Nueve meses después.Taylor Harris.Me encontraba en mi consultorio con mi abultado vientre, a pesar de que ya estaba en los días que daría a luz, no había querido dejar de trabajar, porque estaba comprometida con lo que hacía.Sin embargo, no esperaba que a mis hijos se les diera por nacer justo en ese momento. Apreté los dientes cuando una intensa contracción se apoderó de mi cuerpo; sin embargo, decidí esperar, porque podía ser falsa alarma, así que traté de relajarme lo más que podía.Pero minutos después volví a ser atacada por otra contracción, respiré agitadamente por el dolor, me agarré con fuerza a los brazos de la silla. El señor Roward seguía parloteando distraídamente frente a mí, gesticulando salvajemente mientras yo sentía que me partían en dos. —Señor Roward —interrumpí el parloteo del hombre con los dientes apretados —. Me temo que tenemos que interrumpir esta consulta médica.El Sr. Roward parpadeó sorprendido. —¿Qué? ¿Por qué demonios haríamos eso? ¿Sabe cuánto ti
Taylor HallEl personal del hospital reaccionó rápidamente ante mi llegada y mi inminente parto. Trajeron una camilla de inmediato y me llevaron hacia la sala de parto. A pesar del dolor y la urgencia, me mantuve tranquila y concentrada en dar la bienvenida a mis bebés al mundo.—Señora Hall, ya debe empezar a pujar —dijo el médico.—No, no lo haré hasta que Levi esté aquí, estos niños lo hicimos juntos y juntos debemos recibirlos juntos —protesté.El Dr. Andrews y las enfermeras intercambiaron miradas de desconcierto. —Taylor, el bebé, viene ahora. Tenemos que traerlo al mundo antes de que haya complicaciones. —No lo habrá —dijo Taylor apretando los dientes —. No voy a hacer esto sin mi marido.—Pero Taylor… —empezó a protestar el médico, pero yo lo interrumpí.—No se preocupe que él está por llegar, y yo puedo esperar —respondí con firmeza, negándome a dar a luz.Jessica HallEstaba en casa de mis suegros, cuando el teléfono de Landon comenzó a sonar y de inmediato él atendió.—
Jessica HallLa tensión y la emoción llenaban el aire, le habían avisado también a la familia de Taylor y eran muchos, más hombres que mujeres, y allí estaban su madre, padre, tíos, era una completa locura, temía que terminaran echándonos por el alboroto que estábamos causando.La familia llegó al hospital y se dirigió rápidamente a la sala de espera al frente de la sala maternidad. Mientras aguardaban, oyeron voces de la enfermera.—¿Vieron a esa mujer? Se vino conduciendo mientras su bebé nacía en el auto ¡Es increíble!La madre de Taylor, quien se encontraba en la sala de espera oyendo, rodó los ojos con incredulidad.—¿Escucharon eso? ¡Qué locura! ¿Te lo puedes creer? Esa paciente debe estar loca para conducir con contracciones, a punto de dar a luz. ¿Qué clase de lunática haría algo así? —dijo, sin sospechar que se refería a su propia hija.Landon rió suavemente y palmeó el hombro de la mujer.—Bueno, lo peor es que... en realidad, conoces a esta mujer. Es tu hija, Taylor —confes
Dos años después.Alexis KontosDesde la terraza de mi casa observaba a toda la familia, incluso a mis hermanos y todos los miembros de la familia Hall, celebrando un nuevo cumpleaños de las gemelas. Jamás imaginé que esa mujer que llegó a interrumpir el matrimonio de mi hija, nos daría tanta felicidad.Veía los niños corriendo de un lado a otro hasta ahora. Eran tres niños, Paul, Carter y Diallo, y seis niñas, Alexandra, Kejsi, Sarai, Elena, Tanya y Leandra, y si a ellos le sumamos a Emiliana, la hija de Gregory y Malcolm, el hijo de Maxwell. Eran cuatro contra siete en total.Los observaba y, a excepción de Paul y Carter que se parecían a mí, los demás eran puro Hall, sobre todo los pequeños Kejsi y Diallo, que parecían mellizos, eran idénticos, solo cambiaban en su sex0, eran adorables, y él, a pesar de ser más pequeño, siempre la protegía. En cuanto a las gemelas de Levi, Tanya era la más tímida y Leandra un vendaval como su tía Tarah. Sarai era una mezcla de su madre y su tía G
