C74 - SEGUIRÁ SABIENDO A MÍEl pasillo era angosto, la madera crujía con cada paso y el aire estaba impregnado del calor húmedo de la fiebre. Solo la luz trémula de unas velas dispersas alumbraba el corredor, proyectando sombras largas en las paredes. Se respiraba un silencio tenso, apenas interrumpido por el sonido entrecortado de Ryland tosiendo en la habitación contigua.Noah estaba allí, inmóvil en la penumbra, con la espalda apoyada contra la pared, fundido en la oscuridad. Sus ojos no se despegaban de la rendija entreabierta de la puerta.Adentro, Willow se inclinaba sobre Ryland, que yacía débil entre mantas. Su voz suave era apenas un murmullo mientras humedecía una compresa y la pasaba por la frente de él con una ternura que hizo que algo en Noah se rompiera por dentro, y más cuando la mano de ella se deslizó por el cabello de Ryland, apartándolo con cuidado.«Maldito...»El pensamiento atravesó como un dardo. Su mandíbula se tensó, la mirada se volvió de hielo. Cada fibra de
C75 - EL ÚNICO SABOR QUE PODÍA RECORDAR.Su lobo gruñó bajo su piel, con una furia instintiva, reaccionando a la loba que estaba delante de él.Bajó la mirada al escote de Nina, luego a sus labios, y en su mente solo vio a Willow. La forma en que había temblado bajo su toque. La forma en que su cuerpo había respondido aunque su boca negara. La manera en que sus ojos se habían nublado al sentirlo cerca.Su mandíbula se tensó.Nina no era Willow.Nunca lo sería.Y en ese momento, lo supo con una certeza cruel: podía tener cualquier cuerpo y que su lobo ansiaba a esta mujer, pero su alma ya no respondía a nadie más que a ella.Y eso lo estaba destruyendo.Desvió la mirada de Nina y dio un paso atrás, alejando la mano de ella que aún reposaba en su pecho. Caminó hacia una silla junto al tocador y tomó su bata de lino oscuro. Se la puso con movimientos lentos, casi mecánicos, como si el simple acto de cubrirse pudiera alejar lo que estaba sintiendo.—Vuelve a tu habitación —dijo, sin mirar
C76 - ES UNA FARSA.1 MES DESPUÉS...Había pasado un mes desde que la flor fue traída a la manada.Los días oscuros y los suspiros cargados de miedo parecían cosa del pasado. Gracias a las propiedades curativas, varios lobos se habían salvado de la enfermedad. Entre ellos, Odette y Ryland. Sus cuerpos, antes frágiles y envueltos en sudor febril, ahora se movían con fuerza renovada.La manada entera parecía respirar con alivio.También el ambiente era festivo. Las hembras preparaban telas, los niños corrían con coronas de flores, y algunos machos ya comenzaban a cargar barriles de hidromiel para la gran celebración del día siguiente. No solo se celebraría el final de la enfermedad, sino dos uniones importantes: Noah con Nina... y Willow con Ryland.La música ya comenzaba a ensayarse en el claro central, pero a Zayden no le importaba nada de eso.Estaba de pie en el límite del bosque, con el ceño fruncido y una rama rota aún crujiente bajo su bota. Frente a él, un centinela sudaba frío,
C77 - LLEVAS VIDA DENTRO, PEQUEÑA.Sus palabras fueron como un golpe. Y dolieron. Más de lo que quería admitir.Porque sí, Zayden había estado con ella. Una y muchas veces. Con besos, caricias, promesas de protección. Pero jamás... jamás le dio su marca.Luego recordó a Kendra. Sus burlas. Su rostro lleno de suficiencia.Y recordó también la realidad más hiriente: él no había ido a verla ni una sola vez desde que despertó.Mientras su mente era un torbellino, sintió la mano de Leonard sobre la suya.Gentil. Cálida.—Me gustas, Odette. —confesó él, firme—. Desde que te vi... me gustaste.Ella parpadeó incómoda, y apartó la mano con suavidad. Abrió la boca para responder, pero Leonard no se detuvo.—No creo en los vínculos predestinados. —dijo, triste—. Aunque mi hermana haya encontrado el suyo... yo no lo espero.Odette frunció el ceño, confundida. ¿Por qué diría eso?Leonard la miró con una calma extraña.—Los Alfas de Corazón de Plata no nacimos para el amor. Sobre nosotros pesa un a
