Emma LeytonNo pude evitar quedarme paralizada ante la actitud de Lissa, por un momento me sentí despreciada, sin embargo, una parte de mí la entendía, descubrir que habías sido producto de una violación no debía ser fácil, yo de estar en su lugar, tal vez estaría más alterada que ella.El novio de mi hermana tenía una expresión de preocupación en su rostro, iba a salir detrás de ella, pero yo lo detuve, tomándolo por el brazo. —Por favor, espera, no vayas, deja que sea yo quien hable con ella —pedí en tono suplicante.Al principio vi la duda en su expresión, pero al final accedió.Tomé la fotografía que se había caído y el diario y salí corriendo detrás de ella, la busqué en el jardín trasero y allí la encontré, sentada en el césped, abrazando sus piernas, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.Me acerqué a ella de manera silenciosa, o creí no haber hecho ruido, pero cuando ella alzó la mirada, se dio cuenta de mi presencia, pensé que iba a huir, pero se quedó allí, sin dec
Michael HallCuando salí del médico con el informe en la mano, decidí colocar la denuncia, no estaba dispuesto a dejar eso así, sobre todo, porque estaba en riesgo mi credibilidad con la mujer de mi vida, no quería perderla.Mientras esperaba un taxi para ir a la estación policial, mi celular repicó, vi que se trataba de mi hermano Zucker, pero estaba tan molesto con él que me negué a atenderle, sobre todo porque seguramente contactarme con él, sería tener en mi presencia a Bárbara y Suzanne y no quería verlos.Sin embargo, segundos después me sorprendí al ver a mi hermano estacionarse frente a mí, con la ventanilla abajo, me di cuenta de que tenía la cara hinchada producto del puñetazo que le había dado y por un par de segundos sentí remordimientos, aunque luego pensé que lo tenía bien merecido.—¡Súbete! —me ordenó.Miré hacia el interior del vehículo y él bajó los cristales para que viera hacia el interior, cuando me di cuenta de que estaba solo abrí la puerta y me subí, pero sin
Michael HallMe mantuve a la expectativa, esperando que mi hermano respondiera la pregunta del oficial.—Señor agente, puedo hacerle una sugerencia, debería ordenar a hacerle un análisis a la señorita y con eso determina si fue drogada o no, y mientras tanto aquí están los resultados de mi análisis y mi hermano ya le dio los suyos… no le voy a decir cómo hacer su trabajo, pero es su responsabilidad investigar —respondió mi hermano con determinación, apartándose la mano y alejándose del toque de Bárbara.La expresión del agente cambió ligeramente, parecía considerar la nueva información. Miró los análisis toxicológicos que sostenía en sus manos, mientras se mantenía en silencio, quizás meditando las palabras de ambos lados.—Señor Hall, tenga la plena seguridad que vamos a investigar, señorita, debe someterse a unos análisis para determinar que efectivamente fue drogada —sugirió el oficial, manteniendo una actitud seria y profesional.En ese momento Bárbara se enojó y se paró en frente
Emma Leyton Lissa se quedó atónita, con la mirada fija en el documento. Sus ojos reflejaban incredulidad y confusión mientras asimilaba lo que acababa de escuchar. La mención de Massimo Crane como su padre, se notó que tuvo un impacto profundo en ella, se notaba que estaba luchando con un torbellino de emociones dentro de ella y las expresiones de su rostro, pasaban de la duda a la confusión en segundos. —No puede ser... No entiendo, ¿cómo es posible? —pronunció Lissa con voz entrecortada, sus manos temblaban mientras sostenía el acta de nacimiento. —No tengo respuestas claras, pero esto sugiere una posibilidad. Tu acta de nacimiento está fechada un mes y medio antes de lo que se creía tu fecha de nacimiento. Si consideramos esta información junto con el diario de mi madre, es una conexión intrigante —expliqué, conmocionada por la revelación y tratando de hilvanar las piezas dispersas de este enigma. La incredulidad se dibujaba en el rostro de Lissa mientras intentaba procesar la i
