Iris—suspiro— ¡Otra vez lunes!Mis párpados se quieren abrir, hay algo que sigue molestándome; pese a esforzarme por seguir durmiendo, mis ojos no dejan de picarme; trato de ver qué es, al abrirlos puedo ver que era un pequeño rayo de luz que me apunta directo desde la ventana.Por más que haya apagado la alarma antes de acostarme, la misma naturaleza me obliga a despertar.Cada Domingo por la noche me arrebato y me digo a mi misma "¡Basta! ¡A partir de mañana haré lo que yo quiera!", pero de alguna manera u otra, termino atrapada nuevamente en la monotonía de mi vida.Otra vez lunes, es el día en que empieza la semana y junto con ella también la Universidad; hoy como siempre debo de asistir a clases, me guste o no, no tengo otra opción. Empujada por la memoria muscular de mi propio cuerpo, me levanto y voy directo al baño, sin si quiera terminar de despegar mis párpados.Y ahí estoy yo, veo mi reflejo en el espejo mientras me cepillo los dientes.Ajusto mi camisón marcando mi siluet
IrisMe tomó un buen rato poder explicarme y evitar que me saquen de la universidad, pero finalmente los convencí.A veces me asusta lo buena que soy para mentir, tengo una facilidad en la labia ¡in-cre-i-ble!En realidad más que ser ágil mintiendo, lo que más me ayudó fue que ninguno de los dos iría jamás a comprobar los hechos.Hace muchos años, el marido de Mirta se escapó con una "vampira seductora", así sin más, sin ni siquiera despedirse. Solo les dejó una nota diciendo "Me voy con tal, no me busquen", suena increíble, pero es cierto.Al recordar a mi buen tío, creo que yo también lo hubiera hecho en su lugar; claro, no de esa manera, pero definitivamente la hubiera dejado.En este cuento solo puedo sentir pena por la versión aniñada de Roy. Por años mi tía le llenó la cabeza con cosas poco honestas sobre los seres sobrenaturales en general.La ausencia de su marido realmente la destrozó, dejándola un poco más especial de la mente; aunque si no se mencionan vampiros u hombres lo
IrisMi nombre es Iris Jones, tengo diecinueve años y nací un veinte de febrero, así que mi signo zodiacal es Pisis.Según uno de los artículos que leí hace tiempo:"Fluyo en aguas corrientosas, voy a contracorriente; soy una soñadora e idealista, tan emocional que no puedo decidir en que corriente quiero nadar. Soy contradictoria por naturaleza y por eso tiendo a no confiar en mi propia intuición"Qué tanto de esas palabras son ciertas, no lo sé. Por momentos siento que me describe a la perfección, pero por otros, creo que son puras patrañas.En realidad no me importan mucho esas cosas, pero por aquí no hay muchas opciones para entretenerse uno mismo; debido a esto, en mis momentos de ocio, tiendo a leer muchas revistas del mundo exterior.Desde los ocho años vivo con mi tía y mi primo, pero pese a que los llamo así, no compartimos ningún tipo de parentesco real.Mirta y mi madre se criaron juntas desde niñas, eran hermanastras. Mi abuelo y la abuela de Roy se casaron poco después de
IrisTengo recuerdos borrosos de lo que en verdad pasó aquella noche, y aún no es momento de hundirme en esos detalles; simplemente diremos que dormí con Roy.Mirta acababa de llegar y subió directo a despertarlo para ir a trabajar. Y en eso, "nos descubrió".Al vernos desnudos y abrazados en la cama de su precioso bebé, enloqueció por completo. Toda santa como es ella, quería casarnos a toda prisa, antes de que cometiéramos otro pecado; al fin y al cabo, "también era el deseo de mis papitos bellos".Cuando quiso registrar nuestro matrimonio, no se lo permitieron, "Gracias Señor" dije dentro mío. A lo que ella, sin terminar de darse por vencida, solo dijo que lo haríamos en cuánto cumpliese dieciocho.El plazo me dejó menos de dos años disponibles, tenía que planificarlo a la perfección, debía lograr que Roy se enamorara de otra mujer; al menos lo suficiente como para ir en contra de su loca madre.Entonces es cuando aparece Shannon…Comencé a escribirle a mi envidiosa prima, para dec