C78- HABÍA HECHO LO CORRECTO.Willow sentía el latido acelerado de su corazón, un ritmo agitado que no podía controlar. Y Ryland se acercó con una sonrisa suave, no parecía notar la tormenta interna que la azotaba.—¿Qué pasa? —dijo, con una ligera diversión en sus palabras—. ¿Por qué esa cara? ¿Estás nerviosa por la ceremonia?Willow tragó con dificultad y se dio valor.—No —murmuró—. No es eso.Ryland la observó un momento, su mirada fija, escrutadora. Y entonces, con una sonrisa aún más amplia, dio un paso más hacia ella y tomó sus manos, suavemente, como si fuera un gesto de consuelo.—Entonces, ¿qué es?El corazón de Willow latía a toda velocidad, casi ensordeciéndola. A su lado, su loba quería acurrucarse con él, disfrutar del toque, la cercanía. Pero sabía que no podía ocultarlo por mucho más tiempo. En su tercer mes, sería evidente. El olor... El aroma de su hijo, el que no pertenecía a Ryland.Tenía que decírselo, ahora.Apartó sus manos de las de él y dio un paso atrás; el a
C79 - LA MARCA DEL ALFA.Esa noche, el cielo se oscureció de repente, como si un manto pesado se hubiera desplegado sobre la Manada Luna Roja. Los primeros truenos retumbaron a lo lejos, anunciando una tormenta que ya se sentía en el aire.Odette se quedó de pie frente a la puerta, las palabras de Leonard aún resonando en su mente. Era la salida fácil, lo sabía. Aceptar su oferta, huir con él y dejar todo atrás.Pero no podía. No iba a dejarse llevar por la comodidad. No era esa la mujer que quería ser.Así que había tomado su propia decisión.Hablaría con Zayden.Pondría fin al acuerdo, al menos por su parte. Luego, iría con su prima Seraphina, se quedaría en su manada, y con el tiempo, olvidaría todo.Lo olvidaría a él.Sin embargo, apenas abrió la puerta, un estremecimiento recorrió su cuerpo, porque cierto alfa de cabello oscuro y ojos azules la estaba esperando.Creyó que era una señal del destino y que mejor era hablar cuanto antes.—Qué bueno que estás aquí —dijo, forzando una
C80- TAL VEZ NUNCA VUELVA.Un silencio espeso cayó entre los dos. Y en ese vacío, el miedo se abrió paso en el pecho de Odette como una cuchilla oxidada, cortando más hondo con cada latido.«¿Por qué no siento nada…?»El pensamiento le golpeó como un trueno, mientras una mano temblorosa se alzaba hasta su cuello, rozando la marca ardiente.«¿Acaso…? ¿No puedo responder… porque ya estoy marcada?»La imagen de Ragnar apareció como un espectro indeseado. Su rechazo, su traición… aún la perseguían.«Pero él me rechazó. Me dejó. No… No puedo seguir encadenada a él.»Un sollozo seco le subió por la garganta. Y el aire se volvió espeso. Zayden no dijo nada al principio, pero su mirada lo gritaba todo. Su piel estaba tensa, los ojos brillando con una furia silente… y un dolor que no sabía esconder. Porque él sí lo había sentido. Como fuego. Como destino. Como verdad.Odette era su compañera.Pero él… no era el suyo.Odette retrocedió un paso, los dedos presionando la piel marcada.Dolía. Ardí
C81- BATALLAS.Odette permaneció inmóvil por un momento, procesando las palabras de Willow, que flotaban en el aire como algo irreal.«¿Embarazada?»No podía creerlo.Pero cuando Willow, con los ojos llenos de lágrimas, dio un paso hacia ella, Odette reaccionó automáticamente. Abrió los brazos, y en un instante, su amiga se desmoronó contra su pecho, hundiendo su cara entre sus hombros. La abrazó con fuerza, aunque aún en shock.—Lo siento... —susurró Odette, acariciando suavemente su espalda.El dolor en su pecho se hacía más grande, porque entendía lo que significaba este tipo de sufrimiento. No solo por lo que significaba estar atrapada en una situación sin salida, sino también por el peso de lo que podría venir.Willow la apretó más fuerte, casi como si temiera que alguien pudiera arrancarla de nuevo.—Odette... —la voz de Willow era apenas un hilo—. Lo que pasa es... que Noah y yo... tuvimos... tuvimos algo. En el viaje, una poción... y... y terminó pasando. Nos acostamos, pero..