Capitulo 3
Con el corazón en la boca, sintiendo la fuerza con la que le latía, Kloe salió de la terraza, debía distraer a su esposo, nadie podía ver a Tom ahí.— Kloe, ¿Dónde estás metida?— volvió a gritar George, subiendo el tono, enfureciéndose.— Estoy aquí, solo estaba tomando un poco de aire.— respondía Kloe, acercándose hasta su esposo para que este no entrara a la terraza y la encontrara con Tom.— ¿Con quién estás ahí?— la increpó George, por alguna razón él siempre pensaba que ella estaba haciendo las cosas mal.— Con nadie, solo estaba tomando ai…— intentó explicar ella, pero George apenas y la escuchó, salió a la terraza a verificarlo por sí mismo.Kloe no sabía si salir corriendo de ese lugar, aprovechar que todos estaban en la fiesta y escapar, lejos, muy lejos, donde nadie pudiera encontrarla, estar si un hogar y sin dinero sería mejor comparado con lo que ocurriría después que encontrara a Tom en la terraza.— No entiendo.— decía George desde afuera, Kloe no se podía mover, estaba paralizada, ¿Qué le haría George ahora?— no entiendo para que te quieres esconder siempre que estás conmigo, ¿Acaso te avergüenzas de mí?— Por supuesto que no.— respondió Kloe, bajando la mirada, no entendía nada, ¿Dónde estaba Tom?— por el embarazo a veces me siento.— No me importa, eres mi esposa, debes estar a mi lado, mi hija llegó y quiere conocerte.— la interrumpió George, encendiendo sus mejillas, pero con las manos atadas, no podía hacer nada o todos se enterarían— ¿Cuántas veces debo repetirte que me debes mirar a los ojos cuando te hable?— Disculpa, es solo que.— Kloe no tuvo más remedio que levantar la mirada, no podía seguir haciendo molestar a su esposo.— Baja ya, no hagas esperar a mi hija, pero antes retócate el maquillaje, no sé porque siempre tienes que estar llorando como una estúpida, débil y estúpida.— escupió George, dándose media vuelta, para bajar al salón principal, donde su hija lo esperaba.Sin entender cómo Tom había escapado, Kloe fue al baño a retocarse el maquillaje, debía verse perfecta siempre, esa era otra exigencia de su esposo y está vez más, dado que conocería a su hijastra, quien tenía su misma edad, veinticinco años para ambas.Al llegar al salón, donde todos degustaban el caviar y el whisky, Kloe vio a la hija de George, la reconoció por las fotos, en los cinco años que llevaba viviendo en la mansión Harper, ninguno de los hijos de su esposo habían venido a visitarlo, se habían visto en otras ciudades, cuando él viajaba, pero nunca aquí.— Bebé, te presento a mi esposa.— dijo George, con una gran sonrisa, para todo el mundo se trataba de un buen hombre siempre.— Ya era hora, ¿Cuánto más debía esperar?— respondió Dasha, quien parecía tener el mismo carácter aberrante de su padre.— Tranquila cariño, estamos en una fiesta.— la regañó levemente su padre, indicándole con los ojos que al frente de todos no podía mostrar esta actitud.— Perdón, por mi embarazo necesitaba algo de aire, es un gusto conocerte.— dijo Kloe, quien deseaba que ella fuera una buena persona y la ayudara con su esposo, por lo menos que lo convenciera de que no la golpeara, pero no era así, esta nueva integrante de su familia era igual o peor que su esposo.— Si, si, lo que sea, padre necesito preguntarte algo, en privado.— escupió Dasha, viendo a Kloe, diciéndole sin palabras que los dejara solos.— Está bien, los dejo solos.