Las chicas vaciaron la primera botella de vodka y ahora Brenda servía el último trago de la segunda, fue al baño y se acomodó en el espejo retocando su maquillaje, salió y tomó de un solo trago lo que quedaba en su copa, Elena había llorado por haberse enamorado de un hombre que no confiaba en ella, Belinda lloraba porque la veía llorar, Brenda las regañó por ser unas borrachas lloronas demasiado románticas, ella no quería romance, quería olvido y al lado de su inocente hermana y la despechada Elena no lo iba a encontrar, recordó a Diego, hoy sí que no lo iba a despreciar.
—Las dos están borrachas —declaró Brenda—, por eso se van directo a sus habitaciones y yo a la discoteca, no es por espantarte hermanita, pero las bebidas con Vodka me ponen caliente y sé que un amigo está en la discoteca, así que voy sola.
—No, no y no —insistió Belinda— que hay de las tres mosqueteras, así Elena también puede conseguir alguien, ya no quier
Sebasthian salió primero de su oficina y miró el pasillo desierto, tomó a Brenda de la mano y salió con ella, al llegar al estacionamiento tomó las llaves de un Ford Mustang moderno, abrió la puerta a Brenda y ella entró, cuando él se montó a su lado, Brenda sonrió, Sebasthian también lo hizo y salieron del hotel a toda velocidad. —Casi me da un infarto cuando Berni y esa chica se pegaron al cristal —Brenda reía a carcajadas, Sebasthian comenzó a reír también. —Parece que la fiesta de Pablo estuvo buena. —De lo más aburrida, no estabas tú para bailar. —De seguro muchos querían bailar contigo, pareces una diosa. —Eso me dijo Berni. —De tal palo, tal astilla, pasaré por una
Sebasthian al llegar a Margarita en seguida le surgieron compromisos, una entrevista en televisión muy temprano la siguiente mañana, luego entrevista en radio, debía ir al banco, a parte de las constantes llamadas de los otros hoteles, el no tener asistente era un problema, los medios de comunicación si bien eran una arma de doble filo en este momentos eran necesarios, la figura que dejaba el antiguo hotel Atlantis no podía desaparecer de la memoria colectiva, todos debían estar pendientes de la construcción del moderno Hotel Larsson, estuvo en la obra viendo la maqueta con Pablo y Dante en una estructura improvisada que serviría de oficina para los arquitectos y su asistente Patricia que llegaría al día siguiente, Pablo pidió el favor a Patricia de servirle de asistente a Sebasthian por los 3 días que estaría en Margarita organizando la agenda, ella estaba recibiendo las llamadas, varias veces habló con Sebasthian por teléfono y era eficiente, pero hablaba hasta por lo
Los días avanzaron y las ocupaciones de Belinda con Elena eran muchas con la beneficencia encima, Brenda quería que su hermana entrenara en el Gym, pero ella se negaba por vergüenza, y cuando el gimnasio estaba vacío Belinda decía casi siempre decía que estaba cansada, la convenció de ir a la piscina olímpica del hotel, esta cerraba para el público durante la noche y por allí no andaba nadie después de cerrar la piscina, ya el tatuaje había sanado, y no era tan grande tampoco, iban algunas noches, Elena no iba, se quedaba en el restaurante para que Belinda pudiera ir, faltaba menos de una semana para la gala de beneficencia, al día siguiente irían a comprar vestidos, aunque no había nadie cerca, a Belinda le costaba relajarse, después de nadar 45 minutos Belinda salió y se vistió, se quedó en una de las sillas de la piscina y Brenda seguía en el agua. —Belinda nunca logras relajarte, si nunca hemos conseguido a nadie, cual es el problema con el traje
—Sebasthian ¿Por qué me necesitabas para hablar con Brenda? Es una oportunidad genial, no tiene motivos para rechazarlo. —Ella te tiene más confianza, es obvio por cómo se tratan —Sebasthian no pudo evitar el último comentario, aunque su padre y Brenda solo eran amigos, él no podía evitar que se le revolvieran las entrañas al escucharlos bromear—, ella es orgullosa y quisiera que aprovechara esta oportunidad, siempre es bueno tener una empresa como discovery debiéndonos un favor. —Tú eres muy estirado Sebasthian, si no te mostraras tan serió hubieras podido tener una relación amistosa con Brenda, ella aparenta ser muy seria, pero es un tesoro. Sebasthian ignoró el comentario, prefirió pedir a su padre que interviniera, no quería que Brenda se negara, tenían que viajar después de la beneficencia a Margarita, allá podría aprovechar la oportunidad de ver ese condenado tatuaje.
