Después de un par de minutos intensos para Geoger, donde todo el mundo lo elogiaba y admiraba, llegaba al escenario, imaginándose lo que pudo haber sido su campaña política, arruinada por su esposa quien estaba entre la multitud, o eso era lo que suponía el viejo Harper.Este era el momento perfecto para poder hacer cualquier cosa por salvar a Kloe y Tom lo sabía, planeó todo a la perfección, hasta el mesonero que detuvo a George unos treinta segundos demás antes de llegar al escenario estaba en el plan. — Señorita Kloe, debe venir conmigo ahora mismo.— le dijo una de las promotoras del evento a Kloe, quien sin entender nada de lo que ocurría la siguió sin pensarlo. — ¿Qué ocurre?— preguntó de igual forma Kloe, nada podía ser peor al infierno en el que vivía, así que seguiría al mismo satanás si fuera necesario. — Solo camine, no es momento de explicar nada.— respondió la chica, apartando todo lo que se le atravesaba en el camino, caminando muy rápido, casi que a ritmo
Un año después, en una remota playa de México, Kloe se preparaba para su nueva boda, sería algo simbólico por supuesto, dado que ella aún estaba casada legalmente con George. Pero esto valía más que cualquier papel, ella jamás había recordado que fuera tan feliz en su vida como lo era ahora, Tom no sólo era un novio maravilloso, también era un padre excepcional y cuidaba del pequeño Thomas como si fuera suyo, sin importar quién era su progenitor, lo amaba de la misma manera que amaba a Kloe. —Ya es hora, estas preciosa.— le dijo Marta a Kloe, quien después de la liberación de George y con la propuesta de Tom, decidió salir al fin de esa mansión. En un momento de su vida, vengarse de George era su prioridad, pero tras una conversación con Tom, antes de sacar a Kloe del hotel, ella decidió que lo mejor era huir también, su jefe se quedaría prácticamente solo, para vivir sus últimos años de esa manera, un verdadero castigo para su alsado ego.—Muchas gracias Marta, toda la facil
Kloe se levantaba otra vez con dificultad de su cama, esto parecía normal en ella últimamente, poner un pie en el suelo con mucho cuidado para no sentir tanto dolor, a su lado estaba su esposo, un hombre cuarenta y cinco años mayor que ella y con el cual se tuvo que casar para poder sacar de la quiebra a su padre.El señor Harper, un poderoso empresario y político, envuelto en infinidades de tramas de corrupción, que fueron sutilmente ocultadas y que hasta ahora, cuarenta años después de estar metido en tipo de negocios sigue siendo, ante los ojos de la sociedad, un tipo inteligente, humilde y un buen cristiano.Kloe entró al baño para ver el daño de anoche, George siempre fue muy cuidadoso de nunca golpearla del cuello para arriba, tampoco lo hacía en sitios en donde ella no pudiera ocultarlo fácilmente y de ser necesario, Kloe debía inventar siempre una muy buena excusa que no levantara ninguna sospecha de lo que realmente le ocurría. “Debo huir de aquí”Ese era su pensamiento cada
Suficiente tormento había sido pasar toda la tarde con personas a las que no les agradas ni un poco solo por complacer a tu querido esposo, mientras él apenas y nota tu molestia y sin importarle nada de eso en lo absoluto. Volver al encierro en la mansión era mejor que estar obligada a escuchar extensas conversaciones de negocios y chistes hirientes sobre ti y tu familia, alentados por el hombre que se supone debe estar para cuidarte y protegerte siempre.Bien guardada quedó la tarjeta con el número de aquel agente del FBI, apuesto y atlético agente, ese era el tipo de hombre con el que siempre nuestra quería Kloe había soñado con casarse algún día. Aunque después de esta experiencia nupcial con el desgraciado de George, ella simplemente soñaba con un hombre que la quisiera, la respetara, la tratará como era debido y sobre todo que no la maltratara a su antojo.Pero su vida no sería fácil y con una enfermedad difícil de tratar desde su niñez hizo que su padre se aprovechara de eso y
