Sin saber el por qué, Kloe se sentía un poco más esperanzada, esto gracias solo a la sorpresiva visita de Tom, era reconfortante para ella sentir que alguien, aunque sea un poco, estaba interesado en ella. ¿La razón de su interés? Ella no lo sabía, pero ya esto había sido lo más grande que alguien había hecho por ella en toda su vida, después claro está, del esfuerzo de sus padres por salvarla de esa terrible enfermedad en su infancia. Aunque hubiese sido preferible morir en aquellos momentos, pensó alguna vez Kloe, si eso pasaba, ella no habría pasado tantos días de agonía, sufrimiento y desprecio, como lo fueron cada una de sus horas metida en esa mansión, al lado de un cerdo detestable como su esposo George.— No debes ser tonta Kloe, no confíes en él tan rápido.— hablaba Kloe, consigo misma, ella había perfeccionado sus conversaciones a solas, como siempre estuvo en casi toda su vida. — ¿Por qué no puedo confiar en él? ¿Quién más se arriesgaría de esa forma sin decir la
Solo por el lugar en el que estaban y por la cantidad de medios de comunicación que habían cohibieron una reacción realmente feroz por parte de Oliver. Tom había jugado sucio, se supone que esa información era algo secreto, solo unos pocos estaban informados de esa situación y ahora él inclinaba la balanza a su favor.— Debes ser un maldito lacayo muy adulador para saber esta historia.— rugió en silencio Oliver, él era muy calmado, en pocas ocasiones reaccionaba agresivamente y de estar en otro lugar esta podía ser una de ellas.— Puedo ser lo que tu quieras, pero no te aconsejo a que hagas lo que estás pensando.— sentenció Tom, alejándose del lugar, los ánimos ya estaban caldeados, a punto de ebullición y esto solo lo dejaría mal parado a él también. ¿Cómo Tom podría explicar un conflicto con el hijo de su jefe y salir bien librado de ello?Solo por esta razón era mejor dejar este asunto así, ya lo había asustado, quizás, Oliver ya no querría acercarse más a Kloe, esto le de
Los sentimientos de Oliver eran un remolino, desde que conoció a la esposa de su padre, quedó encantado desde ese primer momento, si, su madrastra, ¿Qué locuras estaba pensando? Dentro de los hombres hay códigos, que nunca se escribieron, pero siempre debían ser respetados, aunque como todo en esta vida, la palabra “siempre”, no siempre irónicamente, cumplía con su significado al pie de la letra. — ¿Hambriento joven Oliver?— le preguntaba la jefa de la cocina, Marta, al hijo de su jefe, quien se encontraba en sentado en la mesa, repitiendo otro plato de estofado, muy raro en él que siempre llevaba una dieta muy estricta. — La verdad, nunca probé un estofado tan delicioso como el tuyo.— respondió Oliver, sonando un poco melancólico. — Hablas como si volverás a perderte de esta cosa por un largo tiempo.— intuyó Marta, quien conocía muy bien a Oliver, quizás, era quien lo conocía mejor después de su madre.— Siempre fue difícil ocultarte algo, ¿por qué será?— sonrió O
Hablar de amor a estas alturas era algo apresurado y sin sentido podríamos decirlo, pero para Tom Blondet, un agente del FBI, acostumbrado a estar siempre solo era algo que no tenía ninguna explicación. Entonces, ante la pregunta de Kloe, que tenía mucho sentido realmente, Tom quedó paralizado, ¿era este el momento de decirle a ella qué pondría su vida en peligro mil veces por conquistar sus labios?— ¿Por qué lo hago?— replicó Tom quien no tenía una respuesta exacta o a lo mejor, su orgullo de hombre solitario no lo dejaba responder sinceramente.— ¿crees que es mucho riesgo estar aquí?— Deberías responder a mi pregunta antes de hacer otra.— dijo Kloe, con una risita nerviosa, para ella era increíble que un hombre como él actuara de esta forma frente a ella.— Tienes razón, Kloe, desde el día que te vi, en aquella fotografía mal tomada por uno de mis compañeros, supe que eras la mujer más hermosa de este mundo.— se confesó Tom, este era el momento de decirlo, si ya era o
