Una semana pasó desde el día de la detención del empresario y futuro candidato político George Harper, era el mayor tiempo que el distinguido líder de su secta de socios multimillonarios había pasado tras las rejas.En la mansión, los ánimos se habían calmado un poco, los verdaderos herederos de la antigua familia se mantuvieron al margen de Kloe quien día tras día veía su vientre crecer poco a poco.— ¿No han encontrado nada aún?— preguntó secamente George, al ver que sus hijos se sentaban en la silla detrás de la ventana de vidrio reforzado de la cárcel de máxima seguridad de la ciudad.— Aún nada papá, ¿Estás seguro que fue ella?— replicó Martial, quien estaba serio, él era igual que su padre y por esta razón solían repelerse. — Por supuesto que fue ella, ¿Cuántas veces se los tengo que decir?— perdía la paciencia George, dándole un golpe a su escritorio, hacía mucho tiempo que no golpeaba a alguien y ya se empezaba a sentir sobrecargado de maldad.— deben apresurarse, sin mí en la
Kloe se encerraba nuevamente en su habitación, esto ya se convertía en una costumbre, pasar horas sentada en su balcón, observando el mundo exterior como un sueño, una ilusión o como una realidad que nunca llegaría a su vida.Esto se convirtió así, desde que sus padres prácticamente la vendieron a George, un trato ilegal por supuesto, pero que muy difícilmente puede ser disuelto por una víctima que estaba completamente sola este mundo, sin acceso a dichos documentos o con pruebas suficientes que puedan confirmar lo contrario.— Kloe, ¿Puedes salir un momento?— tocó la puerta de la habitación Oliver, este se había ausentado un par de días para asiatir a un evento de caridad en la ciudad de Miami.Kloe no respondió, ella odiaba a todo el que llevara apellido Harper, y aunque llegó a pensar que Oliver podía ser diferente, su odio se renovaba con cada día que pasaba encerrada en esa enorme mansión.— Por favor Kloe, debes salir, me dijo Marta que estas encerrada todo el tiempo, es
Para el agente encubierto del FBI, no solo estaba entre sus planes concretar su trabajo de encerrar por lo que le restaba de su vida a George Harper, ahora quería demostrarle a Kloe, la esposa del mafioso que podía confiar en él.La primera lección dentro del entrenamiento como agente encubierto es no involucrarse emocionalmente con cualquier persona dentro de un caso, lección que Tom había cumplido muy bien en todos los años que tenía haciendo este trabajo, pero que olvidó en este último.Él estaba hipnotizado, ya no solo le interesaba hacer justicia, ahora también estaba dentro de sus prioridades hacerle entender a esa hermosa mujer que ella le interesaba mucho más de lo que se pudiera imaginar.— ¿Algo salió mal en tu trabajo?— preguntó él padre de Tom, al verlo sentado en la terraza con una copa en la mano, esto era algo muy difícil de ver en él. — ¿Ahora si crees que es un trabajo digno?— preguntó Tom, sin ver la cara de su padre.— Vamos hijo, creo que preocuparme p
— Si, su confianza, la corrupción de tu esposo traspasó varias fronteras, incluso algunas que yo creí eran intraspasables.— seguía explicando Tom, esperanzado, Kloe había bajado la guarda un poco, este era su momento para pelear por ella.— ¿Qué quieres decir con eso?—preguntó Kloe, confundida. — Incluso en el FBI tiene gente comprada y aunque aún no ha llegado hasta donde quiere llegar, es cuestión de tiempo para que den conmigo, por eso necesito que confíes en mí.— respondió Tom, tomando una mano de Kloe y envolviéndola en las suyas. Por unos segundos, Tom sentía como diferentes choques eléctricos recorrían todo su cuerpo, era una sensación que nunca había sentido, sentir la suavidad de su mano era una experiencia increíble, ella era la indicada, no había duda de esto.Por su parte, Kloe sintió algo similar, no era exactamente igual a lo que él sentía, pero definitivamente su estómago había sido invadido por cientos de mariposas, revoloteando de un lado al otro, indicá
