden no tuvo tiempo de agradecerle, porque la puerta se abrió de golpe.Willow estaba allí, apoyada en el marco con los brazos cruzados. Su postura era relajada, pero sus ojos ardían con una determinación que hizo que el aire se volviera más denso.—Yo también voy.Noah se volvió hacia ella, las cejas casi tocando el pelo. No había esperado esto.—No. —La negativa fue instantánea y casi instintiva—. Es demasiado peligroso.Pero la pelirroja no se inmutó, además lo ignoró. Dio un paso adentro, y la luz de las antorchas iluminó sus pecas.—Soy una guerrera, Noah. —Su voz no subió de volumen, pero cada palabra era un filo—. Estoy mejor entrenada que la mitad de los lobos en este territorio. Y tú lo sabes.El beta abrió la boca para protestar, pero ella no le dio
C67-ATAQUE SORPRESA.Habían partido al amanecer, después de despedirse de sus parejas. Willow se había acercado a Ryland, lo había abrazado como si no supiera cuánto tiempo tenía, y él… él la había sujetado de la cintura, demasiado cerca, demasiado íntimo.Noah, desde la distancia, lo había visto todo. Había querido arrancarle las manos al idiota. Pero se contuvo.Recordó que él mismo le había pedido que volvieran a ser amigos. Que dejaran atrás lo que nunca fue y lo que nunca dijo.Qué ironía de m****a.Ryland, aunque quiso ir, no pudo. Había comenzado a presentar los primeros síntomas. Nada grave aún, pero Zayden había sido tajante. Ningún enfermo saldría de la manada. El riesgo de propagar la fiebre era demasiado alto. Así que se quedó. Y Noah no se sintió tan culpable por estar aliviado por eso.El grupo comenzó a moverse. Noah, sin poder soportar más la vista de sus perfectas nalgas, pasó junto a Willow, que mantenía la mirada fija en el camino. Porque era más seguro así. Porque s
C68- ROMPER EL MUNDO PARA SALVARLA.El mundo volvió de golpe, como si el aire se hubiera convertido en fuego y Willow abrió los ojos con un sobresalto. El dolor punzante en las muñecas fue lo primero que sintió, seguido del ardor en la garganta, como si hubiera gritado sin parar.Estaba atada a una silla. Y no era una cuerda cualquiera… eran cadenas de plata.Ardían al tacto.Al menor movimiento, un nuevo pinchazo quemante se extendía por su piel.Trató de calmarse, de orientarse, de recordar... Pero entonces vio a Noah.—¡Noah! —su voz salió débil, temblorosa.Él estaba en una jaula, al otro lado de la habitación, semiinconsciente, con sangre seca en la frente. Apenas oyó su nombre, alzó la vista, pestañeando.—¿Willow...? ¿Estás bien?Ella tragó saliva, pero su voz salió quebrada. —¿La flor…?Él asintió con esfuerzo, tocándose el costado donde estaba oculta bajo su ropa. —La tengo. Está a salvo.Ella cerró los ojos un segundo, el alivio brotando como agua fresca. Pero duró poco. Po