IrisAsí que a esto se refieren con el sonido relajante del mar, no recuerdo si alguna vez me acerqué a estas aguas de niña; pese a vivir en una isla no creo haber ido a la playa ni una sola vez, lo cual ahora que sé la verdad tiene bastante sentido, no era algo conveniente para mis padres.Si me preguntan cómo llegué a este peligroso acantilado, dónde sin temor a caer jugueteo con mis pies libremente mirando asombrada su tan maravillosa estructura, debería empezar por el día en que visité a Shannon después de llevar meses sin verla:—¿Iris? ¿Qué haces aquí? —preguntó Shannon al abrir la puerta.—¿Qué quieres decir? ¡Tú me pediste que viniera! —le respondí medio exaltada y medio a risas, parecía ser un mal chiste, pero su sincera expresión de sorpresa me hizo entender que no era así.—No entiendo —me dijo extrañada, y luego de una breve pausa continuó— Ven, pasa, hablemos adentro —agregó dejando la puerta abierta.Shannon entró primero sin darle mucha importancia a mi inesperada
Iris Tras tomar el cuchillo perdí el control de mis acciones, no sé bien por cuanto tiempo ni cuantas veces lo hundí desesperadamente, solo sé que en algún punto perdí el conocimiento una vez más. Cuando volví a abrir mis ojos ya estaba en la cama de mis padres, no había ido allí desde que ambos habían desaparecido; me sorprendió que los muebles aún pudieran conservar la esencia de aquellos años de felicidad y el aroma de ellos dos.Estupefacta por el sonido que provenía del piso de abajo, me levanté con la tonta ilusión de que mis padres estarían allí preparando el desayuno como solían hacerlo. Paso a paso me fui acercando a la cocina, guardando la esperanza de que por alguna especie de milagro hayan podido volver justo en ese momento que tanto los necesitaba.—Despertaste preciosa, ven siéntate aquí —dijo Tadeo mientras corría la silla que estaba frente a mí— Te preparé una deliciosa comida, te…—¿Estás seguro que tú lo preparaste? —preguntó Roy mirando a Tadeo seriamente tra
IrisDurante aquella semana viví mi vida como si estuviera en unas vacaciones junto a mi pareja, creí que tanto Roy como Tadeo vendrían de vez en cuando, pero al parecer optaron por darnos algo de espacio, lo cual agradecí enormemente porque disfruté al máximo tener tiempo a solas para nosotros dos. Fue su compañía en esos días cruciales lo que me ayudó a reponer mis ánimos más pronto de lo que esperaba, tener a Eloy a mi lado durante esos momentos de debilidad hizo que me fuera más fácil superar los altibajos; pese a que estaba más que dispuesta a dejar el pasado atrás, tenía algunos episodios en dónde la tristeza y la impotencia me envolvían, pero al ser un ser humano le resté importancia, creí que también tenía derecho a recaer de vez en cuando. Pero como suelen decir “Todo lo bueno debe terminar”, y ese pequeño periodo de paz no sería la excepción para mí…—¿Despertaste? —dijo Eloy apenas notó en mi reflejo que abría los ojos.—¿Vas a salir? —le pregunté entristecida, al ver
Iris Luego de haber estado tirada e inmóvil por no sé cuánto tiempo, al levantar la mirada lo primero que vi es un estante lleno de esos videos antiguos, de esos que son como cajas negras rectangulares con dos agujeros en el cuerpo, y junto a este en la pared detrás de la escalera había una especie de mesita de luz vieja sin cajoneras, que tenía encima un televisor antiguo de esos que tienen una enorme caja en la parte trasera, y debajo de este tenía un aparato con la entrada para esos cassette. Creí que al estar esas grabaciones en la habitación secreta de mis padres, quizá podría hallar las respuestas que necesitaba en ellas, así que inmediatamente comencé a buscar la manera de encender aquel conjunto aparatoso, y pese a que me costó entenderlo finalmente lo logré después de varios intentos.Tomé la primera caja que estaba al alcance de mi mano y la introduje en el reproductor, era una grabación de mis padres y yo en nuestro día a día. Comencé a llorar de la emoción y alegría q