Tarah O'Kelly—Señorita Tarah, usted ha sido designada para el traslado de los invitados a la isla donde se celebrará la boda de la hija del señor Alexis Kontos —pronunció mi jefa con seriedad.Aunque todas mis compañeras habían esperado ser designadas, yo no, por eso no pude evitar oponerme.—Pero ¿Por qué yo? Ya estaba destinada para el vuelo de Berlín —protesté.Me molestaba tener que lidiar con un montón de gente rica, snob, que se creían un regalo para la humanidad, esa tarea sería demasiado latosa para mí, ya los había tenido demasiado en mi vida y me negaba a seguir soportándolos.—Usted lo ha dicho, estaba, ahora prepárese que desde mañana a primera hora tendrá que hacer el traslado y deberá quedarse en la isla durante dos días, si no está interesada siempre podemos despedirla —sentenció mi jefa con tono severo, sin darme tiempo a ninguna réplica.Puse mis ojos en blanco con resignación, lamentablemente no tenía otra opción.Salí de allí en silencio y comencé a marcar a mi nov
Tarah O'KellyMi grito resonó en la ceremonia de la boda, dejando a todos los presentes paralizados. La novia comenzó a llorar, me miró con una expresión de sorpresa y confusión, mientras Anthony, parecía un ciervo atrapado en los faros de un automóvil.Yo tambaleándome un poco por la mezcla de alcohol y emociones, di un paso hacia adelante y miré fijamente a Anthony. Mis ojos se encontraron, y en ese momento, un torrente de sentimientos encontrados inundó mi mente. La traición, la ira y el dolor luchaban contra el amor y la confusión.—¡Tony! ¿Qué carajos haces vestido de novio, en una boda donde yo no soy la novia? —dijeí, esta vez en un tono más bajo pero lleno de intensidad. Mi voz estaba llena de preguntas, mi mirada exigía respuestas, me parecía una pesadilla lo que estaba viviendo.La novia, pugnando por contener las lágrimas se acercó y se quedó viéndome.—¿Quién es esta mujer, Anthony? —preguntó con voz temblorosa.Anthony, nervioso y sin saber qué hacer, me miró y luego a
Alexis Nickolai Kontos Me moví con pereza, negándome a levantarme de la cama, cuando de pronto sentí un cuerpo femenino a mi lado, que me rodeaba con sus piernas. Cuando Abrí los ojos vi a la mujer que había intentado interrumpir la boda, me incorporé de un salto en la cama y la miré con desdén. Debí contenerme para no sacarla de la cama, y echarla fuera de allí, no era más que una desvergonzada, primero se daba de víctima haciendo creer que Tony se había burlado de ella, y a los minutos se estaba revolcando conmigo. Estaba claro que solo pretendía arruinarle la vida a Thalía, pero eso no se lo permitiría. Así que me levanté y me puse los pantalones, cuando me vestía, miré a la mujer que seguía acostada y dormida en la cama, era una joven muy atractiva, pero no estaba interesado en ello. Tomé mi chequera, emití un cheque, salí del camerino y me dirigí a cubierta, mientras caminaba me encontré con el capitán del barco.—¡Despiértala y sácala de aquí! Mándala a llevar a tierra y dile
Tarah O'KellyLa sensación de abandono y desesperación se apoderó de mí mientras me encontraba sola en la costa, mi tobillo lastimado y el corazón hecho añicos. Me sentía vulnerable y perdida, como si hubiera caído en un abismo sin fondo. No tenía idea de cómo manejar esta situación ni a quién recurrir. Finalmente, reuní fuerzas para recoger los objetos que salieron de mi maleta y terminaron esparcidos por el suelo. Al hacerlo, me di cuenta de que mi teléfono móvil había quedado Con lágrimas en los ojos, abrí el cheque que había sido arrojado a mis pies. La cantidad escrita en él era considerable, pero no significaba nada para mí en ese momento. El dolor, y lo que había perdido, era mucho más valioso que cualquier suma de dinero. Me había dejado llevar por la pasión y el deseo, sin pensar en las consecuencias que esto tendría para mi vida. Sentada en la orilla, miré el horizonte con ojos vidriosos, tratando de buscar una salida, tomé mi maleta con mucho esfuerzo, me puse de pie y c