Tarah O'Kelly “Respira profundo Tarah, no vayas a pelear con tu padre, porque vienes llegando, mejor cálmate y hablas”, me dije contando hasta diez, porque en verdad no quería conflictos y en mi estado no era bueno tenerlos. Así que opté por quedarme en silencio, ni siquiera supe por cuanto tiempo procesando la propuesta de mi padre. Sabía que mi familia estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para ayudarme, pero casarse con Paul Tremblay, un hombre al que nunca había visto, porque era dueño de la primera empresa fabricante de aviones del mundo era una decisión importante y comprometedora. Finalmente, cuando me sentí más calmada, levanté la mirada y me dirigí a mi padre con determinación. —Papá, entiendo que estés tratando de protegerme y a mi hijo, y sé que tu oferta viene producto de tu amor y preocupación por mí. Pero casarme con un hombre que no conozco, no lo voy a hacer, ni menos arriesgarme a exponer a mi hijo. Mi padre asintió, pero no me dio la razón. —Tarah, est
Tarah O'KellyY después de un par de semanas, estaba allí, en una ceremonia de boda sencilla en el jardín de la casa de mis padres, caminando por un pasillo para encontrarme con Paul que estaba esperándome con una sonrisa en sus labios, se veía feliz.La ceremonia fue rápida, aunque muy significativa y conmovedora. A pesar de que nuestra unión no era un matrimonio tradicional por amor, había una sensación de complicidad y respeto entre nosotros. Prometimos apoyarnos mutuamente en esta nueva etapa de nuestra vida, con todos sus desafíos y sorpresas. La presencia de mi familia en la ceremonia, significaba mucho para mí.Cuando el oficiante declaró que éramos oficialmente marido y mujer, intercambiamos sonrisas y miradas cómplices. Mis padres, hermanos y mi amiga Sara que asistieron a la ceremonia aplaudieron con alegría, celebrando esta nueva fase de nuestras vidas.Después de la ceremonia, los invitados se reunieron en el jardín para disfrutar de una comida en familia y compartir anéc
Alexis Nickolai KontosVeía al pequeño niño corriendo hacia mí, era una réplica mía, todo él, desde la forma de su cara, la forma de su nariz, sus labios, su color de ojos y cabello, eran exactamente como los míos, tenía una sensación de estar viéndome de pequeño.Me arrodillé en el suelo para recibirlo, abrí mis brazos de par en par porque moría por abrazarlo, pero no se detuvo a mi lado, sino que siguió corriendo dirigiéndose detrás mí, abrazó a un hombre tomándolo por el cuello y besándolo en sus mejillas.—Papá, te amo —le dijo con un tono lleno de ternura.Esa escena me golpeó como un torbellino de emociones. ¡Observé al niño que me recordaba tanto a mí! Mi Corazón latió con fuerza mientras intentaba comprender la escena frente a mí.—No, yo soy tu papá —le dije girándome hacia él y el niño negó con la cabeza.—¡No! ¡Tú no me quisiste!Al escuchar esas palabras me desperté sobresaltado, con una leve capa de sudor cubriendo mi frente, y mi corazón encogido en mi pecho producto de
Tarah O'Kelly Los meses fueron pasando, Paul seguía luchando contra la enfermedad, mientras yo no dejaba de pedirle al cielo un milagro, lo acompañé a algunas revisiones médicas, pero las noticias eran cada vez más desbastadora, sin embargo, me aferraba a la posibilidad de que algo surgiera. Disfrutábamos de algunos paseos por el parque, cenas románticas y viajes de fin de semana. Descubrimos que teníamos muchos intereses en común, desde la música hasta la comida exótica, y disfrutábamos cada momento que pasábamos juntos. Paul siempre me sorprendía con pequeños gestos, como dejar flores frescas en la mesa del desayuno o escribirme notas de amor. Estos gestos sencillos, pero significativos, me recordaban constantemente cuánto significaba para él. El embarazo avanzó, mi vientre crecía a medida que el tiempo pasaba. Paul tomaba mi mano y la colocaba junto con la suya en mi vientre, para que juntos pudiéramos sentir los movimientos del bebé. Su ternura y cuidado durante este período me