Capitulo 3Con el corazón en la boca, sintiendo la fuerza con la que le latía, Kloe salió de la terraza, debía distraer a su esposo, nadie podía ver a Tom ahí.— Kloe, ¿Dónde estás metida?— volvió a gritar George, subiendo el tono, enfureciéndose. — Estoy aquí, solo estaba tomando un poco de aire.— respondía Kloe, acercándose hasta su esposo para que este no entrara a la terraza y la encontrara con Tom.— ¿Con quién estás ahí?— la increpó George, por alguna razón él siempre pensaba que ella estaba haciendo las cosas mal.— Con nadie, solo estaba tomando ai…— intentó explicar ella, pero George apenas y la escuchó, salió a la terraza a verificarlo por sí mismo.Kloe no sabía si salir corriendo de ese lugar, aprovechar que todos estaban en la fiesta y escapar, lejos, muy lejos, donde nadie pudiera encontrarla, estar si un hogar y sin dinero sería mejor comparado con lo que ocurriría después que encontrara a Tom en la terraza.— No entiendo.— decía George desde afuera
Sin más remedio, Kloe se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina, a nadie le importaba si ella estaba embarazada o no, de igual forma, debía posponer por unos minutos mas su primera comida del día, para buscarle, un jugo de naranja sin hielo a la hija de su esposo, esto era una completa locura. Llena de impotencia, Kloe tiró el jugo con todo y vaso, quebrándose en el suelo y estando a punto cortarse.— Señorita Kloe, cuidado, no debió venir hasta acá, fácilmente me pudo haber llamado.— le dijo Marta, quien corrió a la cocina al escuchar el vaso quebrarse. — Descuida, solo se me resbaló, necesito un vaso con jugo sin hielo por favor.— le pidió amablemente Kloe el jugo a Marta, quien sabía mejor donde estaba, está era una enorme cocina, donde fácilmente, quien no la conoce, puede tardar horas buscando un simple cubierto para postres de plata fina. — Oh, lo olvidé, verdad que el jugo de la señorita Dasha era sin hielo, pero ¿Por qué vino usted a buscarlo?— le preguntó
En un momento de descuido, mientras Kloe eliminaba todos los rastros de que en su teléfono estaba toda esta información, George ya no estaba en el jardín, con el corazón acelerado, salió del baño, nadie podía sospechar nada, todo debía estar en orden.George entró en la habitación, utilizaría el baño, pensando que su esposa estaba haciendo lo mismo que él haría por todo este tiempo que no la había visto. Él pasó directo al inodoro, sin percatarse o simplemente sin darle a importancia a la presencia de su esposa en la habitación. Desesperada, con la adrenalina en su máxima expresión, Kloe se dirigió a la cocina, necesitaba un vaso con agua, tomar aire fresco, liberar toda la presión que sentía en su cuerpo por lo que acababa de hacer, ya no había marcha atrás, le había dado a la justicia lo que necesitaba para encarcelar a su esposo, al padre de su hijo. ¿Está bien lo que hice? ¿Cómo le diré a mi hijo que su padre pasó el resto de su vida en prisión por mi culpa?Pensaba Kloe, a qui
Pasar la primera noche si esa terrible persona al lado para Kloe era un sueño, aunque a mitad de la madrugada se convirtió una pesadilla que la despertó con el corazón acelerado.George vigilaba desde la cárcel a su esposa, incluso podía lastimarla, cosa que Kloe pensaba que no ocurriría mientras él estuviera lejos de ella.Con los primeros rayos del sol, Kloe pudo escuchar como ingresaban a la propiedad de su esposo varios autos, también se oían algunos ruidos afuera de su habitación, personas caminando de un lado a otro, situación que la ponía muy nerviosa y poco decidida de salir a tomar el desayuno, tan importante para ella dado su embarazo.— Señorita, pensé que no saldría de su habitación, aquí está su desayuno.— sorprendió Marta a Kloe, quien había tomado el camino más largo hacía el comedor.— Pensé en no hacerlo, pero mi hijo necesita que yo desayune.— respondió Kloe, viendo en esto la oportunidad de preguntarle a la ama de llaves de como y por qué estaba involucrada en los ac