IrisFinalmente logré retrasar la boda, con la excusa de estudiar. En un principio traté de tomármelo con calma, pero cada vez que mi tía me veía ociosa en casa, sacaba a relucir lo innecesario que era para mi, esforzarme y salir todos los días, pasando frío y calor, cuando podría disfrutar de la comodidad de un hogar y un marido que me mantuviera.Sí. Roy trabaja y gana muy bien, tiene la capacidad de darle a su futura esposa una acomodada y lujosa vida pacífica.Pero… ¿Sólo por eso debería rendirme? ¿”Por una adecuada vida estable”?Además, esa misma empresa, que le hace el cheque cada mes, me pertenece; si Roy está ganando bien, entonces yo debería estar ganando mucho mejor.Sin importar que Mirta comparta el apellido de mi madre, la única descendiente legal y sanguínea de la familia Walking soy yo, y por ende toda su fortuna también es mía; al igual que la flota de embarcaciones Jones de la que tanto trata de apropiarse.Dejando de lado el hecho de que tengo un derecho de nacimien
IrisDesde ese momento “romántico” que pasaron juntos, Shannon quedó perdidamente obsesionada con mi primo. Constantemente buscaba y sigue buscando, toda clase de excusas para estar cerca de el.Resulta que los lunes por la noche, los descendientes masculinos de las viejas familias tradicionales de cazadores, se reúnen en el bosque donde residía el anciano líder de la secta. Con invitación abierta para todo humano que deseara asistir.Esos encuentros no tienen nada de especial, lo único que hacen, aparte de beber, es llenarles sus huecas cabecitas con toda clase de historias viejas, y poco realistas para nuestra actualidad, sobre lo terrible que son los vampiros y licántropos en el resto del mundo, y lo terroríficos que serían aquí, si no fuera por sus pactos con la anciana fundadora.Desde hace unos meses Roy empezó a ir a estas fogatas, y por ende, Shannon también asiste y sin faltar; por eso el horario que le quedó la molestaba.Todos los lunes faltaba al trabajo, lo cual hizo que
Eloy—¡Eloy hijo, ven a desayunar! —gritó mi madre desde la ventana de su cocina.—¡Por Dios Santo! —exclamé enojado.Aquel día como lo hace habitualmente, mi madre preparó nuestros desayunos temprano por la mañana. Pero como siempre lo hacía, ignoré a sus llamados y me volví a dormir.¿Por qué esa necesidad de despertarnos tan temprano?¡Nuestros ancestros jamás salieron de sus hogares cuando el sol gobernaba!—¡Déjenme dormir! —les grité para que no siguieran tratando de despertarme, a la vez que me acurrucaba en mi mullida cama.De la nada, la luz del amanecer apuntaba directo sobre mis ojos.A diferencia de las anteriores veces, esa vez mi padre en persona salió a abrir las puertas del sótano.—¡Despierta de una vez vago! —exclamó antes de irse, dejando las puertas extendidas sobre el suelo.—¡Por favor! ¿Qué es lo que le pasa a esta gente? —dije por lo bajo antes de levantarme.Salí así como estaba, con mi ropa de cama y sin asearme. Sentándome en mi lugar de la mesa, saludé a mi
EloyAl llegar a esa vieja puerta, que se parece a la del cuarto de limpieza, la empuja para adentro y, recostada sobre ella con su mano en la perilla, me invita a pasar. Dejando libre poco menos de la mitad de una entrada de ochenta centímetros, sonriendo me apura a cruzar el umbral, y me advierte que no debería dejar que me atrapen allí.Inhalo profundo y meto panza antes de pasar; soy delgado, pero me esforcé por serlo aún más. No quería expulsar sus enormes pechos por su destapado escote.Me quedo a un lado de la puerta, dejándole todo el camino libre. Al verme casi escondido suelta una suave carcajada, y luego entra meneando todo su cuerpo.Estira el brazo sensualmente sin quitarme la mirada de en cima, y luego tira de una cadena que cuelga de una antigua lámpara de hierro. La tenue luz que enciende, ilumina todo el pasillo en el que estamos, y la cara de dos muebles enfrentados cargados de viejos libros.Ambos estantes están llenos de polvo acumulado, al igual que los textos de