— dijo nada más Kloe, alejándose de los verdaderos Harper, sintiéndose miserable nuevamente.Kloe debía soportar todo esto, ni siquiera con sus padres podía hablar, ellos tampoco la entendían ni la comprendían, en realidad ni siquiera se podía decir que la querían ni un poco.La única persona en el mundo que se podía decir la quería de verdad, era su tía Lola, quien se tuvo que mudar al caribe estadounidense, Miami, por una enfermedad respiratoria de su esposo y le recomendaron estar en ese tipo de ambiente.Por ese motivo Kloe tenía cinco años sin verla, desde el día de su boda, donde Lola le había prometido que la sacaría de todo esto, de esta enorme injusticia que cometían sus padres con ella, pero lamentablemente no lo había podido cumplir, seguía atrapada en esta mansión, tan fría y falta de amor, sin contar los maltratos a los que debía enfrentarse todos los días.Bien entrada la madrugada, al fin se habían retirado todos los invitados, Kloe pudo subir a su habitación, para quitarse al fin los tacones que su esposo le obligó a usar, sin importarle el sobrepeso que ya era algo evidente por el bebé que llevaba dentro.— Que estupenda celebración, bueno, un hijo mío no merece menos.— decía George, mientras entraba a la habitación y se tiraba en la cama, agotado.— Que bueno que Dasha pudo venir, ella es mi bebé, mi mayor tesoro.— proseguía George, mientras Kloe solo asentía, quitándose el maquillaje.— Ujum.— se limitaba a responder.— M*****a sea mujer, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Si yo te hablo tú dejas todo lo que haces y pones tu atención en mí.— gritó George, encendiendo los nervios de Kloe, quien siempre esperaba la peor reacción de su esposo.— Perdón, solo estoy algo cansada.— respondió Kloe, temblando, sabía que a George no le importaba que su hija estuviera en la mansión para hacer cualquier cosa terrible.— ¿De qué diablos estas cansada? No haces nada, solo estás en la casa, tienes cocinera, sirvienta, no mueves un dedo por nada ni nadie y te atreves a ignorarme con la excusa de “estoy cansada”— seguía furioso George, quien se irritaba con cualquier acción de su esposa, para él nada era suficiente.— Lo siento, yo.— intentó seguir explicando Kloe, pero George ya estaba harto de seguir escuchándola.— Ya basta, me dormiré, te salvas de que estás embarazada, si no…— la amenazó George, dejándole bien claro que cuando naciera el bebé todo volvería a ser como antes.Esto fue suficiente para que Kloe tomara una decisión, muy complicada y delicada, pero no tenía otra opción, Tom le había puesto la opción de acabar con George y quitarle de encima el infierno en el que estaba viviendo, esta era su única oportunidad de poder lograrlo.— Baja a desayunar, Dasha nos espera y mi hija no espera por nadie.— le ordenó George a su esposa, quien empezaba a odiar a su hijastra sin conocerla prácticamente.— Buenos días.— dijo Kloe al llegar a la mesa, era un día espectacular, soleado y con un clima realmente hermoso, ideal para un desayuno a la orilla de la piscina, algo para disfrutar en familia, pero este no sería el caso de Kloe definitivamente.Kloe tomó asiento sin obtener respuesta, padre e hija conversaban en silencio, ignorando a quien acababa de llegar, parecía que se trataba de cualquier persona, la menos importante, en cambio era la que se suponía debía ser la mujer de la casa.— Por dios, les pedí claramente que el jugo fuera sin hielo, Kloe, ve a la cocina y tráeme un vaso con jugo de naranja sin hielo.— le ordenó Dasha a su madrastra, sin ni siquiera decir por favor, simplemente así y ya.— Le pediré a Marta que lo haga.— respondió Kloe, sintiendo como ardía su interior y viendo a todos lados, buscando a la empleada de la casa para que hiciera el cambio del jugo.Para Kloe no sería problema buscarlo, pero la forma en que se lo habían pedido no era la correcta y ella no se dejaría tratar así también por la hija de su esposo, quien no era una niña, era una mujer hecha y derecha.— No quiero que lo haga Marta, quiero que lo hagas tú.— replicó Dasha, viendo con odio a la esposa de su padre.— ¿Qué esperas?— Kloe, no entiendo ¿Por qué sigues aquí si te han ordenado algo?