Bárbara Summers El tintineo de la reja de la puerta de la celda retumbó en mis huesos cuando entré en ese oscuro pasillo, con el corazón como un tamborileo sincopado en medio del silencio. El miedo me atenazaba por dentro, y el frío se calaba en mi interior, por más admitir los hechos, por más arrepentida que estuviera, por más que estaba en una situación delicada para mí, no había misericordia y en el fondo de mi corazón sabía que no la merecía.El abogado designado por el estado, porque yo había rechazado el otro, había sido medianamente eficiente, casi desapasionadamente, como si estuviera tramitando una transacción en lugar de defender una vida, la libertad.—Su petición ha acelerado el proceso—, había dicho, con voz sin inflexiones—Cinco años, porque tiene otros delitos que no había confesado, usurpación de identidad, apropiación indebida de… —se calló cuando vio mi molestia para luego añadir —, aunque con buena conducta, quizás pueda ser menos.Y así pasó, fui sentenciada a ci
Lawson HallEntrando a la casa, el teléfono sonaba de manera insistente, corrí con mi hija para atenderlo, y la noticia que recibí al otro lado de la línea, acrecentó mi culpa.“Señor Hall, le habló del centro de reclusión donde está la señora Bárbara Summers… ella ha sido herida y está siendo atendida por el personal médico”.La noticia me cayó como un cubo de agua fría, ni siquiera pude emitir palabras, me senté en el mueble mientras me pasaba la mano por la cabeza en un gesto desesperado.Segundos después, reaccioné, no me podía quedar sentado, debía ir donde ella, así que me levanté, le entregué la niña a la niñera, no quería exponerla a esta situación, no quería que sintiera la tensión y la preocupación que me consumían en ese momento. La pequeña Kejsi merecía estar en un ambiente tranquilo y feliz, lejos de los problemas de nosotros,Salí de mi casa lo más rápido que pude, mientras conducía hacia el centro de detención, mi mente era un torbellino de pensamientos y emociones. Sa
Bárbara Summers. Cuando finalmente desperté, me encontré en un entorno completamente diferente al centro de detención. Estaba en una habitación de hospital lujosa, con una enfermera a mi lado. Fruncí el ceño, sin poder entender lo que estaba pasando. —¿Dónde estoy? —pregunté con voz débil, sintiendo la confusión nublar mi mente. Tenía la sensación de que estaba en un sueño, giré la vista y vi un peluche grande con flores. —¿Y eso de quién es? —insistí contrariada. La enfermera me miró con compasión y se acercó para explicarme la situación. —Estás en el hospital. El director del centro de detención… decidió trasladarte aquí para que puedas recuperarte adecuadamente. Tu herida era grave, y necesitabas una mejor atención médica. Fruncí el ceño con escepticismo. No podía creer que el centro de detención hubiera tomado una decisión tan inusual y benévola ¿A cuenta de qué lo hará? Eso me parecía muy extraño, era la primera vez que escuchaba de algo parecido. —Es difícil de creer que
Max CraneEl pánico se apoderó de mí cuando Emma anunció que tenía contracciones y que el bebé estaba a punto de nacer.A pesar de todas mis afirmaciones de ser un "varón macho" que nunca me desmayaría, sentí mi rostro palidecer y las piernas como gomas. La realidad de la situación me golpeó como un camión, y sentí un nudo en el estómago.—¡¿En serio?! —exclamé nervioso, mirando a Emma con ojos desorbitados, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando.Emma, que estaba lidiando con el dolor de las contracciones, me miró con una mezcla de incredulidad y molestia.—¡Sí, en serio, Max! ¡No tengo tiempo para bromas ahora mismo! Estoy a punto de parir, y no es mi intención hacerlo público ante la vista de todos, así que compórtate como ese varón macho que dices que eres y llévame de inmediato a un centro de salud —señaló mi esposa con firmeza.Sus palabras me sacudieron y me dieron un impulso de determinación. Respiré profundamente, tratando de controlar el pánico que sentía y asumie
