Capítulo 363
—¿Sí? —respondió él, esperando que continuara.

—No… nada. Que seas muy feliz. —La voz se le quebró. Se dio la vuelta y se marchó con pasos apresurados. Había preguntas que no se atrevía a formular, por miedo a no tener un nuevo pretexto para volver a verlo.

Alejandro la contempló hasta que desapareció de su vista. Luego regresó al comedor, donde encontró a Luciana devorando una pequeña codorniz asada.

La sola imagen le aclaró el semblante, como si borrara de un plumazo cualquier malestar.

—¿No ibas a esperar la pasta? —se burló con un dejo de ternura—. ¿Por qué comienzas con la codorniz?

—Puedo comer ambas cosas —contestó ella, quitándole carne al ave—. Tranquilo, que esta codorniz es tan pequeña que me cabe un plato más sin problema.

Alejandro se sentó a su lado y le dio una palmadita cariñosa en la cabeza:

—Qué linda. Sigue disfrutando, entonces.

Después de que terminaran de desayunar, ella y Alejandro se dirigieron sin prisa al salón donde la esperaban para prepararla como novia. El
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