Todo parece funcionar a la perfección, sigue siendo extraño tanto para él como para mí, pero ninguno de los dos detiene la situación y sé que debería hacerlo. No está bien que lo utilice de esta manera, pero soy lo suficientemente egoísta como para utilizar sus sentimientos hacía mí para desquitarme y solucionar mis inseguridades.
De repente, es mi conciencia la que me ataca, recordándome que no puedo ser tan perra como para utilizarlo. Eso me hace reaccionar y abrir los ojos. Me aparto de Tyler y dejo distancia entre los dos. Sigue con los ojos cerrados y cuando los abre parece confundido. Me observa intensamente y sonríe, pero no puedo corresponderle esta vez.
Tengo una cosa clara: No quiero utilizarlo como distracción.
No creo que se lo merezca. Además, lo quiero como amigo y nada más. No obstante, la cosa es un poco complicada cuando sé que siente algo por mí y yo vuelvo a darle esperanzas con algo que no va a suceder.
Aprieto los labios y agacho la mirad
Sólo es lunes y ya estoy harta de ir a clase, dado que Alyssa está enferma y Amanda se ha quedado a cuidarla..., dejándome tirada en medio de una universidad que apenas conozco.Tenía la esperanza de que Sam apareciera y pudiera hablar con él, pero no hay suerte y tampoco tengo nada que hacer hasta el final de las clases. Eso se debe a que tengo la mala suerte de no tener coche y no puedo llamar a nadie que me recoja porque todo el mundo me ha dejado tirada.Panda de cabrones.Estoy frustrada y cansada, así que me dirijo hacia la cafetería en busca de mi chute de cafeína diario. Hay una cola infernal delante de mí.Alguien me posa la mano en el hombro y doy un respingo por la sorpresa. Al darme la vuelta doy de lleno con los ojos azul cielo de Aiden, que me sonríe de un modo burlón mientras me indica que podemos pasar al principio de la cola, donde se encuentra Dave con su grupo de amigos tatuados.Lo miro un poco perpleja porque haya sido él quien me h
Espero en la entrada del aparcamiento a que no haya ignorado mi mensaje. Miro el reloj compulsivamente mientras comienzo a dar golpes en el suelo con el pie, impaciente. Ya han pasado cinco minutos desde la hora que le marqué y sigue sin aparecer.No sé dónde coño se ha metido, pero sé que lo necesito ahora y cuanto antes.Empiezo a perder la esperanza y a buscar en Google el número de taxis de Chicago cuando vislumbro el pelo rubio ceniza de Aiden. Está despidiéndose de un par de chicos y aún no me ha visto. Levanta la vista y sonríe al verme, le devuelvo una mirada agria y señalo mi muñeca con el dedo, indicándole que llega tarde.Pone los ojos en blanco mientras se acerca a mí.—¿Qué necesitas? Creo que no pillas el concepto de ignorar —lanza con prepotencia mientras saca las llaves del coche.Camino detrás de él hasta un Camaro negro. Dios, aquí todo el mundo tiene coches caros o es cosa mía, sin más, todo el mundo tiene coche. Me deslizo dentro de
Durante los próximos tres días lo único que hago es estar en la cama, viendo la televisión o durmiendo. Sólo me muevo para ir al baño o ducharme y únicamente recibo las visitas de Amanda o Alyssa, y las de Richard, para cambiarme las vendas o traerme la comida; tampoco he vuelto a ver a Elizabeth desde que la eché de la cocina. Tyler me llama una vez al día para saber cómo estoy.Ni siquiera he vuelto a hablar con Natalie y no sé nada de Sam desde que le tiré el café por encima.Todos me preguntan cómo me he hecho lo de las manos, y siempre utilizo la misma excusa de siempre: me estallé un vaso. Sólo Tyler y Elizabeth saben la verdad, tal vez Richard también lo sepa, pero no me menciona nada al respecto.Lo que más he hecho durante todos estos días ha sido pensar. Tengo demasiado tiempo libre y no hay algo especial que cubra las ho
