DESCUBIERTOS CONFLICTOS
Con una pequeña sonrisa en la cara, alargué una mano y tanteé el espacio a mi lado. Pero al no tocar nada más que las frías sabanas, abrí un ojo. Me encontraba sola en la cama, Demián no estaba.

Disgustada fruncí los labios al tiempo que me sentaba con las piernas cruzadas y estiraba los brazos sobre la cabeza.

No puedo creer que se haya ido, pensé mirando la salida del sol. Después de todo lo que dijo ayer... Después de todo lo que sucedió...

Sin embargo, mi enojo duró poco, pues de repente escuché fuertes ruidos venir del piso inferior, también olisqueé el delicioso aroma del pan recién tostado.

Rápidamente salí de la cama y me puse la bata. Salí corriendo de la habitación y bajé deprisa las escaleras, más emocionada y feliz que nunca.

—Creí que te habías ido —dije apenas lo vi, parado en medio de la sala.

Esperé la misma efusividad que la mía, o al menos algo de alegría, pero no pasó. Él se encontraba de espaldas a mí y no respondió a mi saludo.

—¿Demián?

Continuó
Tatty G.H

Lamento la tardanza. Mañana FELICES MOMENTOS. Gracias por leer y seguir COMPLÁCEME Y DESTRÚYEME.

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