— intervino George, sin levantar la mirada, él seguía ojeando algunos documentos.Sin más remedio, Kloe se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina, a nadie le importaba si ella estaba embarazada o no, de igual forma, debía posponer por unos minutos mas su primera comida del día, para buscarle, un jugo de naranja sin hielo a la hija de su esposo, esto era una completa locura. Llena de impotencia, Kloe tiró el jugo con todo y vaso, quebrándose en el suelo y estando a punto cortarse.— Señorita Kloe, cuidado, no debió venir hasta acá, fácilmente me pudo haber llamado.— le dijo Marta, quien corrió a la cocina al escuchar el vaso quebrarse. — Descuida, solo se me resbaló, necesito un vaso con jugo sin hielo por favor.— le pidió amablemente Kloe el jugo a Marta, quien sabía mejor donde estaba, está era una enorme cocina, donde fácilmente, quien no la conoce, puede tardar horas buscando un simple cubierto para postres de plata fina. — Oh, lo olvidé, verdad que el jugo de la señorita Dasha era sin hielo, pero ¿Por qué vino usted a buscarlo?— le preguntó
En un momento de descuido, mientras Kloe eliminaba todos los rastros de que en su teléfono estaba toda esta información, George ya no estaba en el jardín, con el corazón acelerado, salió del baño, nadie podía sospechar nada, todo debía estar en orden.George entró en la habitación, utilizaría el baño, pensando que su esposa estaba haciendo lo mismo que él haría por todo este tiempo que no la había visto. Él pasó directo al inodoro, sin percatarse o simplemente sin darle a importancia a la presencia de su esposa en la habitación. Desesperada, con la adrenalina en su máxima expresión, Kloe se dirigió a la cocina, necesitaba un vaso con agua, tomar aire fresco, liberar toda la presión que sentía en su cuerpo por lo que acababa de hacer, ya no había marcha atrás, le había dado a la justicia lo que necesitaba para encarcelar a su esposo, al padre de su hijo. ¿Está bien lo que hice? ¿Cómo le diré a mi hijo que su padre pasó el resto de su vida en prisión por mi culpa?Pensaba Kloe, a qui
Pasar la primera noche si esa terrible persona al lado para Kloe era un sueño, aunque a mitad de la madrugada se convirtió una pesadilla que la despertó con el corazón acelerado.George vigilaba desde la cárcel a su esposa, incluso podía lastimarla, cosa que Kloe pensaba que no ocurriría mientras él estuviera lejos de ella.Con los primeros rayos del sol, Kloe pudo escuchar como ingresaban a la propiedad de su esposo varios autos, también se oían algunos ruidos afuera de su habitación, personas caminando de un lado a otro, situación que la ponía muy nerviosa y poco decidida de salir a tomar el desayuno, tan importante para ella dado su embarazo.— Señorita, pensé que no saldría de su habitación, aquí está su desayuno.— sorprendió Marta a Kloe, quien había tomado el camino más largo hacía el comedor.— Pensé en no hacerlo, pero mi hijo necesita que yo desayune.— respondió Kloe, viendo en esto la oportunidad de preguntarle a la ama de llaves de como y por qué estaba involucrada en los ac
Ante el juego de miradas que había al borde de la piscina, Oliver no pudo evitar sentir celos, era un hecho, se había enamorado a primera vista de la esposa de su padre, ¿Esto cómo podría terminar bien?Tom, por su parte, tuvo que involucrarse nuevamente en este caso, la evidencia había sido contundente, pero el equipo legal de George movió muy bien sus piezas, sumado a que tenían en sus manos a muchos altos cargos dentro del gobierno, dejando muy difícil que una condena fuese a ser pronunciada por un juez.Esto dejaba en claro la imperfección de este caso al involucrarse y no dejar de pensar ni un segundo en la esposa del acusado, ella estaba muy involucrada en esto, si George descubría la verdad sería muy difícil saber lo que haría con ella.— Entiendo tu punto hermano, pero no quiero hacerte perder más el tiempo, nada de lo que digas o hagas hará que yo cambie de opinión.— dijo Oliver, viendo como Kloe estaba muy incomoda, sin saber el infierno que ella sentía en su interior.— si no