IrisLuego de que ambos volvieran, mi madre tomó una caja plateada del maletín que había traído mi padre, y de este sacó lo que parecía ser un bisturí e intentó cortar el abdomen de la mujer que no paraba de rogarle que no lo hiciera. Después de haber insistido e insistido, en algún punto la mujer pareció darse cuenta que nada de lo que haría le serviría para evitar la acción de mi madre, y fue en ese preciso instante que se quedó mirando hacia la grabadora con gran melancolía; por esos breves segundos parecía estarme viendo a mí, que quedé hipnotizada con la tristeza de sus ojos, a la vez que una fuerte punzada penetraba en mí alma quebrando mi interior en mil pedazos.Haciendo caso omiso a la mujer suplicante como era de esperarse, mi madre continuó con el corte, y una bolsa transparente con una pequeña criatura dentro salió de un brinco, una criatura cuyo torso parecía ser el de un bebé humano, pero con orejas grandes, puntiagudas y muy cartilaginosas, que en su parte baja tení
Iris Estaba tan desesperada que no sabía qué más hacer, de los nervios hasta se me olvidó que podía llorar nuevamente para conseguir más lágrimas, y al recuperar la cordura fue lo primero que intenté, pero por más esfuerzo que hacía no parecía funcionar. Lloré tanto durante los anteriores dos años que parecía un mal chiste no poder hacerlo en un momento tan importante como ese, sin embargo era así, no quería salir ni una sola gota sin importar que llevaba varios segundos sin pestañear. Entonces recordé que en mi vieja habitación debía de estar el tubo que guardé cuando mis padres no volvieron, y sin pensarlo dos veces corrí por él. Busqué por toda mi habitación sin encontrarlo, y cuando lo hice ya estaba roto debido a que había tirado todas las cosas que se cruzaban en mi camino sobre el. Me enojé tanto conmigo misma que comencé a llorar de la frustración que sentía, y cuando caí en cuenta de lo que estaba pasando volví a la cocina y dejé caer mis lágrimas sobre aquel recipiente; no
Iris—suspiro— ¡Otra vez lunes!Mis párpados se quieren abrir, hay algo que sigue molestándome; pese a esforzarme por seguir durmiendo, mis ojos no dejan de picarme; trato de ver qué es, al abrirlos puedo ver que era un pequeño rayo de luz que me apunta directo desde la ventana.Por más que haya apagado la alarma antes de acostarme, la misma naturaleza me obliga a despertar.Cada Domingo por la noche me arrebato y me digo a mi misma "¡Basta! ¡A partir de mañana haré lo que yo quiera!", pero de alguna manera u otra, termino atrapada nuevamente en la monotonía de mi vida.Otra vez lunes, es el día en que empieza la semana y junto con ella también la Universidad; hoy como siempre debo de asistir a clases, me guste o no, no tengo otra opción. Empujada por la memoria muscular de mi propio cuerpo, me levanto y voy directo al baño, sin si quiera terminar de despegar mis párpados.Y ahí estoy yo, veo mi reflejo en el espejo mientras me cepillo los dientes.Ajusto mi camisón marcando mi siluet
IrisMe tomó un buen rato poder explicarme y evitar que me saquen de la universidad, pero finalmente los convencí.A veces me asusta lo buena que soy para mentir, tengo una facilidad en la labia ¡in-cre-i-ble!En realidad más que ser ágil mintiendo, lo que más me ayudó fue que ninguno de los dos iría jamás a comprobar los hechos.Hace muchos años, el marido de Mirta se escapó con una "vampira seductora", así sin más, sin ni siquiera despedirse. Solo les dejó una nota diciendo "Me voy con tal, no me busquen", suena increíble, pero es cierto.Al recordar a mi buen tío, creo que yo también lo hubiera hecho en su lugar; claro, no de esa manera, pero definitivamente la hubiera dejado.En este cuento solo puedo sentir pena por la versión aniñada de Roy. Por años mi tía le llenó la cabeza con cosas poco honestas sobre los seres sobrenaturales en general.La ausencia de su marido realmente la destrozó, dejándola un poco más especial de la mente; aunque si no se mencionan vampiros u hombres lo