Iris
Desde ese momento “romántico” que pasaron juntos, Shannon quedó perdidamente obsesionada con mi primo. Constantemente buscaba y sigue buscando, toda clase de excusas para estar cerca de el.
Resulta que los lunes por la noche, los descendientes masculinos de las viejas familias tradicionales de cazadores, se reúnen en el bosque donde residía el anciano líder de la secta. Con invitación abierta para todo humano que deseara asistir.
Esos encuentros no tienen nada de especial, lo único que hacen, aparte de beber, es llenarles sus huecas cabecitas con toda clase de historias viejas, y poco realistas para nuestra actualidad, sobre lo terrible que son los vampiros y licántropos en el resto del mundo, y lo terroríficos que serían aquí, si no fuera por sus pactos con la anciana fundadora.
Desde hace unos meses Roy empezó a ir a estas fogatas, y por ende, Shannon también asiste y sin faltar; por eso el horario que le quedó la molestaba.
Todos los lunes faltaba al trabajo, lo cual hizo que le llamaran la atención más de una vez. Pero como yo seguía allí, prefirió chantajearme antes que renunciar.
Aunque si consigue algo o no, no lo sé, sólo puedo decir que mi primo llega ebrio esos días; y que en más de una ocasión, trató de propasarse con migo.
Desde esa vez en que "dormimos juntos" por mucho tiempo no pudo volver a mirarme a los ojos, pero después de un tiempo, cada vez que tomaba de más, me manoseaba o se frotaba en mi; como si no pudiera tener control de si mismo. Por suerte la vos de su madre siempre lo retraía, y se iba derecho a su habitación.
Ahora que le dije que si a Shannon, por momentos me preocupa lo que pueda llegar a pasar, de ahora en más, los martes a la madrugada.
Por un lado me tranquiliza el hecho de que llegaré casi al amanecer, imagino que a esa hora estará noqueado en su cama. Por el otro me preocupa que coincidamos en la entrada, pero mientras mi tía esté en casa, aquella noche no volverá a repetirse o eso espero.
Por ahora parezco bastante reticente a Roy, mejor dicho, nunca fuimos cercanos, pero es porque siempre me hizo sentir como que no le gustaba la idea de estar comprometido con migo; era algo bruto y mezquino cuando me acercaba a él. Crecí creyendo que en verdad nos íbamos a casar, debido a eso, me esforzaba por ser amable y mejorar nuestra relación, cada vez que tenía la oportunidad.
Tras cumplir los dieciocho años, Roy se convirtió en todo un hombre. No se bien cómo o en qué momento pasó, pero desarrolló un cuerpo maravilloso.
Cuando aún tenía quince, su madre lo obligó a meterse de pasante en uno de los principales barcos de mi padre. Por ello al terminar la preparatoria, automáticamente quedó como una especie de jefe y/o referente dentro de la empresa.
Fue subiendo rápido de categoría, no pasó mucho tiempo antes de que lo pusieran a cargo de una pequeña e importante flota de importación.
El día de mi cumpleaños número dieciséis, se fue sin decir nada; en su momento no le di importancia, de hecho hasta estaba bastante feliz. Luego volvió a casi un año de estar ausente, todo bronceado y musculoso, midiendo como uno ochenta fácil. Incluso sus lindos ojos miel, y su cabello castaño, se veían más claros por su exposición al sol.
Simplemente estaba precioso.
Después de verlo todo cambiado y atractivo, podría jurar que me flechó en cuanto me saludó, dejándome bastante confundida. Por un breve instante, creí estar enamorada de él.
A unos días de su llegada, uno de los amigos de Roy nos invitó a una fiesta, en la piscina de su mansión.
En un principio no quería ir, nunca me cayeron bien esos tontos cazadores retrógradas, pero para sacarme de dudas acepte ir.
Durante el evento traté de ligar con otros muchachos que también estaban en la fiesta. Esperaba descubrir cómo me sentía, con alguien del otro sexo que no fuera Roy.
La manera en la que lo deseaba me molestaba, incluso llegué a pensar que estaba sufriendo del síndrome de Estocolmo, y para curarme necesitaba pasar más tiempo con otros hombres.
Elegí como ratas de laboratorio a dos que no paraban de mirarme, al considerarlos más atractivos que el que tenía en casa, fingí caer en sus encantos. Uno era alto y esbelto, con una cabellera negra y lacia, y el otro era fornido y bonito; bastante parecido a Roy ahora que lo pienso, pero en una versión más simpática.