Sin saber el por qué, Kloe se sentía un poco más esperanzada, esto gracias solo a la sorpresiva visita de Tom, era reconfortante para ella sentir que alguien, aunque sea un poco, estaba interesado en ella. ¿La razón de su interés? Ella no lo sabía, pero ya esto había sido lo más grande que alguien había hecho por ella en toda su vida, después claro está, del esfuerzo de sus padres por salvarla de esa terrible enfermedad en su infancia. Aunque hubiese sido preferible morir en aquellos momentos, pensó alguna vez Kloe, si eso pasaba, ella no habría pasado tantos días de agonía, sufrimiento y desprecio, como lo fueron cada una de sus horas metida en esa mansión, al lado de un cerdo detestable como su esposo George.— No debes ser tonta Kloe, no confíes en él tan rápido.— hablaba Kloe, consigo misma, ella había perfeccionado sus conversaciones a solas, como siempre estuvo en casi toda su vida. — ¿Por qué no puedo confiar en él? ¿Quién más se arriesgaría de esa forma sin decir la
Solo por el lugar en el que estaban y por la cantidad de medios de comunicación que habían cohibieron una reacción realmente feroz por parte de Oliver. Tom había jugado sucio, se supone que esa información era algo secreto, solo unos pocos estaban informados de esa situación y ahora él inclinaba la balanza a su favor.— Debes ser un maldito lacayo muy adulador para saber esta historia.— rugió en silencio Oliver, él era muy calmado, en pocas ocasiones reaccionaba agresivamente y de estar en otro lugar esta podía ser una de ellas.— Puedo ser lo que tu quieras, pero no te aconsejo a que hagas lo que estás pensando.— sentenció Tom, alejándose del lugar, los ánimos ya estaban caldeados, a punto de ebullición y esto solo lo dejaría mal parado a él también. ¿Cómo Tom podría explicar un conflicto con el hijo de su jefe y salir bien librado de ello?Solo por esta razón era mejor dejar este asunto así, ya lo había asustado, quizás, Oliver ya no querría acercarse más a Kloe, esto le de
Los sentimientos de Oliver eran un remolino, desde que conoció a la esposa de su padre, quedó encantado desde ese primer momento, si, su madrastra, ¿Qué locuras estaba pensando? Dentro de los hombres hay códigos, que nunca se escribieron, pero siempre debían ser respetados, aunque como todo en esta vida, la palabra “siempre”, no siempre irónicamente, cumplía con su significado al pie de la letra. — ¿Hambriento joven Oliver?— le preguntaba la jefa de la cocina, Marta, al hijo de su jefe, quien se encontraba en sentado en la mesa, repitiendo otro plato de estofado, muy raro en él que siempre llevaba una dieta muy estricta. — La verdad, nunca probé un estofado tan delicioso como el tuyo.— respondió Oliver, sonando un poco melancólico. — Hablas como si volverás a perderte de esta cosa por un largo tiempo.— intuyó Marta, quien conocía muy bien a Oliver, quizás, era quien lo conocía mejor después de su madre.— Siempre fue difícil ocultarte algo, ¿por qué será?— sonrió O
Hablar de amor a estas alturas era algo apresurado y sin sentido podríamos decirlo, pero para Tom Blondet, un agente del FBI, acostumbrado a estar siempre solo era algo que no tenía ninguna explicación. Entonces, ante la pregunta de Kloe, que tenía mucho sentido realmente, Tom quedó paralizado, ¿era este el momento de decirle a ella qué pondría su vida en peligro mil veces por conquistar sus labios?— ¿Por qué lo hago?— replicó Tom quien no tenía una respuesta exacta o a lo mejor, su orgullo de hombre solitario no lo dejaba responder sinceramente.— ¿crees que es mucho riesgo estar aquí?— Deberías responder a mi pregunta antes de hacer otra.— dijo Kloe, con una risita nerviosa, para ella era increíble que un hombre como él actuara de esta forma frente a ella.— Tienes razón, Kloe, desde el día que te vi, en aquella fotografía mal tomada por uno de mis compañeros, supe que eras la mujer más hermosa de este mundo.— se confesó Tom, este era el momento de decirlo, si ya era o