Tarah KontosNo podía con la ansiedad, mientras Lissa y Emma hablaban, nosotros permanecíamos en la sala de estar, mirando hacia donde se habían ido las chicas.—Tengo miedo como esto pueda afectar a Lissa y al bebé —dijo Gregory pasándose las manos por la cabeza.—No te preocupes… estará bien, ella es fuerte, además, entre todos vamos a darle apoyo ¿Verdad Tarah? —me preguntó Thalía que hasta ahora había permanecido en silencio, sentada a un lado del sofá donde estaba Zachary, con una expresión de absoluta confianza en mí.La miré con cariño.—Si mi amor, vamos a apoyarla —respondí y Thalía se vio más tranquila.Yo me dirigí a Maxwell, que estaba callado, al parecer sumido en sus propios pensamientos.—Creo que el vínculo entre ellas está claro, pero para comprobar todo lo que sabemos, lo mejor será que se practiquen una prueba de ADN, incluso creo que es bueno que te la hagas con Lissa —expresé y él abrió los ojos sorprendidos.—No creo que eso sea necesario, si Lissa fuera mi herma
Sarah FarfánLuego de enterarme de lo que me había hecho Michael, decidí que debía irme lejos, porque si me quedaba allí, corría el riego de salir corriendo tras él y perdonar su infidelidad.Decidí pagar un boleto en autobús para ir a casa de mi madre, sabía que no me iría bien con ella, porque me recriminaría una vez más el haberme casado con Michael, porque ella se negó a que lo hiciera, pero yo insistí en hacerlo, sin embargo, sabía que no tenía ninguna otra alternativa, me dirigí allí.Cuando toque la puerta de la casa, mi madre se quedó viéndome con curiosidad, miró hacia atrás para ver si había ido sola o acompañada, cuando no vio a nadie, negó con la cabeza, e hizo un gesto de suficiencia.—Te habías tardado, te dije que no te casaras con ese hombre, pero no quisiste escucharme —pronunció con molestia.Quise intentar ocultar la verdad.—Mamá ¿Por qué me dices eso? Michael y yo estamos mejor que nunca, solo he venido a visitarte por unos días, él se encuentra viajando en este m
Michael HallCuando vi esos resultados, me dejé caer de rodillas en el suelo abrumado por la tristeza y el dolor, por fin la última pieza de ese rompecabezas, encajó. Entendí las razones de Sarah para alejarse de mí, me acordé de la vez que Bárbara y ella estaban hablando sobre los hijos y me preguntó lo que opinaba sobre la adopción y lo crudo de mi respuesta.Quería darme golpes en la cabeza por haber sido imbécil, insensible, me imaginé todo el dolor que ella debió haber sentido.Lamentablemente, la verdad finalmente se había revelado y me golpeaba con una fuerza devastadora. Me sentía perdido, abrumado por la magnitud de la situación. Sentí como si alguien hubiese abierto un hueco en mi pecho, sintiendo cómo todo a mí alrededor se desmoronaba.Mis manos temblorosas sostenían los resultados de los análisis médicos que indicaban la esterilidad de Sarah. Cada palabra impresa era como un puñal en mi corazón, y el peso aplastante de mi ignorancia y mi falta de tacto al responderle me
Sarah Farfán Me quedé perpleja al escuchar a mi madre nombrar a Michael al teléfono y después cortarle la llamada. Una oleada de emociones me invadió al sentirme traicionada por mi madre, quien acababa de mentir descaradamente, afirmando que estaba en una cita importante. No entendía por qué le había dicho eso. —Mamá, ¿Qué hiciste? ¿Por qué le dijiste eso a Michael? —pregunté, con los ojos llenos de confusión y una pizca de indignación. —Nada, querida, lo hice para que no te busque más —expresó mi madre con molestia—, él solo ha sido una piedra en tu camino. —No mamá, no tienes derecho a intervenir en mi vida, y mucho menos a decirle eso, porque sabes que es mentira ¿Qué va a pensar Michael? —dije con preocupación. —¿Y qué te importa lo que piense? ¿Vas a tener consideración con ese hombre? ¿Sigues enamorada de él cuando sabes que apenas te diste la vuelta se fue a enredar con otra mujer? —expresó con molestia, haciéndome sentir incómoda con sus palabras. Porque aunque era verda