Bailé con ellos todo el tiempo hasta donde puedo decir, luego tomé unas copas y de ahí todo empieza a ponerse algo borroso.
Tengo grandes lagunas mentales y algunos cortos dispersos, de lo que pasó esa noche, los cuales se disparan como flashes en mi cabeza cada vez que trato de recordar más detalles:
- Los chicos y yo bailando súper pegaditos, estoy en el medio de ambos con una copa de Martini color azul. Frotando mi trasero contra la pelvis del grandote, mientras el otro me toma por la cadera y me besa el cuello.
- Yo cayendo a la piscina.
- Roy a mi lado dentro del agua, tratando de ayudarme a mantenerme en flote, con sus manos en mi cintura y sus ojos sobre mi camiseta mojada y transparente. Ese día llevé una bikini azul, noté que remarcaba demasiado mis pechos, y como era el único que tenía lo usé igual; solo me puse en cima una especie de camiseta blanca vieja, que me quedaba como un vestido hasta los muslos.
- Yo apoyando mis manos sobre una lavadora, mirando como gira.
- Roy caminando hacia mi, mientras parece que canto y/o bailo. Realmente estaba perdida, ni los sonidos se grabaron en mi disco duro.
- Yo sobre una cama, toda arqueada, aferrando mis piernas a Roy. Esta es la imagen que más me sorprendió, básicamente perdí mi virginidad con él, y al parecer me gustó; pero no tengo más memorias del acto.
Al despertar, estaba en los brazos de Roy, abrazada a el.
Recuerdo haber vuelto a cerrar los ojos, esperando que al abrirlos desaparezca de mi lado. Deseaba que todo fuera solo un mal sueño o una mala broma, pero mi tía no me dejó seguir en la falsa ilusión; Mirta entró hecha una furia y nos levantó a los gritos de la cama de mi primo.
Desde entonces me siento incómoda frente a él, y él también se sentía así frente a mí. Después de eso, todo rastro de "amor" desapareció completamente de mi cabeza y mi corazón.
Luego, no sé qué pasó en el medio, pero durante el verano previo a mi primer semestre, todos los lunes volvía borracho, tratando de acercarse cada que me veía.
En una de esas ocasiones, en que llegó por la madrugada, casi tuvimos un nuevo problema. Me había olvidado de que día era, y estando algo adormecida, fui a la cocina por un poco de agua, llevando puesto nada más que lo que usaba para dormir; una musculosa de tiritas y un cachetero.
Cuando cerré la puerta de la heladera, apareció tras ella, mirándome de manera extraña y con un intolerable hedor a alcohol. No pude evitar gritar, del susto que me dio verlo repentinamente, lo cual hizo que se distrajera por un momento.
Mientras tapaba con fuerza sus oídos, aproveché para intentar volver a mi habitación. Pero antes de poder pisar el primer escalón, me tumbó contra la pequeña pared que hay entre la puerta y la escalera, bajo ese reloj que hace un molesto ruido cada que la aguja segundera se mueve.
Una vez me tubo atrapada, comenzó a decir toda clase de cosas sin sentido, o que por los nervios no pude entender bien.
Luego, mientras me sujetaba fuertemente por los brazos, empezó a besarme por todo el rostro y el cuello bruscamente. Cuando estaba a punto de gritar para despertar a Mirta, me tomó de la nuca y estampó sus labios a los míos antes de que pudiera hacerlo.
A la vez que me seguía besando en la boca, me sostenía por la espalda apretando mi cuerpo al suyo, e iba deslizando su mano por mi cuerpo hasta llegar bajo mi ropa interior. Menos mal alguien llamó a la puerta antes de que pasara algo más.
Cómo si fuera una adivina, Shannon tocó una y otra vez el timbre gritando mi nombre a todo pulmón. Todo el escándalo que hizo afuera, pareció haber sacado a Roy de su trance, porque después de unos cuantos ring, sacudió su cabeza y subió a toda prisa las escaleras, encerrándose en su alcoba.
Nuevamente sin decir nada, un par de horas más tarde desapareció. Supuse que volvió a emprender un largo viaje de trabajo; simplemente bajé a desayunar y ya no estaba.
Y así como se fue, volvió...
Cuando las clases estaban a unos días de empezar, bajé a desayunar y ahí estaba él. Todo despreocupado, solo atinó a decirnos que no era necesario que vuelva a irse en un tiempo.