Una semana pasó desde el día de la detención del empresario y futuro candidato político George Harper, era el mayor tiempo que el distinguido líder de su secta de socios multimillonarios había pasado tras las rejas.En la mansión, los ánimos se habían calmado un poco, los verdaderos herederos de la antigua familia se mantuvieron al margen de Kloe quien día tras día veía su vientre crecer poco a poco.— ¿No han encontrado nada aún?— preguntó secamente George, al ver que sus hijos se sentaban en la silla detrás de la ventana de vidrio reforzado de la cárcel de máxima seguridad de la ciudad.— Aún nada papá, ¿Estás seguro que fue ella?— replicó Martial, quien estaba serio, él era igual que su padre y por esta razón solían repelerse. — Por supuesto que fue ella, ¿Cuántas veces se los tengo que decir?— perdía la paciencia George, dándole un golpe a su escritorio, hacía mucho tiempo que no golpeaba a alguien y ya se empezaba a sentir sobrecargado de maldad.— deben apresurarse, sin mí en la
Kloe se encerraba nuevamente en su habitación, esto ya se convertía en una costumbre, pasar horas sentada en su balcón, observando el mundo exterior como un sueño, una ilusión o como una realidad que nunca llegaría a su vida.Esto se convirtió así, desde que sus padres prácticamente la vendieron a George, un trato ilegal por supuesto, pero que muy difícilmente puede ser disuelto por una víctima que estaba completamente sola este mundo, sin acceso a dichos documentos o con pruebas suficientes que puedan confirmar lo contrario.— Kloe, ¿Puedes salir un momento?— tocó la puerta de la habitación Oliver, este se había ausentado un par de días para asiatir a un evento de caridad en la ciudad de Miami.Kloe no respondió, ella odiaba a todo el que llevara apellido Harper, y aunque llegó a pensar que Oliver podía ser diferente, su odio se renovaba con cada día que pasaba encerrada en esa enorme mansión.— Por favor Kloe, debes salir, me dijo Marta que estas encerrada todo el tiempo, es
Para el agente encubierto del FBI, no solo estaba entre sus planes concretar su trabajo de encerrar por lo que le restaba de su vida a George Harper, ahora quería demostrarle a Kloe, la esposa del mafioso que podía confiar en él.La primera lección dentro del entrenamiento como agente encubierto es no involucrarse emocionalmente con cualquier persona dentro de un caso, lección que Tom había cumplido muy bien en todos los años que tenía haciendo este trabajo, pero que olvidó en este último.Él estaba hipnotizado, ya no solo le interesaba hacer justicia, ahora también estaba dentro de sus prioridades hacerle entender a esa hermosa mujer que ella le interesaba mucho más de lo que se pudiera imaginar.— ¿Algo salió mal en tu trabajo?— preguntó él padre de Tom, al verlo sentado en la terraza con una copa en la mano, esto era algo muy difícil de ver en él. — ¿Ahora si crees que es un trabajo digno?— preguntó Tom, sin ver la cara de su padre.— Vamos hijo, creo que preocuparme p
— Si, su confianza, la corrupción de tu esposo traspasó varias fronteras, incluso algunas que yo creí eran intraspasables.— seguía explicando Tom, esperanzado, Kloe había bajado la guarda un poco, este era su momento para pelear por ella.— ¿Qué quieres decir con eso?—preguntó Kloe, confundida. — Incluso en el FBI tiene gente comprada y aunque aún no ha llegado hasta donde quiere llegar, es cuestión de tiempo para que den conmigo, por eso necesito que confíes en mí.— respondió Tom, tomando una mano de Kloe y envolviéndola en las suyas. Por unos segundos, Tom sentía como diferentes choques eléctricos recorrían todo su cuerpo, era una sensación que nunca había sentido, sentir la suavidad de su mano era una experiencia increíble, ella era la indicada, no había duda de esto.Por su parte, Kloe sintió algo similar, no era exactamente igual a lo que él sentía, pero definitivamente su estómago había sido invadido por cientos de mariposas, revoloteando de un lado al otro, indicá