Alexis Kontos Cuando lo vi una extraña sensación me recorrió, el niño me miró con una expresión de curiosidad, mientras yo sentí mi cuerpo temblar. —Hola, bebé ¿Cómo te llamas? —pregunté con voz quebrada por completo, conmovido, me parecía increíble que ese pequeño fuese real y no producto de mis sueños.—Bebé —dijo el niño.Su presencia en ese lugar, solo podía significar que Tarah debía estar por allí.—¿Dónde está tu mamá? —le pregunté y el niño hizo un gesto levantando la mano con la palma hacia arriba.—No che… mamá tabajando —respondió el pequeño con voz infantil.Antes de que pudiera seguir conversando con él, se escuchó la voz de una mujer.—Liam Paul, ¿Dónde estás? ¿Por qué huiste? —y enseguida apareció una mujer joven reprendiéndolo—, disculpe si este pequeño bribón lo está molestando.Cuando el niño la vio comenzó a reír y a querer bajarse de mis brazos, pero me negaba a dejarlo ir. La chica lo agarró de mis brazos, y después dirigió su mirada a mí, palideció al ver mi ro
Tarah O'KellyAlexis se mantuvo en silencio durante unos momentos, aparentemente reflexionando sobre mi pregunta. Me observó con ojos inquisitivos antes de responder.—Lo que me pidas —respondió y yo me sonreí como el gato que se toma la leche.—¡Muy interesante! Muy bien, puedo decirte lo que yo quiero, pero antes te doy la oportunidad de que me digas que tanto estás dispuesto a dar por esto, ¿Qué me ofreces tú? —pregunté mirándolo con interés.—Te ofrezco una asociación, dándote el 40% de la aerolínea, y que CanaAeroTech, incursione directamente en este mercado. A pesar de esta disyuntiva, Kontos Airline tiene un nombre, una influencia, esto que ocurre es temporal… porque muchas empresas nos negaron los repuestos, y cancelaron los contratos como si alguien hubiese preparado algún plan para ello, y el problema es que aún no han pagado la penalización, porque tienen un plazo hasta de un año para hacerlo, solo que no puedo esperar, el retraso puede jugarme en contra —explicó y a pesar
Tarah O'Kelly Las palabras salieron de mis labios con firmeza, y aunque sabía que mi solicitud podía ser un shock, también sabía que era la manera de asegurarme de que Alexis y todos los suyos pagaran. Mi propuesta de matrimonio quedó suspendida en el aire, y el silencio llenó el ambiente. Alexis parecía completamente desconcertado por mi solicitud, mientras yo mantenía una expresión de determinación, disfrutando de la sorpresa en su rostro. Finalmente, tras unos segundos que parecieron eternos, Alexis dejó escapar una risa nerviosa. —¿Estás de broma o me estás jodiendo? —preguntó, aun sin poder creer lo que acababa de escuchar. —¿Me ves riéndome? —pronuncié con seriedad y él me miró con los ojos entrecerrados—, y no te estoy jodiendo, esa es mi condición para considerar tu propuesta de asociación. Demás está decir que si aceptas haremos capitulaciones matrimoniales, en caso de que yo muera mientras estemos casados no tendrás acceso a mis bienes, el matrimonio es solo por dos años
Tarah O'Kelly Escuchar la voz de Alexis al otro lado confirmando que se casaría conmigo era una especie de orgasmo emocional que estaba sintiendo, mientras por dentro mi yo malvado se reía a carcajadas. —¿Tan rápido aceptaste? Por lo menos pensé que te ibas a hacer de rogar, eres más fácil de lo que penser… aunque pensándolo bien me gusta así, flojito y cooperando. “Firma entonces el contrato” me ordenó como si fuese él quien tuviera el sartén por el mango y yo di un resoplido de enojo. —Alexis, tú no vas a decirme qué hacer, quien tiene el cuchillo por el mango soy yo… no voy a firmar tu maldit0 acuerdo hasta que las condiciones se cumplan —espeté con firmeza. “Entonces mañana mismo vamos a una oficina de registro civil y nos casamos, y así tendrás tu maldit4 cláusula firmada y yo mi maldit0 contrato”. —¡No! ¿Qué crees? Quiero que la boda se celebre en la isla Kontos, en dos semanas y con los mismos invitados, sin excepción que fueron a la boda de tu hija, incluyéndola a ella y