C65-CUARENTENA.El corazón de Zayden latía con tal fuerza que le quemaba el pecho, como si en cualquier momento fuera a estallar.«Tienes que estar bien, Odette». La voz en su cabeza temblaba, negándose a aceptar lo que veía: Odette, pálida y frágil, temblando entre sus brazos mientras él corría hacia la enfermería.—¡Abre la puerta! —rugió, golpeando el marco con el hombro antes de que el sanador pudiera atender.El anciano se apresuró, pero Zayden no podía soltarla. No ahora. No cuando su respiración era tan débil que apenas la sentía contra su cuello.—Alfa, déjeme revisarla —dijo el hombre con calma, pero Zayden solo apretó los dientes.—Haz algo. Ya.El sanador asintió y se acercó, pero cada segundo que pasaba sin respuesta era una tortura. Zayden recorrió el cuerpo de Odette con la mirada, buscando una señal, algo que le dijera que esto no era grave. Pero sus labios estaban secos, su piel ardía, y sus pequeñas manos se aferraban a su camisa como si fuera el único ancla que la ma
C66- YO IRÉ.La luna brillaba alta cuando Zayden se reunió con Noah en el cuarto del consejo.—Iré contigo. —El beta apretó el hombro de su alfa con una firmeza que no dejaba lugar a discusión—. No pienso dejarte ir solo.Pero Zayden no tuvo tiempo de agradecerle, porque la puerta se abrió de golpe.Willow estaba allí, apoyada en el marco con los brazos cruzados. Su postura era relajada, pero sus ojos ardían con una determinación que hizo que el aire se volviera más denso.—Yo también voy.Noah se volvió hacia ella, las cejas casi tocando el pelo. No había esperado esto.—No. —La negativa fue instantánea y casi instintiva—. Es demasiado peligroso.Pero la pelirroja no se inmutó, además lo ignoró. Dio un paso adentro, y la luz de las antorchas iluminó sus pecas.—Soy una guerrera, Noah. —Su voz no subió de volumen, pero cada palabra era un filo—. Estoy mejor entrenada que la mitad de los lobos en este territorio. Y tú lo sabes.El beta abrió la boca para protestar, pero ella no le dio
C67-ATAQUE SORPRESA.Habían partido al amanecer, después de despedirse de sus parejas. Willow se había acercado a Ryland, lo había abrazado como si no supiera cuánto tiempo tenía, y él… él la había sujetado de la cintura, demasiado cerca, demasiado íntimo.Noah, desde la distancia, lo había visto todo. Había querido arrancarle las manos al idiota. Pero se contuvo.Recordó que él mismo le había pedido que volvieran a ser amigos. Que dejaran atrás lo que nunca fue y lo que nunca dijo.Qué ironía de m****a.Ryland, aunque quiso ir, no pudo. Había comenzado a presentar los primeros síntomas. Nada grave aún, pero Zayden había sido tajante. Ningún enfermo saldría de la manada. El riesgo de propagar la fiebre era demasiado alto. Así que se quedó. Y Noah no se sintió tan culpable por estar aliviado por eso.El grupo comenzó a moverse. Noah, sin poder soportar más la vista de sus perfectas nalgas, pasó junto a Willow, que mantenía la mirada fija en el camino. Porque era más seguro así. Porque s
C68- ROMPER EL MUNDO PARA SALVARLA.El mundo volvió de golpe, como si el aire se hubiera convertido en fuego y Willow abrió los ojos con un sobresalto. El dolor punzante en las muñecas fue lo primero que sintió, seguido del ardor en la garganta, como si hubiera gritado sin parar.Estaba atada a una silla. Y no era una cuerda cualquiera… eran cadenas de plata.Ardían al tacto.Al menor movimiento, un nuevo pinchazo quemante se extendía por su piel.Trató de calmarse, de orientarse, de recordar... Pero entonces vio a Noah.—¡Noah! —su voz salió débil, temblorosa.Él estaba en una jaula, al otro lado de la habitación, semiinconsciente, con sangre seca en la frente. Apenas oyó su nombre, alzó la vista, pestañeando.—¿Willow...? ¿Estás bien?Ella tragó saliva, pero su voz salió quebrada. —¿La flor…?Él asintió con esfuerzo, tocándose el costado donde estaba oculta bajo su ropa. —La tengo. Está a salvo.Ella cerró los ojos un segundo, el alivio brotando como agua fresca. Pero duró poco. Po