Emma CraneMe quedé viendo a mi esposo con incredulidad, no podía creer que después de criticar a Zachary, ahora él estuviera en la misma situación. Pero yo estaba dispuesta a hacerle pagar por ese error.—Doctor, ¿le importaría si le pido un pequeño favor? —pregunté sin poder contener la mirada traviesa en mis ojos.El médico me miró con recelo.—¿Qué tipo de favor, señora Crane?Yo negué con la cabeza y le dije al médico:—Doctor, como yo no fui tan previsiva como Thalía de traer mi móvil al parto, hágame el favor y me graba a ese varón macho.El médico me miró con incredulidad.—¿Qué? ¿Grabarlo? ¿A él? ¿Yo? ¿Y para qué?Yo me reí y señalé hacia él.—Es solo que quiero tener un recuerdo de su valentía, ¿sabe? Para que Max nunca olvide este momento épico en el que se convirtió en un padre excesivamente emocionado.El médico sonrió con complicidad.—Lamentablemente, señora Crane, no puedo hacer eso. No es ético grabar a los pacientes sin su consentimiento, además, si es a su esposo
Lawson Hall Recibí un mensaje de Taylor y respiré aliviado cuando me dijo que Bárbara había creído en sus palabras, no quería que ella sospechara que yo mismo la había mandado a trasladar y terminara saliéndose del hospital, porque era claro que no deseaba nada que viniera conmigo. En ese momento, Jessica y Landon que estaban en la sala se quedaron mirándome, mi hermano con una expresión de diversión y su mujer con irritación. —¿Es en serio lo que estás haciendo? Me vas a perdonar lo que voy a decirte, pero mi defecto es que padezco de una afección crónica llamada Mes —ante sus palabras fruncí el ceño sin entender. —¿El mes? —interrogué con seriedad. —Si el mes, es el mal de exceso de sinceridad, y si aún no te he echado de cabeza, es porque tu hermano no me lo ha permitido y porque cuando le diga eso a mi amiga quiero hacerlo cara a cara. Sin embargo, te voy a advertir algo, así como tuviste las bolas de humillarla delante de todo el mundo y acusarla injustamente de los males, la
Bárbara SummersMi madre me miró con una expresión de desdén en su rostro.—A pesar de lo malagradecida que resultaste, supe que te habían detenido y vine a asegurarme de que estás bien, a pesar de tu comportamiento para conmigo, yo me preocupo por ti. Aunque su tono era aparentemente condescendiente, al mismo tiempo era despreciativo.Mi paciencia se agotaba rápidamente, pero no quería causar un escándalo en ese lugar, no con mi hija presente, así que suspiré y me armé de paciencia.—No necesito tu preocupación, madre. Estoy bien. Y si no tienes nada importante que decirme, te agradecería que te fueras, no te necesito, no estuviste cuando lo necesité.Mi madre se giró hacia mí y me miró con una sonrisa que heló mi sangre.—Sabía que no era buena idea tener esa niña, pero no quisiste escucharme, y ahora ya no eres ni la sombra de lo que fuiste y mira ahora donde estás, en lo que te has convertido.—Sabes muy bien que la causante de que esté aquí, eres tú, nunca supiste hacer bien tu
Bárbara Summers.La entrada repentina y las palabras enérgica interrumpieron la conversación entre mi madre y yo. Ambas giramos nuestras cabezas hacia la puerta, y vimos a Taylor, quien se veía bastante seria y con una mirada de determinación en sus ojos.Mi madre frunció el ceño, evidentemente sorprendida por la entrada de Taylor, y le espetó con una voz agria:—¿Quién diablos eres tú para estar interrumpiendo una conversación privada y meterte en lo que no te importa? ¿Por qué entras aquí así? —inquirió sin contener la furia.Taylor se mantuvo firme y respondió con calma:—Soy el médico de Bárbara, y ahora también soy su amiga y por eso le digo que usted ya le ha hecho suficiente daño, así que le pido que se retire de aquí de manera inmediata.Mi madre se tambaleó un poco, claramente sacudida por la presencia de Taylor. Intentó recuperar su compostura y respondió en tono sarcástico:—¿En serio? ¿Amigas? Vaya, me has sorprendido, Bárbara ¡¿Crees que andar con niñas buenas te hará co