El resto de los días hasta ahora, se comporta de una manera extraña, como si nunca me hubiera hecho nada malo. Se acerca e intenta hablarme como si siempre nos hubiéramos llevado bien, o como si fuéramos amigos.
Pero pese a sus esfuerzos por borrar todo, no puedo evitar sentirme temerosa, como si estuviera siempre a la defensiva, tratando de no despertar ese abusivo Roy una vez más.
Eloy—¡Eloy hijo, ven a desayunar! —gritó mi madre desde la ventana de su cocina.—¡Por Dios Santo! —exclamé enojado.Aquel día como lo hace habitualmente, mi madre preparó nuestros desayunos temprano por la mañana. Pero como siempre lo hacía, ignoré a sus llamados y me volví a dormir.¿Por qué esa necesidad de despertarnos tan temprano?¡Nuestros ancestros jamás salieron de sus hogares cuando el sol gobernaba!—¡Déjenme dormir! —les grité para que no siguieran tratando de despertarme, a la vez que me acurrucaba en mi mullida cama.De la nada, la luz del amanecer apuntaba directo sobre mis ojos.A diferencia de las anteriores veces, esa vez mi padre en persona salió a abrir las puertas del sótano.—¡Despierta de una vez vago! —exclamó antes de irse, dejando las puertas extendidas sobre el suelo.—¡Por favor! ¿Qué es lo que le pasa a esta gente? —dije por lo bajo antes de levantarme.Salí así como estaba, con mi ropa de cama y sin asearme. Sentándome en mi lugar de la mesa, saludé a mi
EloyAl llegar a esa vieja puerta, que se parece a la del cuarto de limpieza, la empuja para adentro y, recostada sobre ella con su mano en la perilla, me invita a pasar. Dejando libre poco menos de la mitad de una entrada de ochenta centímetros, sonriendo me apura a cruzar el umbral, y me advierte que no debería dejar que me atrapen allí.Inhalo profundo y meto panza antes de pasar; soy delgado, pero me esforcé por serlo aún más. No quería expulsar sus enormes pechos por su destapado escote.Me quedo a un lado de la puerta, dejándole todo el camino libre. Al verme casi escondido suelta una suave carcajada, y luego entra meneando todo su cuerpo.Estira el brazo sensualmente sin quitarme la mirada de en cima, y luego tira de una cadena que cuelga de una antigua lámpara de hierro. La tenue luz que enciende, ilumina todo el pasillo en el que estamos, y la cara de dos muebles enfrentados cargados de viejos libros.Ambos estantes están llenos de polvo acumulado, al igual que los textos de
IrisEl salón y las estanterías parecen infinitas, pero después de un buen caminar, finalmente llego a la única puerta que está en esta dirección; la cual por cierto me señaló la supervisora.A primera vista parece ser de una madera muy vieja, como si estuviera casi podrida, da la sensación de que se romperá solo con girar la perilla; pero no es necesario forzarla, al acercarme un poco más puedo ver que está entre abierta.Entro despacio y con cautela, las luces están prendidas, parece que hay alguien en el interior; inclino mi cuerpo ligeramente para ver desde la entrada si es así o no. Al caminar un poco más puedo ver que hay un hombre sobre un puff, durmiendo con un enorme libro en su regazo, bajo una luz amarilla que titila.—¡Oh! —me tapo rápido la boca para no despertarlo; me sorprende ver que se trata de él.El año pasado, unas semanas antes de que terminara el segundo semestre, lo vi pasar por los pasillos de mi aula en más de una ocasión. Al verlo a través de la ventana junto
EloyDespués de que Cindy se fuera, comencé a leer muy emocionado el enorme libro de historia que me acercó; este trata sobre antiguas leyendas sobre la isla y viejos relatos de los primeros habitantes. Pese a que la lectura era bastante entretenida, ya estaba muy cansado por las pesadas y tediosas clases a las que tuve que asistir.Sin poder evitarlo me quedé dormido... ¡Qué pecado!----------------Al recuperar la conciencia, aún sin poder despegar mis párpados, puedo sentir a alguien muy cerca de mi; fue su molesto y pequeño grito lo que interrumpió mi muy merecida siesta.Finalmente logro abrir mis ojos de una manera abrupta, pero mi vista aún no se acomoda; lo único que puedo distinguir de una manera borrosa, es el rostro de una mujer casi pegado al mío. Está tan cerca de mi que parece que pretende darme un beso; si llegara a ser Cindy estaré muy enojado.Después de unos segundos cae sobre mi regazo. Con el impacto de la caída mi vista termina de acomodarse, permitiendo que pueda
Iris—Te ayudaré —dice tímidamente, tras unos largos segundos en la misma postura.Manteniendo una mínima distancia entre nuestros cuerpos, sin decir ni una palabra, toma uno de los libros del carrito y lo coloca donde acabo de limpiar. Uno a uno, con su pecho casi pegado a mi espalda, cada que se estira para dejar un libro sobre el estante, su aliento va rozando mi oreja y su miembro mi trasero.De cada tanto nuestras miradas hacen contacto, y cada vez que lo hace me derrite; siento como si me estuviera devorando con sus ojos y eso me encanta.No se si fue la escena en el gran salón lo que me prendió de alguna manera, o es este muchacho el que me está calentando. Es la primera vez que estamos así de cerca, podría decirse que es como nuestro primer encuentro, pero pese a eso, si él me lo pidiera, lo haría todo con él.¡Auch!A la vez que me perdía en lo cristalino de sus ojos celestes, que parecen estar cambiando de color, mis manos seguían pasando el trapo por la madera. En la distra
IrisAún aferrada a él como si soltarme significara caer en lava ardiente, puedo sentir como un camino de sangre comienza a recorrer mi pecho.¡Que excitante fue todo! Cada parte de mí está hundida en el placer y el agotamiento, y mi interior aún palpita con gran intensidad.Cuando menos lo esperaba, suelta mi cuerpo sin decir ni una palabra, dejando que caiga bruscamente sobre el suelo, y luego se aleja de mí dando un paso para atrás. Agitado y distante se mantiene inmóvil, parado frente a mi con la cabeza gacha y sin poder mirarme a los ojos; parece que estuviera en shock.Me apuro en ponerme el short e intento acercarme, para ver si sucedió algo o si algo estaba mal, a lo que él se aleja más de mí. Cada paso que doy hacia él, es un paso más que él da para atrás.¿Se intimidó? No puedo entender su reacción. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué está mal? Después de todo lo que hicimos y nos hicimos sentir, ¡¿me va a ignorar de esta manera?!...No quiero pensar mal al respecto, me acerco
Iris¿Qué dijo? ¿Qué me fuera? ¿Por qué tiene que gritarme de esa manera?Mis ojos tiemblan de la bronca e impotencia que me genera todo esto, y para el colmo una lágrima se me escapa; no se si quiera por qué apareció, nunca fui de llorar y justo ahora viene a caer, en el momento más inoportuno que pudo existir.Avergonzada y con mi orgullo herido, no me queda más que irme sin dar vueltas; salgo sin agregar más nada, resonando la puerta detrás mío.—Bonito sostén.Me doy vuelta para ver quién me está hablando, y resulta que es ese grandote licántropo que se estaba comiendo a la supervisora en la entrada.Después de reconocerlo, miro mi pecho y descubro que aún no me puse la camiseta, y me apuro en vestirme.—Imbécil —le digo mientras voy caminando de espaldas, a la vez que le levanto mi dedo medio.—Nos vemos pronto —me dice con una sonrisa maliciosa en su rostro, manteniendo sus ojos en mí como si estuviera mirando a una presa.Le doy la espalda y empiezo a caminar nuevamente todo es
IrisDespego mis párpados lentamente, mi visión aún está borrosa. ¿Qué fue lo que me pasó?Sacudo la cabeza bruscamente, a la vez que me esfuerzo por recuperar la nitidez en mis ojos, o al menos algo de mi memoria; terminando boca arriba.¿Qué es eso?Por fin puedo ver mejor... ¡Esa es la lámpara que colgué el año pasado!—¡Gracias! —suspiro con voz baja— Fue todo un sueño Iris... tranquila, tranquila…—continúo mientras me doy palmaditas en el pecho para calmarme.Por un momento creí que estaba en la cama de Roy, al igual que lo que pasó aquella vez; estar en su cama significaría que lo que vi en mis sueños hubiera pasado en la vida real.¿Coger con él? ¡JA!Bueno, tampoco puedo decir mucho; desde lo que pasó hace cuatro años me vengo mentalizando, por si se llegara a repetir.¿Pero disfrutarlo? ¡¡Mujer!! ¡Tus sueños si que son cosa de otro mundo! Si siempre temes que te vuelva a tocar, ¿cómo podrías dormir con él por placer y por iniciativa propia?De golpe una mano cae sobre mí, y j