Se levanta de la cama con dificultad y choca conmigo al hacerlo. Le dedico la sonrisa de los hoyuelos y niego con el dedo.Se está poniendo nervioso y sé que la anticipación lo está consumiendo. Vuelvo a alejarme, dándole su espacio mientras juego con el dobladillo de la camiseta.—No creo que tu reputación te importe, sino lo que pueda a llegar a pensar de ti, pero estoy segura de que quieres descubrir a este problema con problemas —lo desafío. Él contiene la respiración en respuesta.Lo miro una última vez antes de quitarme la camiseta por la cabeza y tirarla detrás de mí. Su expresión se endurece, intentando no mirarme, pero sus ojos siguen sus instintos.Frunce el ceño levemente y desvía la mirada mientras asiente levemente con la cabeza.—Y que te hace pensar atiqueyoquiero hacerlo —lanza de v
—Papá, no sé hacer este problema —dije con un infantil puchero.Las matemáticas no eran lo mío. Además, los problemas se me dan más que fatal. Nunca voy a aprender a hacer divisiones con tres divisores.Papá se levantó del sillón, sentándose a mi lado, y entonces se rio con suavidad mientras leía el problema, su ceño se frunció levemente. Papá siempre me ayudaba con los deberes, pero también era muy exigente con mis estudios.—Este es muy fácil, Becca —me cogió el lápiz de la mano y garabateó un montón de números en el cuaderno mientras jugueteaba con la goma. Lo observaba—, otra cosa es que no te apetezca pensar —añadió con una sonrisa.Papá siempre tenía una sonrisa para mí, hasta cuando era una vaga que no quería pensar cómo resolver un problema. Apoyé la mejilla en la palma de la mano y suspiré aburrida. Lo miré ceñuda, observando los números que me sonaban a chino.No entendía porque tenía que estudi
Entrecierra los ojos con determinación y se pellizca el puente de la nariz antes de clavarme con la mirada. Ahora sí parece realmente enfadado y agobiado ante mi respuesta, pero tengo mis razones para comportarme así, o al menos eso creo.Frunce el ceño y sus labios forman una fina línea mientras se encoge de hombros y suspira. No sé qué piensa en estos momentos, pero su expresión me confunde, haciendo que un nudo se forme en mi estómago.—Te miro como si me importaras porque me importas. —Suspira y me obliga a mirarlo—. Si no me interesaras no hubiera dejado que me gritaras, me insultaras, y mucho menos me utilizaras a tu antojo. —Intento hablar, pero una mirada es suficiente para hacerme callar—. Jamás me he molestado en buscar a nadie, ni quedarme bajo la lluvia con la esperanza que me abrieran la ventana. No dejaría que me tirara un café por encima y se
El ruido de gente subiendo y bajando escaleras me despierta al mismo tiempo que la puerta se abre de golpe, haciendo que me levante rápido y alerta. Anoche se me pasó cerrarla. Tengo la cabeza espesa y me cuesta enfocar la mirada en la figura que está a la puerta de mi cuarto.Nora está alternando la mirada entre mi cara y el cuerpo dormido de Sam. Le hago señas para que entre, obedece y cierra la puerta. Tiene una sonrisa permanente y una mueca divertida cruza su cara angelical.Se cruza de brazos y sus ojos grises inspeccionan la escena para luego volver a fijar la atención en mí.—Sabía que había algo entre tú y Sam —apremia mientras da palmadas de alegría—. ¡Lo sabía! —exclama, triunfante. Sus gritos me perforan los oídos e intensifican mi dolor de cabeza a niveles peligrosos.Me llevo los dedos a las sienes y las masajeo para intentar buscar una solución a mi problema.—Shh. Cállate, me levantas dolor de cabeza —gruño con los ojos cerrados.G
Amanda me sonríe detrás de la puerta y me mira con cara rara, pero la oculta rápidamente. Observo que va abrigada hasta los dientes, cuando yo en cambio tengo un calor que me muero.Esbozo una sonrisa forzada y empiezo a ponerme nerviosa. Esto tiene que ser una puta broma y Amanda no está delante de mí, revisando mi habitación por la apertura que tengo entre las puertas.—Oye, ¿vas a dejarme pasar? —inquiere con una sonrisa. Me hace a un lado y pasa como Pedro por su casa—. Gracias —musita con voz cantarina.Mira mi habitación con detenimiento, caminando de un lado a otro, como si fuera una revisión de desperfectos, consiguiendo que me ponga nerviosa con cada paso que da, pero al final sólo posa el abrigo y la bufanda sobre el diván. Me cruzo de brazos y hago todo lo posible para tranquilizarme y no arrancarme los pelos por lo irritada que estoy. Me sorprende su intromisión en mi habitación tanto como que esté aquí.Se sienta en la cama y mira por el balcón,