Las chicas iban de camino al salón de eventos del hotel, debían traspasar el lobby, del pasillo de las oficinas de los dueños venían muy elegantes con esmoquin Bernhard y Sebasthian, Bernhard ofreció su brazo a Elena y Sebasthian a Belinda, Brenda no tenía inconveniente en entrar sola, pero Bernhard le ofreció el otro brazo.
—Ven conmigo hermosa, hoy más que nunca seré objeto de envidia, del brazo de las mujeres más bellas de país, la tercera la lleva mi hijo.
—Muchas gracias, tan galante como siempre —le dijo Elena.
—No podríamos permitirte entrar solo —comentó Brenda—, te escoltaremos hasta la mujer dispuesta más cercana.
—Será, ya que ninguna de ustedes me quiso.
—Nosotras te queremos mucho Berni —dijo Elena sonriendo—, una vez más gracias, nosotras y el orfanato te debemos mucho.
Sebasthian y Belinda los seguían y no aportaron nada a esa charla.
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Brenda lo observó mientras se alejaba, ni loca iba al gimnasio con él, allá no podía apagar la luz para que no la viera y el recuerdo del sexo era muy fuerte, aunque sería un desperdicio tener sexo con ese hombre sin ver cada parte de su enorme y dorado cuerpo, tendría que inventarse una manera de maquillar el tatuaje, como aguantaría para no acostarse con él ahora que viajarían juntos, Brenda se rió con ella misma de su actitud siempre calenturienta, el sonido discordante del micrófono a todo volumen le hizo chirriar los dientes, miró a la tarima de dónde provino el sonido y vio al infeliz de Sergio Arango con el micrófono y pidiendo la atención de los presente, Brenda no lo pensó se apresuró hasta la tarima, había llegado el momento, por fin podría darle la paliza que tanto soñó darle al imbécil, mucha gente estaba en el camino y estorbaban, Brenda no escuchó lo que Sergio logró decir, cuando finalmente lo tuvo de frente estaba sujeto por 2 grandes agentes de la segur
Recogieron su ropa y se fueron a la suite de Sebasthian, caminando descalzos por los pasillos, se ducharon ayudándose uno al otro, hicieron el amor con ternura, entrega y hasta risas, después de un rato Sebasthian observó a voluntad el tatuaje y la besó allí. —Yo también me haré uno en el mismo sitio, dirá Mi Valkiria. —Sebasthian, no podemos hacerlo público. —Ya vas a empezar de nuevo. —Sí ya voy a empezar de nuevo, yo no he cambiado, sigo siendo la misma, y tengo sueño. —No voy a pelear contigo, vamos a dormir, solo una cosa, dime que me amas. —Te odio, duérmete. Sebasthian se echó a reír, se estiró para apagar la luz de la habitación y se acostó, Brenda lo esperó y cuando estuvo acomodado se acostó en su pecho y lo mordió en los abdominales oblicuos, donde siempre, su lugar, en donde él haría un tatuaje si ella se lo permitiera.<
Brenda veía a su alrededor, una bella habitación con tonos azules y decoración marítima, amplia ventana cubierta con una cortina blanca, sin duda Mercedes la tía de Sebasthian podría ser decoradora de interiores, si no era su profesión, si era su vocación, después de hacer el amor había dormido un poco, pero tenía mucha hambre, apenas comió en el restaurante, estaba nerviosa por los productores de Discovery, a ella le entusiasmaba el proyecto y tampoco quería dejar mal a Sebasthian, lo miró y como si el sintiera su mirada abrió los ojos y la abrazó. —Tengo hambre. Sebasthian sonrió y besó su cabello. —Salgamos a comer entonces. —Comamos aquí, no quiero salir, estoy cansada. — ¿Mi enérgica Valkiria cansada? —Y hambrienta además, ¿crees que pueda ir a buscar mi maleta ya, se arreglarían las cosas entre Pablo y Elena? —Yo busca
Brenda despertó con unas horribles nauseas, miro el reloj, eran las 4:45am, sin hacer ruido fue al baño de la habitación y expulsó agua amarillenta, pero las náuseas continuaban, se calmó un poco y atendió sus necesidades, sudaba frio y estaba pálida, Sebasthian se asustaría si la veía así y cancelaría con Mónica la productora, Brenda no pensaba que fuera para tanto, además Sebasthian lo había dicho, tiempo es dinero, no quería dar motivos a que los productores se arrepintieran por culpa de una langosta en mal estado, con cuidado salió de la habitación de Sebasthian, encendió las luces y fue a la cocina, consiguió un analgésico y un armario lleno de infusiones para té, recordó que las hermanas les daban manzanilla cuando estaba enferma, se preparó una taza y se sentó en la barra de la cocina a esperar que se aliviara el malestar. —Tampoco puedes dormir. Brenda miró a Elena que venía con cara de sueño. —Me cayó mal
