Capítulo 295
Al instante, Clara se quedó rígida, incómoda.

—A ver… no es tan fácil. Un trasplante de hígado no se hace así como así…

Ricardo se dio cuenta de la vacilación de Clara y cerró los ojos, irritado. Tal como sospechaba, por eso nunca se lo contó.

Mónica, percibiendo la incomodidad de su padre, intervino de inmediato.

—Papá, soy tu hija. Supongo que soy compatible, ¿no?

—¿En serio? —Ricardo abrió los ojos de golpe, una luz de esperanza asomando en su mirada—. ¿Estás dispuesta a donar parte de tu hígado a mí?

—Claro, soy tu hija. Es lo que debo hacer —afirmó Mónica con una sonrisa dulce y obediente.

Pero enseguida añadió, con un suspiro:

—Solo que, Alex cree que estoy embarazada. Si ahora digo que quiero donar mi hígado, ¿no se descubriría todo el engaño?

Ese comentario encendió de nuevo las alarmas en Clara, quien se apuró a apoyar esa idea:

—¡Es cierto, Mónica está a punto de casarse con un hombre rico! ¡No podemos permitir que nada arruine sus planes!

Al escuchar esto, el semblante de Ri
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