Era evidente la sorpresa en el rostro de Kloe, ella podía esperar que fuera cualquier persona quien la estuviera llamando a la puerta, pero para su asombro era Oliver, quien ella pensaba nunca más volvería a ver en su vida. No era algo terrible volverlo a ver, pero después de enterarse de lo que él sentía por ella, era una situación que Kole hubiese preferido evitar. Todo el drama de sus más de cinco años perteneciendo a la familia Harper, era suficiente, no necesitaba agregarle otro ingrediente a todo esto.— Solo estoy sorprendida, no esperaba verte y menos a estas horas.— dijo Kloe, sosteniendo el paquete envuelto con un bonito moño, sin reaccionar del todo bien todavía.— no debiste molestarte. Gracias por esto.— En cuanto lo vi, supe que debía dártelo.— explicó Oliver, sonriendo, viendo fijamente a Kloe, perdiéndose en el mar que llevaba en sus ojos.— ¿no lo abrirás?— Por su puesto.— respondió Kloe, ella esperaba que él se fuera pronto, quería volver a su habitación
El corazón de Kloe estaba muy conmovido, Oliver tambien había sufrido mucho, ella sabía muy bien lo difícil que era enamorarse de una persona y no poder estar juntos nunca más, le pasó justo antes de casarse con George, con el hijo de un viejo amigo de la familia y aunque fue todo muy rápido, ella igual habría querido conocerlo mejor.Ahora, debía buscar la manera de convencer a Oliver que se olvidara de ella, ya había alguien más luchando por salvarla, no tenía sentido arriesgar a otras personas, ya era suficiente con todo esto.— No debes preocuparte por mí, tampoco vine a pedirte que te enamores de mí, lucharé por ti Kloe, tú mereces ser feliz y yo quiero ayudarte, si el destino no quiere que estemos juntos, yo lo entenderé, pero no descansaré hasta verte vivir en libertad.— sentenció Oliver, decidido, ya había perdido a un gran amor, ahora, quería luchar por este otro.— Apenas nos conocemos, ¿Cómo puedes estar seguro de lo que crees que sientes?— preguntó Kloe, seguía si
A pesar de que ya Kloe estaba enterada que su esposo asesinó o mandó a hacerlo al hijo de Marta, escuchar esta historia desde el punto de vista de Oliver era más que intrigante, un amigo dolido, sin miedo a su padre, sabiendo que podría hacer cualquier cosa con él sin importarle el vínculo de sangre que los unía.Ahora sería muy difícil para Oliver seguir relatando la historia, Marta al sospechar el tema de conversación entre su otro hijo, elegido por ella y Kloe, se quedó en las inmediaciones de la mesa de ambos, limpiando algunas cosas o simplemente fingiendo que lo hacía, pero tuvo que volver a la mansión cuando Martial la mandó a llamar. — Marta es muy astuta, sospechó lo que hablábamos, por eso se quedó aquí, ella no debe estar muy contenta de verme aquí.— dijo Oliver, al asegurarse que Marta ya no podría oírlo. — Ella es muy buena, se debe preocupar mucho por ti y tiene razón.— repuso Kloe, sobando un poco su vientre.— ¿También quieres que me vaya?— preguntó Oliver, quien sabí
Luego de esa extensa conversación con Oliver, Kloe podía pensar que ahora si estaba confundida, algo que era realmente escalofriante porque sentir esto con el hijo de tu esposo era algo que no podía ocurrirle a ninguna mujer.Afortunadamente Oliver había salido para la hora del almuerzo, aunque ya ella no odiaba el acercamiento que él insistentemente buscaba con su madrastra, Kloe debía mantenerlo al margen, como otra opción para huir de la mansión y de las garras de los Harper, nada más. — Debe enseñarme a preparar ese estofado señora Marta.— dijo Kloe al entrar en la cocina con su plato, que parecía estar sacado del lava vajillas. — Señorita, no debió traerlo, para eso estamos nosotros.— respondió Marta, algo áspera, confundiendo a Kloe, dado que ellas dos se habían llevado bien todo el tiempo.— Sabe que no me gusta sentirme inútil, además, todos deberían levantar su plato de la mesa al menos.— insistió Kloe, apenada, además de Oliver, Marta era la única persona con q