En Caracas, Brenda y Sebasthian estaban en la habitación de ella era el final de la tarde del día domingo, cuando él tenía que volver a irse, odiaba sentir el miedo que sentía, también era algo nuevo, ellos se acercaron mucho en este viaje, él ahora sabía que ella lo quería, ahora el principal interés de Sebasthian era llegar a Estados Unidos y hablar definitivamente con Kate, Brenda se hacía la dura ante el nudo que tenía en su garganta. —Cariño, estaré en Estados Unidos hasta que tenga que ir a Milán, un poco más de 15 días quizás, entonces te avisaré y vendré a buscarte. —Si es que quieres venir a buscarme. Sebasthian puso los ojos en blanco. —También estoy alerta a la gente de Discovery —continuó Brenda—, mis próximas apariciones serán filmadas aquí en el Gym. —Eso no me preocupa, estarán aquí máximo una semana, con lo que filmen lo editaran para toda l
—Papá, me vine de inmediato, ¿De qué se trata el asunto? Sebasthian entró a la oficina de Bernhard, aunque era tarde en la noche, Bernhard continuaba en su oficina, ahora estaban solos. —Hijo, es un lamentable asunto, más espero lo puedan solucionar las autoridades. —Pero cuéntame que a Brenda no le entendí nada por teléfono. —Hace, que se yo, algo más de un año, conocí a una chica, ya sabes una cosa llevó a la otra, ella me dijo que su nombre era Kimberly Arango, trabajaba en Dalia Spa, me gustó lo suficiente para ofrecerle trabajo en alguno de mis Spas y salir varias veces, ella no aceptó el trabajo ni quiso salir nunca de viaje, ahora me doy cuenta que era porque su nombre era un alias, la descubrí un día con drogas, sabes que según mi experiencia ese es mi limite, puedo tolerarlas tontas incluso un poco locas, pero no tolero adictas, así que la saqué de mi vida, pero ella me buscó, me pidió ayuda, yo le
Buenos días señores —dijo Elena—, dentro de lo que cabe, la seguridad está al máximo y los reporteros parecen pirañas. —No te preocupes querida, tengamos paciencia. Elena dio un beso en la mejilla a Sebasthian y después a Bernhard. —Berni le dije a tu asistente que apenas llegue Verónica la haga pasar, sé que ella nos ayudará, los escándalos son su especialidad. La indómita Verónica Santiani llegó, realmente era una mujer con mucha energía, bellísima y sin reparos ni pelos en la lengua, a Sebasthian le cayó muy bien, era una mujer audaz y se le notaba que le gustaba su trabajo, escuchó la historia, describió la prensa afuera como un circo y que lamentablemente la noticia crecería como una bola de nieve hasta no dieran con un desenlace, que posiblemente tardaría en llegar, les dijo que lo mejor era tapar el escandalo con otra noticia, así como cubrió antes cuando el exesposo de Elena quiso perjudicar la moral
Brenda estaba en su oficina en el gym, vomitaba por segunda vez en el día, temprano cuando corrió a Sebasthian de su habitación advirtiéndole que no podían tener un round esa mañana ya que se habían quedado dormidos y apenas habían dormido un par de horas y ahora de nuevo, era la sensación de nauseas lo horrible, porque no se sentía mal del estómago, sin embargo no podía tolerar el olor de algunas comidas en la mañana como el café, ahora era imposible que tomara una taza de café, está mañana necesitaba cafeína, el teléfono de la oficina sonó era Sofía la recepcionista, avisando que Rebeka Larsson estaba allí, Brenda lavó su rostro y respiró hondo, con ejercicio pasarían sus malestares. —Rebeka viniste temprano, me gusta tu actitud. Rebeka dio un saltito de alegría. —Estoy muy emocionada. —Empecemos entonces. Brenda registró a Rebeka y ella misma dirigió sus primeros ejercicios