C69- SI NO ME TOCAS, MORIRÉ.El crujido de los barrotes resonó con un eco apagado cuando Noah, empapado en sudor y con los músculos tensos, logró por fin soltar el último de los tornillos flojos de su jaula. Había pasado horas observando, esperando, estudiando cada rincón de su encierro mientras escuchaba a Willow respirar con dificultad al otro lado del cuarto.Su desesperación había alcanzado un límite insoportable cuando la vio temblar, atada a esa silla maldita, sus muñecas enrojecidas por las cadenas de plata, el rostro contraído por el calor febril que recorría su cuerpo por culpa de la poción.—Vamos… vamos, maldita sea… —susurró entre dientes, forzando el último hierro hasta que cedió con un clic sordo.Se deslizó fuera de la jaula sin hacer ruido y con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. Caminó con cautela hacia Willow, que se retorcía apenas, los labios entreabiertos, el vestido de ceremonia pegado a su piel por el sudor.—Willow… —murmuró al llegar junto a ella, co
C70- DESEO PROHIBIDO.Mientras tanto, el ambiente en el corazón de la manada era pesado. Zayden estaba de pie, con los brazos cruzados frente al fuego del salón principal, mientras el Consejo murmuraba en voz baja. Las horas habían pasado, y no había noticias del grupo que había partido en busca de la flor.Odette yacía aún febril, su pecho subiendo y bajando con dificultad y la angustia de Zayden aumentaba con cada segundo que pasaba.—Esto no es normal —gruñó Zayden, rompiendo el silencio—. Deberían haber regresado. Algo pasó.—¿Y si simplemente se retrasaron? —aventuró uno de los ancianos.Zayden lo fulminó con la mirada.—No. Noah es puntual. Siempre lo ha sido. Y Willow también. Algo está mal. Lo siento en la piel.Y como si el universo hubiera escuchado sus temores, la puerta se abrió de golpe.Un guerrero entró tambaleando y la sangre empapando su costado. Su rostro estaba cubierto de barro, arañazos y desesperación. Uno de los centinelas lo sostuvo antes de que cayera.—¡Es Ci
C71-PROHIBIDAMENTE CORRECTO.[WILLOW.]El calor me invadía por completo, deslizándose por mi piel como fuego líquido, llenando mi sangre con un deseo salvaje que sabía que no debía sentir… pero que no quería soltar.Era como una corriente eléctrica bajo mi piel, viva, inquieta, incontrolable. Y entonces lo sentí: las manos de Noah, ásperas, fuertes, sujetándome con una seguridad que me desarmó.Separó mis piernas con una determinación que me hizo jadear, y cuando sus dedos se aferraron a mis muslos, supe que estaba perdida. Sus ojos, oscuros y llenos de hambre, se clavaron en mí, provocando un estremecimiento que me recorrió desde el pecho hasta lo más profundo de mi vientre.Mi loba gruñía, desconfiada, queriendo alejarme de él, pero yo la silencié. Porque en este instante, en este lugar, solo existíamos Noah y yo.Se acomodó entre mis piernas y un segundo después su rostro se perdió entre ellas. Solté un jadeo que no pude contener. Su lengua, cálida y lenta, me encontró justo donde m
C72- SACRIFICIO DE AMOR.El fuego se había reducido a brasas agonizantes, y el aire olía a ceniza y piel caliente. Willow ya estaba vestida, sus dedos temblorosos ajustando la correa de su mochila con demasiada fuerza. No miraba atrás, no podía permitírselo. Detrás de ella, Noah se incorporó, la manta cayéndole sobre la cintura desnuda.—Willow —la llamó, la voz ronca por la noche anterior, cargada de algo más que deseo.Ella se detuvo, pero no se dio vuelta.—Lo de anoche no cambia nada, Noah —dijo, fría, aunque las palabras le quemaban la garganta—. No podemos permitirnos esto.Él se levantó de un salto, sus músculos tensos, como si aún pudiera sentirla bajo sus manos.—¿Nada? —casi rugió—. ¡Te entregaste a mí! ¿Cómo mierda vas a mirarme y decirme que no pasó nada?Willow apretó los puños. No era justo. No era justo que él sonara así, herido, como si ella lo estuviera traicionando. Como si no entendiera el precio.—No digo que no haya pasado —susurró, por fin girando para enfrentarl