Las chicas iban de camino al salón de eventos del hotel, debían traspasar el lobby, del pasillo de las oficinas de los dueños venían muy elegantes con esmoquin Bernhard y Sebasthian, Bernhard ofreció su brazo a Elena y Sebasthian a Belinda, Brenda no tenía inconveniente en entrar sola, pero Bernhard le ofreció el otro brazo. —Ven conmigo hermosa, hoy más que nunca seré objeto de envidia, del brazo de las mujeres más bellas de país, la tercera la lleva mi hijo. —Muchas gracias, tan galante como siempre —le dijo Elena. —No podríamos permitirte entrar solo —comentó Brenda—, te escoltaremos hasta la mujer dispuesta más cercana. —Será, ya que ninguna de ustedes me quiso. —Nosotras te queremos mucho Berni —dijo Elena sonriendo—, una vez más gracias, nosotras y el orfanato te debemos mucho. Sebasthian y Belinda los seguían y no aportaron nada a esa charla.&n
Brenda lo observó mientras se alejaba, ni loca iba al gimnasio con él, allá no podía apagar la luz para que no la viera y el recuerdo del sexo era muy fuerte, aunque sería un desperdicio tener sexo con ese hombre sin ver cada parte de su enorme y dorado cuerpo, tendría que inventarse una manera de maquillar el tatuaje, como aguantaría para no acostarse con él ahora que viajarían juntos, Brenda se rió con ella misma de su actitud siempre calenturienta, el sonido discordante del micrófono a todo volumen le hizo chirriar los dientes, miró a la tarima de dónde provino el sonido y vio al infeliz de Sergio Arango con el micrófono y pidiendo la atención de los presente, Brenda no lo pensó se apresuró hasta la tarima, había llegado el momento, por fin podría darle la paliza que tanto soñó darle al imbécil, mucha gente estaba en el camino y estorbaban, Brenda no escuchó lo que Sergio logró decir, cuando finalmente lo tuvo de frente estaba sujeto por 2 grandes agentes de la segur
Recogieron su ropa y se fueron a la suite de Sebasthian, caminando descalzos por los pasillos, se ducharon ayudándose uno al otro, hicieron el amor con ternura, entrega y hasta risas, después de un rato Sebasthian observó a voluntad el tatuaje y la besó allí. —Yo también me haré uno en el mismo sitio, dirá Mi Valkiria. —Sebasthian, no podemos hacerlo público. —Ya vas a empezar de nuevo. —Sí ya voy a empezar de nuevo, yo no he cambiado, sigo siendo la misma, y tengo sueño. —No voy a pelear contigo, vamos a dormir, solo una cosa, dime que me amas. —Te odio, duérmete. Sebasthian se echó a reír, se estiró para apagar la luz de la habitación y se acostó, Brenda lo esperó y cuando estuvo acomodado se acostó en su pecho y lo mordió en los abdominales oblicuos, donde siempre, su lugar, en donde él haría un tatuaje si ella se lo permitiera.<
Brenda veía a su alrededor, una bella habitación con tonos azules y decoración marítima, amplia ventana cubierta con una cortina blanca, sin duda Mercedes la tía de Sebasthian podría ser decoradora de interiores, si no era su profesión, si era su vocación, después de hacer el amor había dormido un poco, pero tenía mucha hambre, apenas comió en el restaurante, estaba nerviosa por los productores de Discovery, a ella le entusiasmaba el proyecto y tampoco quería dejar mal a Sebasthian, lo miró y como si el sintiera su mirada abrió los ojos y la abrazó. —Tengo hambre. Sebasthian sonrió y besó su cabello. —Salgamos a comer entonces. —Comamos aquí, no quiero salir, estoy cansada. — ¿Mi enérgica Valkiria cansada? —Y hambrienta además, ¿crees que pueda ir a buscar mi maleta ya, se arreglarían las cosas entre Pablo y Elena? —Yo busca