22

—Papá, no sé hacer este problema —dije con un infantil puchero.

Las matemáticas no eran lo mío. Además, los problemas se me dan más que fatal. Nunca voy a aprender a hacer divisiones con tres divisores.

Papá se levantó del sillón, sentándose a mi lado, y entonces se rio con suavidad mientras leía el problema, su ceño se frunció levemente. Papá siempre me ayudaba con los deberes, pero también era muy exigente con mis estudios.

—Este es muy fácil, Becca —me cogió el lápiz de la mano y garabateó un montón de números en el cuaderno mientras jugueteaba con la goma. Lo observaba—, otra cosa es que no te apetezca pensar —añadió con una sonrisa.

Papá siempre tenía una sonrisa para mí, hasta cuando era una vaga que no quería pensar cómo resolver un problema. Apoyé la mejilla en la palma de la mano y suspiré aburrida. Lo miré ceñuda, observando los números que me sonaban a chino.

No entendía porque tenía que estudi

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP